Soledad Penalta, escultora de referencia
Soledad Penalta (Noia, A Coruña, 1943) es una escultora de raza, con un lugar propio, de referencia en Galicia; su personalidad creativa se manifiesta desde hace décadas, por medio de una continuada y fervorosa actividad, a partir de los comienzos de una vocación, que tomó carta de realidad en 1972. Igual que hicieron otras mujeres escultoras de su generación y anteriores, trabajó en un primer momento con materiales mas asequibles, en su caso fue la cerámica, que dio forma a sus inquietudes, siempre plasmadas desde el conocimiento y la conveniente formación.
Sus primeras obras ya manifestaban inclinación hacia postulados abstractos, con referencias a la figura humana. En 1987, formó parte, de la exposición Tendencias. Cerámica galega actual, en la que los artistas representados- se encontraban entre ellos- Elena Colmeiro y Xavier Toubes, estaban unidos por el uso de ese material en las obras creadas, todas piezas únicas en las que primaba la intención escultórica. En aquellos momentos el trabajo de Soledad Penalta, se estaba transformando; dejaba atrás los limites que imponía esa materia y se preveía en su lenguaje abiertamente escultórico una vocación monumental, que tendría su efecto en los tiempos venideros.
En los EE. UU., entre 1989 y 1991, se produce el salto definitivo; en aquellos meses, en el Art Studio de la Universidad de Minnesota, experimentó con nuevos materiales y formas, al lado de los escultores Wayne Potratz y Nick Legeros; la experiencia del trabajo directo en los talleres de fundición, con diferentes materiales y técnicas hizo posible la exploración en otros ámbitos y que su obra alcanzase en los grandes formatos, una dimensión, hasta entonces desconocida.
La fuerza de las nueva materias, hierro, acero cortén, bronce, entra en consonancia con la energía vigorosa de la escultora, dando así la medida de su competencia al acometer arduas propuestas, que suponían entonces grandes retos; en los resultados, se advertía, a pesar de la dureza de los elementos, la natural adaptación a su lenguaje, a un estilo que ha permanecido reconocible en su evolución.
Ahora, al volver la vista atrás, se confirma el sólido recorrido y la permanencia de conceptos inamovibles en su obra; en cada individualidad, en los conjuntos de figuras perfiladas, en sus líneas metamorfoseadas, alternan la levedad y la pesadez, de la misma manera que sigue abierta la definición de un espíritu expresivo inherente, sin que ningún elemento ajeno pudiese afectar el curso de su evolución; el interés por la sintesis, se agudiza en los últimos años dando paso a la creación de obras mas concretas, delgadas y sutiles, de ondulantes y aereas formas.
Con el aluminio o el acero, construye historias escritas, de su propia invención, o fundamentadas en la poesía de autores de su preferencia entre los que sobresalen Antonio Machado y Omar Khayyam; los mensajes poéticos de algunos versos de las colecciones de los creadores de Campos de Castilla y de Rubaiyat se adscriben a las esculturas de Soledad Penalta, que siguen aspirando a un lugar en el espacio publico, manifestando esa vocación desde cualquier técnica o formato; y en ese campo es una de las escasas escultoras que ha logrado materializar los proyectos en realidades.
Galicia, cuenta con una extensa representación de su obra, asentada en diferentes zonas externas; destacamos las piezas construidas para el parque de la Torre de Hércules (A Coruña), Playa Ladeira (Baiona), paseo marítimo de Porto do Son (A Coruña), y dentro del programa escultórico, Ínsua dos Poetas (O Carballiño, Ourense), la pieza monumental, que se inspira en los Seis Poemas Galegos de Federico García Lorca, instalada en el mes de julio pasado, en aquel parque que une el arte y la palabra.
En Santiago de Compostela, donde la artista creó una personal versión del cruceiro de Conxo, a partir del existente , y llevó a cabo el monumento dedicado al Banquete de Conxo ( 2011 ), se inauguró este domingo en el paseo da Ferradura, una obra dedicada a Carlos Maside que recuerda los paseos del pintor por la Alameda junto a Uxío Novoneyra y Manuel María.