Reza

Reza, recen, es bueno para el equilibrio del espíritu y la paz del alma. Se puede orar sin creer más que en la fe e incluso siendo un tiburón de Wall Street.

Buscar ayuda en el más allá ya está en Platón y el misterio de la caverna, y es bueno para poner en su sitio los valores y el humanismo.

La película Come, reza, ama, con Julia Roberts y Javier Bardem, además de ser un gran filme, cuenta la historia de una persona que sale de una crisis gracias a la amistad, la paz y el espíritu que prepararon su corazón para amar.

Quizá el lugar donde la oración es una forma de vida sea la India, aunque hay centros de energía vital en Jerusalén, Fátima, Lourdes, Compostela o el Vaticano.

Curiosamente la expareja de Julia Roberts, Richard Gere, es budista.

Un escritor que escribe desde la fe es Paulo Coelho quien llegó a triunfar con novelas con el mundo de las ideas por contenido después de estar en un psiquiátrico. Este periodista, que escribe como tal sus narraciones, tiene actos reflejos del Aleph, de Borges, una novela tan bonita como compleja. Coelho es el autor de Peregrino a Compostela. Rezar se puede hacer en cualquier caso, pero el simple hecho de entrar en una iglesia, catedral o monasterio ya infunde paz, con olor a incienso y el Santo Grial hecho hostia en el ambiente.

Un hecho verídico sobre los valores: un agente de seguros con una cartera de clientes portentosa entra en una crisis vital. Su jefe, como remedio, lo lleva interno unos días al monasterio de Samos. A las pocas horas los monjes llamaron a la aseguradora que vinieran a recogerlo que les quería hacer una póliza del monasterio. No tenía fe. Recen, es tiempo de pandemia. Orar está relacionado con llorar, piénselo.