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“Mi público no solo es turista, mi arte es para la gente de aquí de Santiago, alternativo”

La pintura no solo es una forma de representar el mundo, sino que también es una forma de plasmar tu propio mundo de manera gráfica para los demás. Por ello, todos los artistas tienen tras de sí una motivación e ideología que los lleva a crear. Y la de Deiviz Kostoya es diferenciarse de las múltiples tiendas de souvenirs para turistas que hay en Santiago. Con representaciones de As Marías y la Catedral, reinvenciones de cuadros como la Mona Lisa o El Grito, Deiviz pone su puesto cada tarde en la emblemática calle del Franco de Santiago para compartir sus creaciones.

Tú estudiaste periodismo, ¿cómo surge esa pasión por el mundo de las artes y la pintura?

Pues empezó todo cuando estudiaba la carrera de Periodismo, precisamente, porque siempre me gustó pintar, pero lo tenía como un hobby, por placer. Empecé pintando cosas que me gustaban de Santiago, con mi estilo propio, probando.

¿Y cuál dirías que fue tu creación de partida?

A partir de 2016 fue cuando hice la versión de La noche estrellada y El grito de Las Marías, que supusieron una revolución porque nadie lo había hecho antes y gustó mucho.

¿Y cómo te decidiste a montar este puesto en las calles del Franco?

Porque hay que dejarse guiar por la gente a la que te gusta tu arte y lo aprecia, sin ser por quedar bien. Este puesto es una licencia del Concello de Santiago, es algo público. Normalmente tú les presentas lo que haces y, si les gusta, te conceden esta licencia.

¿Cómo te enteraste de que existían este tipo de licencias?

La idea partió de una chica amiga mía que estaba metida en este ambiente y me había dicho que con mis cuadros podría hacer postales porque iban a gustar mucho. Así que... ¡Me lancé!

¿Quién es tu gran apoyo en todo esto del arte?

Mi abuelo, sin ninguna duda. Siempre me apoyó y aún a día de hoy me ayuda en todo. Me ayuda a cortar la madera con la que hago los imanes, me pule las paletas, me ayuda a obtener la madera reciclada de las cajas de fruta para el tema de los pins... ¡Le debo mucho!

¿Y qué es lo que más gusta de tu arte a los que ven tu puesto?

¡El colorido y la originalidad! A los niños les llama mucho la atención, además de algunos de los diseños, como es el caso de la Mona Lisa cerda, a la que yo llamo Giococcia. También la purpurina y el brillo siempre alegran y sacan una sonrisa a los más mayores de la zona. Con contribuir a hacerles un poquito más feliz su día ya me doy por satisfecho.

¿Son los turistas los que principalmente se interesan por tu arte?

Yo en realidad creé esto para la gente de Santiago, porque yo ví, como santiagués, que no existía este tipo de cosas a la venta. Por eso, la mayor parte de la gente que se interesa por mi arte es de aquí o gallega, sobre todo estudiantes.

¿Y en qué te inspiras para crear?

Yo no soy de público turista, aunque también, porque tengo cuadros muy famosos reinventados con toque compostelano, tipo souvenir o rollo peregrino, pero, en general, lo que hago es pensando en que me guste a mí o en lo que le podría gustar a la gente que conozco.

Tus creaciones son cuanto menos alternativas (el Camino sobre la bandera del Orgullo Gay, el feminismo muy presente sobre el símbolo de Santiago...). ¿Dirías que es este tu valor diferencial?

Mi arte es polémico. Lo bueno de estar aquí en la cale es que te puedes encontrar público de todas las sensibilidades. El 99,9% de las veces la gente es genial conmigo, pero siempre hay la oveja negra y personas que nunca van a estar de acuerdo con lo que haces.

Entonces, ¿buscas lo alternativo?

Sí, yo busco que mis creaciones sean alternativas y un poco provocadoras, porque, por ejemplo, poner a las Marías con la bandera del orgullo de fondo cuando ni siquiera se sabe si fueron lesbianas... ¡Deja patidifuso!

10 ago 2020 / 00:15
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