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Respeto institucional

    Fui el primer Defensor del Menor (1996-2001) y fui el presidente de la Red Europea de Defensores del Menor.

    Cuando los padres se lo proponen, los niños sufren en los procesos de separación donde se pasa del amor al odio, y se utiliza a los hijos como armas arrojadizas. Algunos de estos dolorosísimos casos acontecen con padres “famosos” que en su momento solicitaron ayuda al Defensor del Menor (Institución nombrada por la Asamblea de Madrid y elegida por todos los partidos políticos por su auctoritas).

    Sépase que el Defensor del Menor y el Defensor del Pueblo no pueden intervenir cuando el caso está judicializado (deben literalmente abstenerse).

    Obviamente nada he dicho ni diré de un caso particular, por mucho que de él conozca. Sin embargo, debo hacer llegar esta nota aclaratoria a la sociedad ante la intervención de D.ª Rocío Carrasco, indicando que la Institución no dio de hecho respuesta a su demanda. No podíamos, ni hoy se puede hacer (pregúntese al Defensor del Pueblo que sigue vigente). Más allá de la respuesta fundada que envié a D.ª Rocío. Y en unión a otros casos, muchos de ellos de personajes públicos, me reuní con el Fiscal Jefe y presenté en comparecencia en la Asamblea acciones a realizar, como acelerar el proceso de separación; buscar ir al proceso de ruptura de mutuo acuerdo; dar cabida a la mediación; escuchar judicialmente a los hijos; etc.

    Son muchos los periodistas que han hecho pública su gratitud a la Institución por la labor desempeñada en favor de los realmente indefensos: los niños.

    La Fiscalía General del Estado y específicamente su Sección de Menores (donde he trabajado durante 32 años) es competente en la defensa de la infancia, y junto al Defensor del Menor actuó con diligencia, informando a los medios de comunicación de cómo debe preservarse la dignidad, intimidad y honor de los niños, persiguiendo los ilícitos. Véase del año 2000 al 2021 la mejora en el respeto a la infancia, no solo preservando su imagen.

    Soy Dr. en Psicología y Dr. en Ciencias de la Salud, conozco del dolor de los hijos y padres, de rencores, de sentimientos de culpabilidades. Considero que hay temas esenciales, de intimidad, de familia, que no deben dilucidarse en los platós de TV, más si hay intereses económicos por medio.

    Creo que al fin hay responsabilidad de los periodistas que acosaron a los niños en las entregas de los mismos al otro progenitor, y de los que generan un “circo romano” con actores que se creen personajes y son víctimas del juicio de una población que juzga sin conocer, que toma partido sin contar con todos los elementos.

    Estos espectáculos no son edificantes, ponen en verdadero riesgo a todos los actuantes, repito, en verdadero riesgo.

    De este y de miles de casos he callado y seguiré haciéndolo, y así debe ser, pero elevo la voz, cuando se pone en tela de juicio una Institución que ha trabajado con todo el conocimiento, esfuerzo y ternura en favor de los niños. Hablar es fácil, actuar exige compromiso.

    Deseo apercibir a la sociedad, a cada ciudadano, del riesgo de juzgar a la Justicia, que es lenta, también por casos como este en el que se cronifica el conflicto y las denuncias. Hagamos tanto los padres, como los periodistas y los ciudadanos, autocrítica.

    Hay programas, que dudo, debieran emitirse; pero que considero humildemente, no debieran ser vistos, programas en los que las empresas habrían de retirar la publicidad. Lo contrario es insano, una patología social, nada edificante. Me preocupa este caso, todos. Pero principalmente los hijos, ¿cómo pueden elaborar tanto estímulo disruptivo?

    Hay algo bueno con aventar las miserias humanas, permitirnos conocerlas, e intentar prevenirlas, evitarlas.

    Me ha sorprendido y preocupado que personas que ocupan cargos de responsabilidad manifiesten y desde sus despachos su valoración tras ver un programa de TV. Seamos prudentes, serios, responsables, respetemos y potenciemos las Instituciones.

    Hay temas que exigen la mayor atención, al respecto comparecí en el Senado en la ponencia de “Estudio para la elaboración de estrategias contra la violencia de género” que fue aprobado por unanimidad en el seno de la Comisión de Igualdad, el informe con un total de 266 medidas.

    En ocasiones se me puede ver, escuchar, leer, en medios de comunicación, para tratar temas, no casos. Creo que debemos tender puentes, pues tras el rencor hay dolor, hablamos de la patología del amor: quieren quererse.

    Algunos siempre estaremos dispuestos a reunir a los ahora contendientes para sin olvidar el pasado, perdonar, para ganar el presente y el futuro.

    La vida es corta, hagámosla amable, interesante, compartida.

    11 abr 2021 / 01:00
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