Tu postura afecta a tu estado de ánimo

Si tuvieses que imitar la postura que adopta una persona depresiva, seguramente doblarías tu cuerpo hacía delante, con los hombros caídos, la cabeza baja, caminarías lentamente y arrastrando los pies.

En cambio, si te pidiese que interpretases a una persona feliz, caminarías como flotando, con los brazos extendidos y sonriendo.

Y si te comportases como una persona segura de sí misma, te mostrarías con una postura erguida, con la barbilla elevada, el pecho abierto y separando los pies. Una postura que transmite confianza.

La postura corporal indica el estado emocional de la persona. Una buena parte de lo que expresamos al comunicarnos con los demás lo hacemos sin palabras. El lenguaje corporal es la manera más importante de comunicación no verbal.

A través del lenguaje podemos decir una cosa y pensar otra diferente. Se puede intentar engañar al interlocutor, sin embargo, con el lenguaje corporal resulta más difícil mentir.

La postura, nuestros gestos, nuestro rostro, revelan cuáles son nuestros sentimientos. La mayoría de las señales son inconscientes, sobre todo, en momentos de alegría, miedo, enfado o tristeza, y es casi imposible dominarlos.

Si observamos la postura que adoptamos frente al ordenador, o al mirar el teléfono móvil, se parece mucho a la posición encorvada, con la cabeza hacía abajo... que adoptamos cuando estamos tristes y deprimidos. La postura mejorará el estado de ánimo y aliviará las tensiones del cuello, dolor de cabeza, etc.

Es posible que alguna vez te hayas encontrado con personas que desde un primer momento no te resulten agradables o, por el contrario, otras personas te encantan apenas conocerlas y no sabes por qué pasa esto.

Quizás te haya ocurrido alguna vez que estás hablando con una persona, y en lugar de estar atendiendo a lo que estás diciendo, tiene su mirada focalizada muy lejos de ti. Su postura, sus gestos la delatan y te hacen ver que no le interesa nada lo que estás comentando.

Hay gestos como la sonrisa que se utilizan instintivamente por todas partes y se relacionan directamente con las emociones básicas del ser humano.

La próxima vez que te sientas triste y deprimido, observa tu postura. Cuando te haces consciente de tu postura, de tus gestos, es cuando podrás cambiarlos.

Lo que pensamos influye en nuestro estado de ánimo y, por tanto, en nuestra salud y bienestar, pero también ocurre a la inversa.

La postura corporal y el lenguaje no verbal pueden llegar a influir en el estado de ánimo.

Si deseas contactar conmigo puedes hacerlo en consulta@otiliaquireza.com. Estaré encantada de poder ayudarte.