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Os Blancos, el pueblo que podría perder un proyecto cultural de revitalización para construir viviendas

POLÉMICA El Ayuntamiento de Os Blancos, un pequeño pueblo de 755 habitantes (2020) asentado en la provincia de Ourense, y que en los últimos años se había acostumbrado a compartir espacio con artistas multidisciplinares, parece que dejará de contar con ese bullicio cultural que tanto sirvió para revitalizar el rural.

El alcalde de esta localidad, Xosé Manuel Castro, del PP, procedió a la rescisión del contrato de cesión del edificio Concello Novo que ocupaba el colectivo Espacio Matrioska, para poder hacer vivienda social, decisión que ha suscitado las críticas de los vecinos y de la propia oposición.

En un escenario de envejecimiento, despoblación acuciante, y sobre todo éxodo de jóvenes, esta iniciativa permitió situar a Os Blancos en el mapa del circuito de actividades culturales independientes, con un proyecto de autogestión que podría concluir este próximo mes de octubre.

“El proyecto busca la relación de los artistas con los habitantes del pueblo. La premisa es que tengan un sentido para con el pueblo, el contexto y sus gentes”, indicó a Efe uno de sus integrantes, Javier Carrera.

Espacio Matrioska arrancó hace siete años, cuando un grupo de artistas -de las escuelas de Bellas Artes- decidió asentarse en Os Blancos para poner en marcha su propuesta, atraídos por las ayudas económicas.

Entonces, el ayuntamiento les cedió el Concello Novo, un edificio en desuso que reacondicionó para celebrar sus talleres de pintura, escultura, serigrafía y fotografía analógica.

Los principales gastos que soportaban eran los relacionados con el alquiler de una vivienda, próxima al local, aparte de que en verano rentaban otra casa para las residencias artísticas.

No entienden por qué el alcalde ha decidido poner así fin a esta “aventura”, que fomentaba “un nexo de unión entre el pueblo y el artista”.

Tampoco comparten que el ayuntamiento utilice un local de 600 metros cuadrados para hacer dos apartamentos, que no ocuparán el espacio completo, cuando “hay centenares de viviendas vacías”.

Durante su estancia en este inmueble, los artistas promovían actividades para los residentes e incluso impulsaron un huerto.

Para entender lo que es Espacio Matrioska basta acercarse a algunas de sus cifras. Durante este tiempo, han pasado cientos de personas y se han llevado a cabo medio centenar de proyectos -desde teatro experimental, documental, performance, y arte sonoro, a pintura mural de países tan diversos como Suiza, México, Reino Unido o Italia -, y “todo totalmente autogestionado”, indican en este sentido.

A ello, hay que sumarle el festival, Reina Loba, buque insignia de estos chavales, que ya llevarán el apellido de “matrioska” para siempre.

El malestar por la pérdida de este proyecto se evidenció en el pasado pleno, donde el PP aprobó la rescisión del contrato, con los votos en contra del PSOE. Durante una bronca sesión, el ambiente se caldeó hasta tal punto que el alcalde llegó a llamar “sinvergüenza” a la portavoz de los socialistas, mientras ediles populares se apuraron a bajar las persianas para evitar que se pudieran grabar o tomar imágenes de lo que estaba sucediendo.

Preguntado sobre este proyecto, este alcalde defiende en su charla con Efe que el gobierno recupere el edificio para promover alquiler social, al tiempo que acusa a los socialistas de buscar “aprovecharse” de este tema para obtener rédito político.

“El tema es tan sencillo como que hubo una cesión y ahora una parte no quiere cumplir”, zanja Castro, quien insiste en que buscaron alternativas pero “no hay”. Y remarca que en ningún momento se les ha pedido que se marchen de Os Blancos: “No voy a tolerar que se diga que les echo del pueblo”, sostiene.

Como contrapunto a las críticas, recuerda que este colectivo disfrutó durante siete años del local, “a coste cero”, puesto que “no pagaban ni luz ni agua”. Ahora, la idea del gobierno local es recuperar el edificio para impulsar “vivienda social”, que se completará con “el acondicionamiento de la zona exterior, y se ampliará el parque infantil”, abunda.

Con todo, el colectivo pone en duda que finalmente se vaya a hacer el proyecto. “Pedimos información al ayuntamiento para saber quién había solicitado viviendas de protección oficial, pero no hay un registro”, apuntan.

El colectivo tiene hasta finales del próximo mes de octubre para salir de ahí.

Por el momento, sus integrantes barajan diferentes alternativas. Una de ellas pasa por mudarse a otro municipio. Lo que tienen claro es que les gustaría seguir “en Galicia”.

Creen, sin dudas, que el rural necesita más que nunca de la puesta en marcha de iniciativas que ayuden a revertir su preocupante situación.

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