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‘Shortfilms’ para mostrar al mundo la Galicia celta

Sanxenxo. Ana Iglesias

Experto en técnicas de masaje, el pontevedrés Marcos Redondo se formó viajando a lugares lejanos como Japón, Tailandia, la India o el Himalaya, para dominar técnicas como el shiatsu, el ayurvédico o el masaje hindú con los pies, disciplinas que desde hace años aplica a sus pacientes y en las que forma a compañeros en todo el mundo.

Muy arraigado a su Galicia natal, a la que regresa continuamente entre viaje y viaje, Marcos confiesa que “siempre la he querido dar a conocer de la forma que yo la siento, explicándole a todo el mundo cómo es la conexión de un gallego con su tierra”. De ahí surge precisamente Galicia The Celtic Motherland Project, una serie de shortfilms que pretenden dar a conocer la belleza y cultura de paisajes ancestrales, y animar a los extranjeros a vivirlos y disfrutarlos.

Así, y costeado por su propio bolsillo en una apuesta “muy personal”, Marcos encabeza el equipo del proyecto, para el que se ha colocado ante la cámara de Diego Matellán (@fpvflyer) y del premiado internacionalmente Álex Timelapse (@alextimelapse), creador del concepto Tourlapse, con los que ha estado grabando en distintas localizaciones con el objetivo de narrar la historia de una persona que vuelve a casa tras haber estado fuera, y se encuentra con sus raíces.

El equipo ha recorrido algunos de los lugares más simbólicos de Galicia, de los que Marcos habla maravillas por su gran carga simbólica y con los que mantiene una estrecha relación emocional. Illas Cíes, el Santuario do Monte Facho, el Monte Pindo, el Castro de Baroña o la rúa da Pedra e da Auga, popularizada por las caminatas del expresidente Mariano Rajoy, al que precisamente se encontraron de ruta mientras estaban grabando.

Todos esos lugares y muchos más podrán verse en una serie de promos de tres minutos (en formato shortfilm) para explicar al mundo “esa Galicia de conexión con la naturaleza, ese país de los mil países repleto de sitios sagrados, de castros celtas, de yacimientos megalíticos...”, explica entusiasmado Marcos Redondo, que destaca el “fuerte sentimiento que genera nuestra Galicia Celta” y que “nada tiene que ver”, dice, “con esa Galicia que se vende turísticamente”.

A él le interesa lo que inspira la tierra y la grandeza de los paisajes, convencido de que “nos falta apreciarlos más y presumir más de ellos. Creo que no tenemos nada que envidiar a otros países celtas como Bretaña, Irlanda, Escocia o Gales, que son maravillosos, y de los que sus habitantes se sienten muy orgullosos y lo manifiestan. Creo que nosotros también deberíamos hacerlo”.

Y para eso, lo primero es “darla a conocer y elevar su listón, convirtiéndola en referencia de culto como sucede en esas otras zonas de Escocia o Gales, que venden los simbolismos celtas de nuestros ancestros mucho mejor que nosotros, a pesar de tener un patrimonio menos completo”, dice Redondo.

THE CELTIC MOTHERLAND PROJECT. Aunque la idea le rondaba desde hace tiempo, Marcos encontró en el parón forzoso provocado por la crisis sanitaria el momento perfecto para “reflexionar, darle vueltas y ponerlo en marcha, tras encontrar al resto de colaboradores para el equipo y llevar a cabo los preparativos. Y una vez terminado el confinamiento, y fue posible, se pusieron a recorrer las zonas célticas “más potentes del país” para crear esa historia que recrea el viaje iniciatico de un hijo de emigrantes que vuelve a su tierra, y queda absolutamente conectado con su energía.

Un sentimiento que él confiesa sentir cada vez que viaja fuera por trabajo y regresa a casa, así que reconoce que le fue relativamente fácil ponerse ante la cámara para protagonizar esta historia, de lo que afirma haber sido “una maravillosa experiencia”, con momentos “muy potentes, como el reencuentro con el lobo, la curuxa, el mar, el viento... con esa Galicia de naturaleza salvaje e indómita”.

En su memoria para siempre, esas escenas en las que corrió al lado de un lobo por un bosque, o se bañó bajo las cascadas de agua de la fervenza da Toxa. También paisajes muy especiales como A Moa y el Olimpo Celta, al que consiguió acceder con la ayuda de la Asociación Monte Pindo Parque Natural y Juan Louro. “Para mí esa subida a la Moa fue como sentir esta parte ancestral mía que ya tenía ahí”, afirma Marcos, que confiesa que “soñaba con ese monte de moles graníticas lleno de alquimia, con a catarata cayendo al mar, a la playa, las murallas... Senti su llamada”.

Una imagen inmortalizada con cámara de drones y llena de sentimiento, tal y como asegura su protagonista, muy satisfecho con el resultado de las semanas de grabación, de las que saldrá la primera pieza de una serie de shortfilms para los que Redondo espera conseguir un patrocinador.

“Se lanzarán en streaming para el público internacional”, explica Marcos, quien adelanta que ya hay compañías de viajes interesadas para poder vender esta Galicia a sus clientes”, aunque reconoce que le gustaría “que fuese una gran compañía de aquí la que se hiciese cargo del proyecto, recibiendo a pequeños grupos de viajeros y llevándolos a esos lugares para que conozcan esta naturaleza y se hagan rutas de conexión con la tierra.

26 ago 2020 / 00:30
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