Recorrido por el arte en Lugo: del carnero alado a tesoros africanos
El Museo Provincial de Lugo, abierto en el 34, alberga tesoros como La guía postal de la ciudad de Lugo, de Maruja Mallo; el carnero alado de oro, el torques de Burela, la ofrenda a San Ramón o el San Francisco de Asorey, sin olvidar el espacio sobre arte africano cedido por un chairego que trabajó para Naciones Unidas.
Tiene 29 salas y es de los más importantes de España, con los mosaicos de Pasifae y Dédalo, el arte funerario, los dibujos de Castelao, la Escola de Doloriñas y multitud de restos de la cultura castrexa y romana.
Al entrar se ve el refectorio del convento, con un púlpito donde un monje leía mientras el resto comía. Al lado, una cocina tradicional gallega, con lareira, capoeira y sartenes para las filloas.
En una de las primeras salas hay maquetas de cómo fueron evolucionando las casas en distintas zonas.
En la de oro una gran sorpresa es comprobar que los torques los llevaban los hombres que dirigían el campamento, explica Pilar Sánchez, una magnífica guía del museo que dirige Aurelia Balseiro. Algunos están decorados con filigranas en miniatura, patitos o rosas. El de Burela, el más conocido, pesa 1,812 kilos en oro y fue hallado mientras unos agricultores estaban con la hazada. El de Viladonga tiene forma de pera.
Elementos datados desde el siglo III antes de Cristo al II de nuestra era. El carnero alado es de hechura oriental, de lo que hoy es Irán, y pertenece a los siglos XII y XIII. Pesa 50 gramos. Es un animal protector, vinculado a las culturas mediterráneas.
Las salas dedicadas del arte gallego exponen orfebrería popular en azabache, las figas, amuleto para ahuyentar a las meigas. Están vinculadas con el Camino. Otros adornos son los sapos, colgantes para trajes gallegos. En San Paio de Narla, en Friol, hay mucha orfebrería.
En las salas de Belas Artes hay multitud de artistas, con pinturas del siglo XIX y XX, algunas cedidas por el Reina Sofía o el Prado.
Figura la del coruñés Llorens, que pinta de forma semejante a los impresionistas, con cuadros en el exterior y de paisaje. Abelenda muestra un bodegón de Sargadelos y Fernando Álvarez de Sotomayor Nenos con cabras y As costureiras. El museo atesora un terso alado de Acisclo Manzano. Y hay una escultura en bronce de Silverio Rivas, obra móvil.
La sala de Sargadelos incluye cuatro desde obras del marqués de Sargadelos, Raimundo Ibáñez, hasta la etappa más fructífera de 1845 a 1862. Fue asesinado en Ribadeo en 1809 y su obra la continuó Isaac Díaz Pardo.
La figura del peregrino de O Cebreiro, de tamaño natural y obra de Acuña en bronce, tiene una réplica más pequeña en el exconvento.
La lucense Julia Minguillón también tiene su sala. Fue la primera mujer en ganar la Medalla de Exposición de Bellas Artes en 1941. Hay retratos de familia, la Agonía y la Escola de Doloriñas, una maestra dando clase en la cocina en Lourenzá.
Otro peso fuerte es Maruja Mallo. Destaca su collage de Lugo, con San Froilán, la Diputación, Ribadeo o Monforte; así como dos cuadros de naturaleza con figuras geométricas.
También hay salas con grabados de Castro Gil y Prieto Nespereira.
Una estancia cosmopolita es la del arte africano, con figuras cedidas por Xoán Anllo, intérprete en la ONU. Algunas máscaras se parecen a los peliqueiros de Ourense y otras son muñecas de la fertilidad.
El claustro, hermoso, tiene un pozo con roldana y un nogal, escudos y elementos de enterramiento. Guarda un baldaquino gótico y las cadenas del preso a Pardo de Cela.
Entre los mosaicos, el hallado en la rúa Armañá con Pasifae y Dédalo. Mide 36 metros cuadrados.