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La crisis sanitaria ha obligado este año a suspender la tradicional puesta de largo // El restaurante servirá comidas para celebrar la fiesta de la Peregrina Ana Iglesias

El Casino de Pontevedra sin baile de las debutantes

Por estas fechas, el Casino de Pontevedra estaba en plena ebullición con los preparativos de una de sus jornadas más especiales del año, la presentación en sociedad de un grupo de jóvenes en el baile de las debutantes, la cena de gala con la que la emblemática entidad celebra la Fiesta de la Peregrina.

El teléfono no pararía de sonar con llamadas de socios pidiendo invitaciones y haciendo consultas, y con el personal que trabaja en la entidad ultimando detalles para que todo saliese a la perfección y las cerca de cuatro mil personas que acudían cada verano al festejo disfrutasen de una inolvidable velada.

A mí, personalmente, se me antoja extraño que no estén directivos y socios desempolvando sus esmóquines, que no se vea trasiego en las tiendas de moda pontevedresas buscando los vestidos de fiesta más espectaculares y que por un año, orquesta y dj no inviten a ocupar la pista de baile, especialmente en ese momento único del vals con el que las jóvenes son presentadas ante la emoción de sus familias y el aplauso y los gritos de sus pandillas.

El baile de las debutantes en el Casino de Pontevedra deja sin duda un vacío en el calendario de la zona, en un verano extraño en el que hubo que adaptarse a las circunstancias y suspenderlo, “algo obligado”, como reconoce su presidente desde hace diez años, Jaime Olmedo, aunque reconoce que “en el fondo te crea una pequeña frustración el tener que hacerlo, porque es una fiesta que se prepara desde meses antes, y aunque ya lo veíamos venir y era lógico hacerlo, tal y como estaban las cosas, no deja de ser triste”.

“Pero son decisiones que hay que tomar”, afirma rotundo. “Y un verano tan singular como este, necesita de la toma de decisiones tan excepcionales como esta”.

Y es que hasta donde alcanza la memoria de Jaime y de los socios más antiguos, no hay constancia de que se hubiese suspendido esta fiesta desde la creación del Casino en 1855. “Quizá en la Guerra Civil”, dice Olmedo, “pero fijo no lo sé. Desde luego, nadie lo recuerda, y es una fiesta que ha gustado y gusta tanto que no queremos que se pierda por nada del mundo”.

Asegura que la medida tomada tuvo “muy buena acogida, porque era de sentido común. Tal y como es la normativa de la Xunta, era imposible celebrarlo. Lo que se podía hacer era un remedo de lo que es la fiesta en sí, y no queríamos quedarnos con eso. Creemos que es mejor esperar al próximo año y celebrarla de nuevo por todo lo alto”.

“Para nosotros es un día grande y un día de fiesta”, insiste Olmedo, “y queremos disfrutarla como siempre se ha hecho”.

Ligado al Casino de Pontevedra “desde que tengo uso de razón” y nieto de socio, el presidente recuerda que “de niño vivía al lado de la sede social, por lo que tengo muchísimas vivencias ligadas a la entidad. Allí leí mis primeros tebeos, iba al peluquero...”.

Así que hoy, segundo sábado de agosto, no habrá cena baile y puesta de largo, pero sí una comida para celebrar la Fiesta de la Peregrina, a la que seguramente se sumen muchos socios nostálgicos. El primero, el propio Jaime Olmedo, que ha reservado una mesa para disfrutar del almuerzo con su mujer, Ángeles Feijóo-Montenegro, y unos cuantos amigos, así como uno de sus predecesores en el cargo, José Ángel Fernández-Arruty, muy ligado a la vida social del Casino, que también ha reservado una mesa.

El equipo de cocina del restaurante ha preparado para la ocasión un menú especial con motivo de la festividad de la Virgen Peregrina, que se servirá en las instalaciones del Parque de Verano de A Caeira.

El almuerzo consta de salpicón de pulpo con vinagreta de naranja y tomate o una crema fría de calabacín con un toque de foie-gras y espárragos, un lomo de lubina con puerros confitados y aceite de aceituna o una llana de ternera gallega cocinada 12 horas en su jugo sobre trigo tierno y verduritas, y de postre, cóctel de frutas a la menta o tarta de queso sobre crema de membrillo.

Otra de las citas más entrañables del verano que se han caído de la agenda es la tradicional comida homenaje a los socios de honor. “No nos parecía conveniente organizarla este año tal y como está la situación, y dado el perfil de edades que se reúne en ese evento, la mayoría de alto riesgo. Aparte de tener que limitar mucho el aforo. Creímos que no tenía sentido y decidimos no hacerla este año”.

Tras permanecer cerrado al público unos meses a causa de la crisis sanitaria, el Casino volvió a abrir sus puertas a finales de junio, reactivando poco a poco su actividad, con estrictas medidas de seguridad, poniendo en marcha desde un curso de tenis intensivo para los más pequeños a las cenas de los viernes, con menús especiales, para retomar el contacto con familiares y amigos.

08 ago 2020 / 00:15
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