“Novos Valores 2021” en el Museo de Pontevedra
Un año más, el Museo de Pontevedra, cumple con su tradición y ha abierto las puertas, como viene haciendo cada verano, a la exposición que reúne la selección de obras de los artistas que han concurrido al certamen Novos Valores de Artes Plásticas 2021. Se trata de una convocatoria que se prolonga en el tiempo y que ha pasado por diferentes transformaciones y que ofrece a los artistas noveles la posibilidad de acceder a ayudas con fines de formación, abiertas a diferentes posibilidades o en centros competentes sean de la cercanía o del exterior.
De las 29 obras presentadas, un jurado especializado ha elegido 14 piezas que dan sentido a la exposición que se muestra en el Edificio Sarmiento hasta el próximo mes de septiembre. Cuatro autores han recibido la bolsa de estudios por las correspondientes obras; Rebeca Lar: Sen Titulo (Sobre paseos e arrepentimentos), una apuesta en torno a las indagaciones sobre la memoria histórica y el paisaje; Adrian Solleiro: Reflexión, pieza escultórica de carácter figurativo que provoca inquietantes sugerencias, construida en resina de poliuretano, espejo y pintura acrílica; Diego del Rio, por Ras Al Hanout II, que representa el interés por los descubrimientos a través de los viajes, en este caso, situada la experiencia en tierras del norte de África, plasmada en una creación cuya técnica se basa en el empleo del óleo, polvo de mármol y látex; la cuarta de Daniel Cerecedo, propone el recuerdo a través de la obra Picasso y Richter (después de), remitiendo al episodio de rivalidad acaecido entre los pintores griegos Zeuxis de Heráclea y Parrasio de Efeso, recogido por Plinio el Viejo, en su Naturalis Historia.
La exposición en su generalidad ofrece la variedad propia de la creatividad actual, con mayor presencia de obras sobre pared, en diferentes técnicas y se puede intuir en los planteamientos particulares las preocupaciones e inquietudes que afectan a los artistas que comienzan su andadura en estos tiempos difíciles y confusos.
Por tal motivo, resulta gratificante comprobar la existencia de plataformas, como la dispuesta por el Museo de Pontevedra, dirigida a difundir y alentar la inventiva en los primeros años de vida artística. El Museo es consciente de la importancia de ese respaldo que es de doble dirección; la primera incumbe a la parte económica, siempre necesaria para la concreción material de los proyectos y la segunda supone la confianza y el apoyo que ofrece la institución al disponer de uno de sus magníficos espacios para que las obras puedan ser apreciadas en la cercanía de las colecciones permanentes, dando así a la joven exposición categoría y rigor, con toda la atención del equipo técnico del museo y su director.
Y es esa una cuestión de gran valor que los artistas emergentes deben considerar ya que últimamente las convocatorias de ayudas a la creación plástica han disminuido y no abundan; de las anteriormente patrocinadas por organismos oficiales y fundaciones, no todas sobrevivieron y en Galicia, hay que reconocer que la de mayor tradición es la que anualmente convoca la Diputación de Pontevedra con su Museo.
Toda una prueba de resistencia y compromiso continuado que hace honor a su pasado, determinante en el proceso evolutivo del arte de Galicia, desde la primera otorgación de una pensión en el año 1864, iniciando así la costumbre de respaldar a los jóvenes artistas en sus intenciones de progreso, en academias, o en grandes ciudades como París o Roma; en esa larga historia hubo interrupciones pero fueron corregidas en su momento y el proceso siguió su curso; disfrutaron de esas becas y ayudas Carlos Sobrino, Arturo Souto, Laxeiro, Virxilio Blanco, Xoan Piñeiro, Rafael Ubeda, Angel Sevillano, Rafael Alonso, y en épocas más recientes, Antón Lamazares, Darío Álvarez Basso y Almudena Fernández Fariña. Con este brillante historial, de mecenazgo, el Museo de Pontevedra, sigue acreditando su vocación y responsabilidad en la defensa de la naciente creatividad artística en Galicia.