Sus rutas a pie o en bicicleta muestran la naturaleza y el patrimonio en estado puro // El río Ulla y sus afluentes marcan un paisaje salpicado con cascadas y un color propio de la época en su vegetación // Existe una variada oferta hostelera TEXTO M. Boo

El otoño es ideal para gozar de las tierras de Arzúa y Melide

Turismo
M. Boo
El embalse de Portodemouros cuenta con el ferry ‘Azulón Primero’

En la tierra de Arzúa y Melide este otoño toca pasear, caminar, gozar de los senderos y de los Caminos de Santiago. Porque a un pasito de Santiago y A Coruña, estas comarcas ofrecen grandes posibilidades para disfrutar del aire libre, de la naturaleza y del patrimonio. El otoño es una época espectacular para mezclarse con el paisaje, para la observación de aves migratorias, para la recogida de castañas y setas....

El río Ulla y sus afluentes marcan el paisaje de las comarcas de Arzúa y Melide. Su estado cambia, desde la imponente cascada de Brañas en Toques o la de Hortas en el regato de Saímes, que divide Arzúa y Touro, hasta las tranquilas aguas del embalse de Portodemouros, atravesadas sin pausa por el ferry Azulón Primero.

La Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo tiene en la laguna de Sobrado su reserva de aves más importante. La laguna fue construida por los monjes cistercienses, hace cinco siglos. Hoy está totalmente naturalizada. Cualquier día de otoño, a simple vista o con prismáticos, se pueden observar una gran cantidad de aves: ánades, garzas reales, cormoranes, zampullines,... además de una rica diversidad de plantas específicas de la laguna, como los nenúfares y algas endémicas.

Para entrar en calor, bien merece la pena una visita el núcleo urbano de Sobrado, con el imponente monasterio de Santa María, referente gallego del barroco del que destaca la fachada de la iglesia. Las visitas guiadas tienen un horario amplio que se puede consultar en su web.

Para caminar siempre se agradece el sonido del fluir del agua y la suave luz bajo el bosque de ribera. Por eso, las rutas a pie del Ulla son tan agradables. Touro es una de las capitales del senderismo. A 20 minutos de Santiago, ofrece tres rutas homologadas con el río y sus cascadas como protagonistas y, en esta época, adornadas por los colores de otoño de los árboles autóctonos. La última de las rutas enlaza con la de la Cascada das Hortas en Arzúa. Después de terminar cualquiera de las dos, es recomendable comprar pan y chocolate en la panadería de la aldea, que se encuentra al subir de la cascada.

Un poco más al Este, en la Serra do Careón (Rede Natura 2000), en Toques, otras tres rutas invitan no solo a descubrir la espectacular cascada das Brañas en el río Furelos (afluente del Ulla), sino también el dolmen Forno dos Mouros, uno de los monumentos megalíticos mejor conservados de Galicia.

Y además existe la posibilidad de alojarse con el perro, siempre respetando las correspondientes normas de buena convivencia. Estos son algunos de los alojamientos en los que son bien recibidos: Cabanas da Ulla y Pena de Augasantas en Touro, Vila sen Vento en O Pino, Pazo de Santa María en Arzúa o Abeiro da Loba y Vía Sacra en Sobrado.

Para ir en bici, las rutas preferidas son la de Beseña, que rodea el embalse de Portodemouros en Santiso, y la ruta dos Muíños do río das Gándaras, en Vilasantar, a escasos 30 minutos de A Coruña. Esta ruta hay que conocerla. Es preciosa, y además cuenta con Pepe, el vecino que cuida y pone en marcha el batán, rehabilitado hace unos años. Una experiencia que deja huella.

Algunos de los establecimientos preparados para recibir ciclistas en la zona son: en Sobrado Vía Sacra, Casa do Queixo y Abeiro da Loba; A Curuxa y el Pazo de Santa María en Arzúa, Pena de Augasantas y Cabanas da Ulla en Touro o Vila sen Vento en O Pino.

Y para quien quede con ganas de caminar, la opción perfecta, aún por descubrir para muchos con destino Santiago, es el Camino Norte. Declarado Patrimonio de la Humanidad en 2015, cuenta con una oferta de hostelería y restauración nueva, de calidad y a precios muy razonables.

Para estos planes con familia o amigos, una visita ineludible es a la Casa do Queixo, porque el amparado por la denominación de origen Arzúa-Ulloa es la señal de identidad de la comarca. Y hay la posibilidad de elaborarlo uno mismo como hacían las abuelas. Además, se puede visitar la granja-zoo, tan divertida para los más pequeños. Y también se hace imprescindible gozar de un fin de semana con las actividades que organiza Pobo Aventura y con las que los más pequeños siempre quieren repetir.

Para concluir un fin de semana distinto y muy aprovechado, Boimorto es visita obligada, allí Nai Gaia Lecer invita a participar en las batallas con láser o con arcos. Como bien dicen ellos mismos, a estas contiendas se apunta toda la familia, ¡desde los abuelos hasta los perros!