Hace apenas dos meses se cumplieron tres años del inicio de la declaración de emergencia de salud pública por la pandemia provocada por el coronavirus. La misma que concentró todos los esfuerzos en una vacunación masiva para controlarla y que ha ratificado el valor fundamental de las vacunas en todos los países del mundo.

No obstante, no es la primera vez que las vacunas son factores críticos para frenar el impacto de una enfermedad infecciosa, o incluso erradicarla, como es el caso de la viruela cuyas consecuencias las sufrieron millones de personas hasta el desarrollo de la correspondiente vacuna. Y es que, desde su desarrollo, las vacunas son una pieza clave en las políticas de Salud Pública y contribuyen al incremento de la esperanza de vida de la población a nivel mundial -se estima que para 2025¹, la proporción de adultos mayores de 50 años alcanzará el 50% de la población total de la Unión Europea² - y en la reducción de la carga de enfermedad y muerte de millones de personas anualmente.

Por eso, más que un gasto, las vacunas deben ser consideradas como una inversión, dado que son una de las herramientas más efectivas del sistema sanitario, y no solo en la prevención de las enfermedades infecciosas y en la disminución de la mortalidad, sino también, por su papel en el mantenimiento de la calidad de vida, la reducción de visitas médicas, test de diagnóstico y hospitalizaciones³.

Las vacunas: esenciales en todas las etapas de la vida

Dado que las vacunas no solo previenen enfermedades, sino que también protegen de las complicaciones y la discapacidad frecuentemente asociada a estas enfermedades, un dato a tener en cuenta es que la vacunación es necesaria en todas las etapas de la vida. Tanto en niños, como en adolescentes o incluso en personas que ya han alcanzado la madurez, en personas que tienen alguna enfermedad o están completamente sanos. Sin la inmunización a lo largo de la vida, enfermedades infecciosas como la propia covid19, la gripe estacional, el herpes zóster o la enfermedad neumocócica seguirían causando una morbilidad y mortalidad sustanciales, especialmente en la edad adulta⁴. 

El aumento progresivo de longevidad de la población conlleva que los programas de vacunación dirigidos a adultos sean ahora más importantes que nunca. De hecho, en el Calendario Vacunal a lo largo de la vida, aprobado por la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del SNS, la vacunación deja de ser exclusiva para lactantes, niños y adolescentes y se consolida en las personas a partir de 65 años como una herramienta para contrarrestar la vulnerabilidad de su sistema inmunitario. Esta vulnerabilidad se debe a factores como la inmunosenescencia, que supone el deterioro gradual del sistema inmune provocado por la edad. Este proceso conlleva que nuestro sistema de defensas sea menos hábil a la hora de identificar y controlar posibles "amenazas".

700.000 personas cada año mueren por infección de microbios resistentes y se prevé que si no se actúa, para 2050 podrían llegar a 10 millones de personas⁸

‘Inmunofitness’  

El inmunofitness es un estilo de vida que se sustenta en hábitos saludables que ayudan a que el sistema inmunitario envejezca saludablemente. Y es que, para combatir las agresiones externas a las que estamos expuestos durante toda la vida es necesario llevar a cabo ciertos hábitos saludables que reduzcan los efectos de la inmunosenescencia⁶.

GSK, compañía farmacéutica comprometida con el cuidado de la salud de las personas y consciente del impacto de la inmunosenescencia, puso en marcha el proyecto Inmunofitness, que pretende concienciar sobre la importancia de mantener un sistema inmune sano. Este estilo de vida pone el foco en cuatro pilares: alimentación saludable, vida activa, mente sana y prevención de enfermedades mediante la vacunación⁷. 

Así, en su web, https://inmunofitness. es/ reúne contenido de calidad con consejos y recomendaciones a través de videos, artículos, entrevistas y tablas de ejercicios, de forma que las personas a partir de 50 años tengan a su disposición diferentes consejos de hábitos saludables para incluir en su día a día y combatir las consecuencias de la inmunosenescencia porque tal y como ellos mismos afirman “la salud también se entrena”.

DATOS

  • 50% será la proporción de adultos mayores de 50 años de la población total de la Unión Europea para 2025 según las estimaciones.⁹
  • 1/3 parte mayores de 16 años viven con una enfermedad crónica o problema de salud crónica según datos de OECD en 26 países.¹⁰
  • 0,5% era el porcentaje de financiación que iba dirigido a programas de inmunización de los presupuestos sanitarios antes de la COVID-19.¹¹
  • 5-20% de efectividad en la mejora de las tasas de inmunización en adultos y niños mediante el uso de recordatorios y repescas.

¹OMS. Vacunas e inmunización. Situación Mundial ²Vaccines Europe. Prioritising Adult Immunisation Policy in Europe. 2022. ³Largeron, N et al. Role of vaccination in the sustainability of healthcare systems. Journal of Market Access & Health Policy 2015. ⁴Tate et al. The life course approach to vaccination: Harnessing the benefits of vaccination throughout life. Elsevier. 2019. ⁵Calendario Común de Vacunación a lo largo de toda la vida. Calendario recomendado año 2023. [Internet] Consejo Interterritorial Sistema Nacional de Salud [Acceso marzo 2023]. ⁶Crooke SN, Ovsyannikova IG, Poland GA, Kennedy RB.Immunosenescence and human vaccine immune responses. Immun Ageing. 2019. ⁷Inmunofitness. [Internet] ⁸Vaccines Europe. Prioritising Adult Immunisation Policy in Europe. 2022 [Último acceso marzo 2023]. ⁹-Méroc, E., Fröberg, J., Almasi, T. et al. European data sources for computing burden of (potential) vaccine-preventable diseases in ageing adults. BMC Infect Dis21,345(2021) ¹⁰Health at a glance 2021. OECD indicators. ¹¹Vaccines Europe. Prioritising Adult Immunisation Policy in Europe. 2022