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|| nosotros y cía ||

“Salta conmigo, digo salta, hey”

No pueden ni imaginarse las ganas que tengo de ir de verbena, mejor dicho, de fiesta, así, en general, a lo bruto.

Me resulta absolutamente igual si el evento es en el campo de la feria de aquí o de allá, dentro de una discoteca, en un concierto al aire libre o una noche de copas por la zona de diversión de alguna de nuestras ciudades.

Pero lo que sí que quiero es salir a la calle, de noche, sin restricciones, sin vigilancia, sin miedo y, sobre todo, sin mascarilla, porque ya me dirán qué diversión puede tener salir de jarana llevando media cara tapada.

Además, habría que llevar un buen repuesto de ellas, ya que sospecho que muchas quedarán inutilizadas tras apoyarlas sobre el océano de gin tonic de la barra de acero inoxidable de la discoteca, que se te caigan al suelo arenoso de la pista de tierra donde se celebra la verbena, y ya no te digo si rozan algún elemento de esos sustanciosos baños de los bares de copas, siempre atestados de gente y con el suelo húmedo e impracticable por mil motivos que mejor no explicaré.

Imagínense saliendo de casa después de escuchar las bombas de palenque, todos arregladitos, vestidos de fiesta para echar unos bailes en la sesión vermut sudando la gota gorda a pleno sol con las barras de los chiringuitos ocupadas por el personal en busca de una cerveza, un refresco o cualquier otra cosa que alivie la cabeza.

Y ya no les digo de noche, yendo hacia los coches de choque, el gusano loco, el puesto de garrapiñadas, las camas elásticas, el tiovivo y el tiro al blanco. Y bajo el paraguas de las guirnaldas de luces de colores, el campo recién segado para poder bailar sin meter el tobillo en algún inimaginable agujero.

¿A quién no se le metió en alguna ocasión una espina de tojo en el zapato porque no se limpió todo el desbroce?

Y no se les olvide llevar una chaquetita bajo del brazo, por si después de los fuegos artificiales, allá pasadas las doce refresca algo y se me quedan fríos y destemplados?

Como les dije al principio, también me vale un espectáculo al aire libre, con mucha gente, eso sí, que ya estoy harto de que me estén midiendo con la vista y mal gesto distancias de seguridad.

Aún recuerdo aquellos conciertos en los que a los pocos minutos de música el desmadre era total, todo el mundo saltaba, sudaba, se empujaba, bebía como si no hubiera un mañana; algunos hasta ligaban y todo.

¡Qué tiempos!

Pero que no sea por opciones de ocio. ¡Qué me dicen de un cine al aire libre en una cálida noche de verano!

Rememoro aquellas sesiones nocturnas en Gandía y Torrevieja cuando era niño, o las de no hace mucho tiempo con mi mujer e hijos cuando vivíamos en Santa Cruz de Tenerife. Eso sí, nada de autocine, cine de silla de tijera o banco corrido, con barra de bar al fondo, muchas palomitas o pipas, Coca-Cola, Fanta o cubata, y con final de aplausos y pateo cuando el gladiador despachurra al malo de un soberbio espadazo.

Y no me digan que no les gusta con el fresco de la mañana dominical escuchar a una de las miles de bandas que tenemos en España tocar unos pasadobles, unos aires andaluces, aragoneses o mediterráneos, y para cerrar una alegre muiñeira.

Si es que hay para todos los gustos, para todas las personas..., y excepto la disco o el pub, todas ellas con unas medidas de seguridad garantizadas por el propio aire libre.

Sí, porque resulta que para estar aquí o allí tengo que llevar la mascarilla, solo me la quito si bebo, al menos en Bertamiráns, y luego ves en el Telediario que en todas las terrazas de Madrid, Barcelona o Valencia está la gente con ellas en el bolsillo y sin que los agentes, pasando a su lado, les toquen las narices.

Esto es como lo del metro, el autobús y otros transportes públicos, que a las horas puntas van abarrotados, ¡y nadie los prohibe!; lógico por otro lado, porque si no, a ver cómo nos íbamos a desplazar.

Menos mal que esta semana el Gobierno dio marcha atrás y en nada se podrá ir de restaurantes y bares hasta las tantas de la noche; también podremos reunirnos en las casas y los jardines privados.

Algunas limitaciones eran una estupidez, parecía que estuvieran dictadas para un virus inteligente y noctámbulo, que despertaba allá a las diez de la noche y salía todos los días de fiesta.

Yo, como los de Tequila: “Yo digo salta/ Salta conmigo/ Digo salta/ Salta conmigo/ Salta/ Salta conmigo, hey”.

¡Quiero ir de fiesta, ya!

¡Quiero tomarme unos cubatas de ron apoyado en la barra de pino del chiringuito de la verbena!

¡Quiero volver a una calle en la que resulte difícil caminar y todo el mundo ande dando tumbos!

¡Quiero bailar, quiero saltar, quiero gritar!

¡Quiero vivir!

|| las claves una a una ||

1 Reunión de máximo nivel. Nuestro presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, va a disfrutar de su momento de gloria con su homólogo estadounidense, Joe Biden. Una noticia magnífica que se nos tenga en consideración por parte de las superpotencias. Yo le pediría al jefe de nuestro Ejecutivo que aproveche la ocasión, afiance las relaciones con Estados Unidos y consiga el apoyo del demócrata para temas tan fundamentales como el de Marruecos, por ejemplo.

2 Puñetero ‘procés’. A Sánchez donde le pintan bastos es en el asunto del procés. Creo que aún no es consciente del coste de su tozudez con los indultos a los condenados por ese asunto. Además, ahora empiezan los problemas en el bloque catalán al diferir las posturas de ERC con sus socios de la CUP y JxCat a cuenta de la unilateralidad y el referéndum que solicitan. Por si fuera poco, salió a la luz un documento en el que los republicanos tenían previsto servirse de la mesa de diálogo entre gobiernos para debilitar al Estado español. Avisado está.

3 ¿Foto o no foto? Por fin, habrá o no habrá foto hoy de los líderes del PP, Ciudadanos y Vox en la manifestación de la madrileña plaza de Colón. Ya veremos como va la cosa, pero me da que habrá mucha gente, desde luego más de la que le gustaría a Sánchez, José Luis Ábalos y Carmen Calvo, que se empeñan en hacernos comulgar con rueda de molino.

|| Lo mejor ||

el eclipse ¡Qué espectáculos tan maravillosos nos ofrece la vida! El eclipse del otro día me dejó con la boca abierta, y eso que era parcial. Recuerdo algunos completos que disfruté por que el tiempo lo permitió. Eso sí, lo hice con la protección necesaria como para después poder empezar a escribirles esta página. Ahora a esperar con ansia a que pasen los cinco años que faltan para el próximo eclipse completo que se verá en España, en agosto. Así que espero que las nubes no lo enturbien.

|| Lo peor ||

violencia de género Menudas semanas más trágicas y dramáticas llevamos con la lacra de la violencia de género. Parece como si el odio de algunos salvajes hubiera estado contenido hasta que se levantó el estado de alarma. Hagamos todo lo que esté en las manos de cada uno de nosotros para terminar con los feminicidios machistas, un crimen incompresible e inimaginable en el siglo XXI. Eduquemos a nuestros hijos en la igualdad y el respeto de unos hacia otros.

|| La foto de la semana ||
¡Hagan juego, caballeros!

Si usted es de los que no quiere ni verbena, discoteca, pub o bar, a lo mejor lo que prefiere es pasarse un ratito por el bingo a echar unos cartones, o desplazarse hasta el casino para ver cómo la suerte le resulta esquiva, a usted y a todos, que la estadística es lo que es y los juegos están hechos para que siempre gane la banca. Así que prudencia con el juego, sea responsable y comedido y diviértase con la sensatez que le caracteriza y de la que hace gala. Además, parafraseando aquella campaña que protagonizaba Steve Wonder, si bebe no juegue, que entonces uno se calienta y puede que acabe fregando platos en la trastienda, en el mejor de los casos. ¡Que la suerte le acompañe!

13 jun 2021 / 00:01
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