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|| nosotros y cía ||

Por qué sucumbí a los ‘reality’, el lado oscuro de la fuerza

Confieso que caí en el lado oscuro de la fuerza, no fui capaz de resistirme a tanta intensidad y apasionamiento.

No quería, se lo juro, pero fui incapaz de resistirme a los reality, al menos al nuevo formato que presentan ahora en Netflix y TVG, más ágiles, condensados y certeros en la selección del espectáculo.

Si devoré con ansia el primer Gran Hermano, disfruté de lo lindo con Adán y Eva, aquel programa de Cuatro en el que hacían convivir en pelota picada a una pareja de desconocidos en una isla; aquel otro de la misma cadena en el que un hombre o una mujer buscaban novio, algunos de los primeros de MasterChef y hasta varios de los Gipsy Kings.

Pero siempre huí del resto de formatos de conexión full time en los que para ver algo con un mínimo de interés o morbo había que estar enganchado prácticamente las 24 horas del día.

Netflix dio ahora con la tecla mágica, esa que se lleva a la audiencia de calle, y no es otra que condensar en poco más de media docena de episodios semanas de convivencia en la que el fin no es otro que hacerse con un cuantioso premio en metálico.

Insiders, el primero de esos formatos de la plataforma no fue más que un Gran Hermano pero con reglas aleatorias, cambiantes y desconcertantes, donde los concursantes, en teoría, no sabían que lo eran y pensaban que se encontraban en un casting.

Todo el juego de una tormentosa y tortuosa relación de varios desconocidos, con sus traiciones, dimes, diretes y rolletes concentrados en episodios de 50 minutos, lo que los hace muy fáciles de digerir y disfrutar sin el más mínimo atisbo de aburrimiento.

Y ahora estoy disfrutando de lo lindo con las desconfianzas, cuernos y traiciones de Amor con fianza, una especie de Isla de las Tentaciones presentado por Mónica Naranjo y sus mil expresiones faciales que es imposible que dejen indiferente a nadie.

Pues con este reality pasa lo mismo que con el anterior, se va a lo jugoso, lo morboso, las peleas, las provocaciones, los escarceos en jardines y piscinas y, cómo no, buenas raciones de edredoning, ya saben relaciones sexuales bajo el edredón para evitar el carácter pornográfico de la emisión.

Claro, no vean la condición de los participantes de este último programa, sus cualidades humanas, sus valores y un largo etcétera de virtudes que brillan por su ausencia.

Y a fe mía que Netflix logró engancharme, hacerme empatizar con unos y denostar desde el sillón de mi salón a otros con los que no comulgo.

Vuelvo a confesarles que me pasé al lado oscuro de la fuerza, casi Darth Vader, ya que este televidente disfruta, ríe, sufre y llora con los incalificables protagonistas de ambos espacios.

Pero no crean que la plataforma estadounidense es la única que emite con éxito en este campo, al margen claro de las infinitas horas que Telecinco dedica a sus formatos de telerrealidad, ya bastante obsoletos y dirigidos a un público muy concreto que yo, personalmente, no entro a valorar ni calificar.

Porque ahora Televisión de Galicia compite, y de qué manera, con su programa 48 para o si, más telerrealidad en la que uno de los miembros de una pareja tiene que preparar con un cómplice una especie de encerrona para que su novio/a dé su sí a un enlace matrimonial que será también inminente.

Y su excelente factura permite que arrase arrasa entre el público gallego, y de qué manera, por que cuenta con una gran dosis de emoción, intriga y resulta muy divertido.

Ya ven, no todo es lo que parece; ni tan siquiera yo soy lo espiritual y purista que pensaban. También me va el barro, aunque cierto es que todos sabemos que estos espacios, aunque no faltos de una cierta dosis de realidad sí que están enmarcados, supongo, en un rígido guión o especie de línea sobre la que se mueven los participantes.

A lo que iba, que me lo paso pipa y me relaja un montón poder echar unas risas distendidas y sin preocupación alguna frente a los sinsabores amargos y agrios con que la vida nos sazona tantos y tantos días.

Ah, y ya les hablaré también de mi dependencia ahora de las series coreanas, rumanas (de las que creo que ya les hablé) o israelíes y turcas. Desde luego que estoy echado a perder, pero no saben cuántas agradables sorpresas me estoy llevado.

Nadie está libre de pecado.

|| las claves una a una ||

1 ‘Armaggedon’. Me voy a olvidar del Gobierno, aunque no es fácil, y vamos a hablar de ciencia, de la de verdad. La NASA ya envió esta semana un cohete para chocar contra un asteroide para intentar desviarlo de su ruta. Una magnífica prueba para conocer la efectividad de ese sistema y evitar una catástrofe al estilo de filmes como Armaggedon o Deep Impact..

2 HERA. Estas son las siglas de un programa similar al de la NASA, pero ingeniado por la Agencia Espacial Europea y al frente del cual está un gallego, nada menos que de la localidad ribeirese de palmeira. Se llama Franco Pérez Lissi e informa de que su ingenio será lanzado en 2024 también para probar la efectividad para cambiar el rumbo de la roca estelar.

3 Prehistoria. Y ahora una de neandertales galaicos. Nuevos hallazgos en la Cova de Eirós pusieron de manifiesto que los últimos ancestros de esa especie permanecieron en las montañas gallegas más tiempos que los de otras zonas. Por el contrario, los homo sapiens, es decir, nosotros, enseguida nos desplazamos a la costa para asentarnos.

|| Lo mejor

todos contra la violencia de género Si en este país estamos de acuerdo en algo todos, excepto Vox, es en la lucha contra la violencia de género y machista, a la que este año llaman a sumarse a los hombres. Aunque muchos, muchísimos, ya estábamos en esa guerra, no se crean. Excelente respuesta a la convocatoria que pone a nuestro país en la vanguardia de la lucha contra esa lacra.

y Lo peor ||

irracional No alcanzo a comprender la motivación del Govern catalán para lamentar la sentencia del Tribunal Supremo que obliga a un 25 % de enseñanza en castellano en su sistema educativo. Por supuesto que la importancia de la identidad, la lengua y la cultura propia de cada una de nuestras comunidades es indiscutible, pero tanto como lo es la cultura nacional, nexo de unión de todos.

|| La foto de la semana ||
Esto si es cultura del esfuerzo

Horas, días, meses y años. Es lo que trabajan las magníficas gimnastas que la pasada semana nos brindaron un inigualable e increíble espectáculo de gimnasia rítmica en la gala de carácter benéfico Viravolta-Jael. No son muchas las oportunidades de disfrutar en Galicia de un evento de este nivel, con las mejores deportistas nacionales y algunas de las más destacadas figuras rusas de esta especialidad evolucionando sobre el tapiz. Movimientos inimaginables, figuras imposibles, torsiones inalcanzables para el común de los mortales... Todo ello producto de la disciplina y la cultura del esfuerzo que lleva a estas jóvenes atletas a sacrificar una buena parte de su infancia y adolescencia por ofrecernos esta exhibición de máximo nivel. ¡Bravo! por el trabajo, la dedicación y el entusiasmo con que evolucionaron en el Multiusos de Sar. ¡Impresionante!

28 nov 2021 / 01:00
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