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Sur de Fuerteventura: El paraíso cercano

Ha llegado Mayo y con él nuestras pieles empiezan a despertar y a reclamar ser acariciadas por los rayos de sol.. todavía falta, pero los días son más largos, el invierno da sus últimos coletazos y Mayo, con todas sus letras, suena a verano.

Este año más que nunca salimos de una hibernación que parecía no tener fin, perimetrada, restrictiva y confinada... Hemos aguantado estoicamente pero exigimos con gritos silenciosos nuestra libertad, recuperar la alegría y sentir que volvemos a ser algo más que una especie animal en el ecosistema.

El primer paso es ilusionarse con la preparación de la escapada perfecta, sabemos que aún faltan semanas para el fin de esta condena, pero ya está más cerca y por ello se hace necesario visualizar, organizar, reservar y confirmar. ¿A dónde vamos? Dejadme que os recomiende Fuerteventura, la isla tranquila, y más concretamente la localidad de Costa Calma, en el Ayuntamiento de Pájara.

La isla de Fuerteventura es conocida como la isla tranquila, Costa Calma junto con Jandía y Morro Jable tiene, me atrevería a decir, las mejores playas de todo el archipiélago. Azul turquesa, arena blanca (jable que masajeará tus pies haciéndote sentir parte de la tierra), playas kilométricas y la tranquilidad de saber que, aun en plena temporada alta, entre tú y el siguiente playero habrá una distancia de 5 metros o más... Compartirás este momento con más gente, pero tú decidirás hasta qué punto te quieres acercar, y a partir de dónde comienza tu espacio de intimidad.

Con una temperatura media anual de 24 grados y escasa probabilidad de lluvia; no necesitarás más que una “rebequita” para los atardeceres si decides viajar en los meses de otoño-invierno. Las malas lenguas te dirán que en Fuerteventura siempre hace viento, y no mienten del todo, pero utilizarán un tono peyorativo que no hará justicia a la realidad. Es una isla ventosa y por eso allí tiene lugar una de la fases del Campeonato Mundial de Windsurf (suferos y surferos de fama internacional se codean con los turistas y con los habitantes de la isla en la “Carpa” al ritmo de los conciertos en la playa). Si quieres asegurarte una visita a la playa con calma chicha, con el agua del mar tranquila como un plato, ve en los meses de Septiembre a Diciembre, si te gustan los deportes de mar dependientes del viento, el resto de meses; si amas la isla como yo cualquier fecha será buena. Decidas cuando decidas ir, volverás a casa con un buen bronceado y las pilas recargadas.

La Carpa, lugar de celebración y fiesta durante el campeonato mundial de Windsurf, directamente en la playa
La Carpa, lugar de celebración y fiesta durante el campeonato mundial de Windsurf, directamente en la playa

Una vez que has aterrizado, aún tendrás unos 45-60 minutos por carretera para llegar al destino. Podrás utilizar el transporte público, alquilar un coche, o haciendo auto-stop; pero al final llegarás. A pesar de los avances que ha sufrido la isla en los últimos 25 años (una horrible autovía, cuya obra parece no tener fin, intenta desgarrar la isla de norte a sur), todavía queda la esencia hippy y libertadora (o libertina) de aquellos aventureros que decidieron, tiempo ha, volar a una isla desconocida para vivir de los “guiris” y que han hecho de Maxorata su hogar.

La primera sensación que tendrás al entrar en Costa Calma, es que llegas a un oasis. Una carretera secundaria rodeada de palmeras hace que de repente no sepas dónde estás. ¿Derecha o izquierda? A la derecha irás a la parte de los oriundos (de nacimiento o de adopción), a la izquierda te sumergirás en una avenida llena de hoteles, bazares y alguna que otra cafetería. Dicho así puede resultar no del todo atractivo, pero el mini “bosque” que atraviesa la localidad será el lugar perfecto para tus paseos vespertinos o matutinos, según duermas más o menos.

Acceso al pueblo y el “bosque” de Costa Calma
Acceso al pueblo y el “bosque” de Costa Calma

Llegas a la playa, y eso es lo que verás: playa sin fin, océano azul que el sol hace brillar y te cegará como no lleves unas buenas gafas de sol, y un horizonte infinito de arena y mar que recorre los 21 kilómetros que nos separan de Morro Jable. Ya está, ya te puedes olvidar de todo y desconectar, ponerte morena o moreno e hincharte a cervezas en los pocos (por suerte) chiringuitos que encontrarás. Pasea, atrévete a caminar al lado del mar y llegar a la playa de Esquinzo-Butihondo, o sigue un poco más y llega hasta Jandía, siempre podrás coger un taxi de vuelta si te has quedado sin fuerzas.

Playa de Esquinzo-Butihondo
Playa de Esquinzo-Butihondo

Y supongo que querrás comer, ¿unas tapas? El lugar perfecto es el Bar de Marko y Mónica, ahora situado en el Centro Comercial Bahía Viento. ¿Algo más elaborado? El Restaurante Terraza del Gato o el 555. ¿Un helado? Heladería Parad Ice. ¿Cocinas en el apartamento? Supermercado Padilla ¿Unas copas? B-side o Los Piratas... En este pequeño pueblo nacido del boom turístico a finales de los 70, encontrarás todo lo que necesitas. Eso sí, ¡no te olvides las cholas y la crema solar!

Papas arrugadas con mojo
Papas arrugadas con mojo

Para alojarte encontrarás todas las opciones, desde los típicos hoteles de todo incluido como la cadena SBH (www.sbhfue.com) ó R2 (www.r2hotels.com), apartamentos privados gracias a plataformas como airbnb, o aparthoteles más modestos y más asequibles como Morasol Atlántico (https://www.morasolhoteles.es/)

Hotel SBH Costa Calma Palace
Hotel SBH Costa Calma Palace

Pero no todo va a ser ir a la playa, tú y yo sabemos que nos gusta visitar y empaparnos de la cultura de los sitios que visitamos, por eso no puedes dejar de hacer alguna excursión ya sea por tu cuenta u organizada, pero no dejes de visitar Cofete, en el sur de la isla, con un acceso tan escarpado que es necesario un jeep para llegar, pero evitarás cualquier tipo de masificación, y con la Casa Winter, antiguo prostíbulo de las fuerzas alemanas en la II Guerra Mundial, donde los submarinos y su tripulación paraban a descansar, coger provisiones y algo más. La Costa de Barlovento, visitando la villa de La Pared y las Cuevas de Ajuy, donde podrás literalmente estar en una gruta de piratas, el pueblo de Betancuria (antigua capital de la Isla), el Museo del Queso Majorero en Antigua , la Casa Museo de Miguel de Unamuno y por supuestísimo, las playas de El Cotillo, pequeña localidad en el noroeste de la isla donde disfrutar del mejor pescado que habrás probado en tu vida (en el restaurante Callao o La Vaca Azul) y; si tienes suerte y has elegido bien las fechas se estará celebrando el Festival Fuerteventura en Música con conciertos en la playa, noches en tiendas de campaña y minis de cerveza a precio de cañas.

Sur de Fuerteventura: El paraíso cercano

El boom turístico ha afectado también a la isla de Fuerteventura, que hasta hace no muchos años era casi una isla virgen; aunque dicho desarrollo se vio frenado por las crisis de 2008 y ahora por la pandemia, es con pena que los habitantes de la isla ven cómo se van perdiendo rincones encantadores en favor del ladrillo y la ambición de algunos empresarios. La esperanza está puesta en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, para que los gobernantes de la isla velen por un desarrollo sostenible, que haga que los majoreros progresen y se beneficien de las ventajas de la industria turística protegiendo su entorno, su paisaje, su cultura y patrimonio y que, por una vez, se dé más importancia a la sostenibilidad a largo plazo que a la rentabilidad a corto.

$!Sur de Fuerteventura: El paraíso cercano
11 may 2021 / 18:00
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