{ EL DÍA DESPUÉS }

Contundencia defensiva

Firmas
Pepe Casal
Robertson, defendido por Nakic. Foto: Antonio Hernández

EL ANDORRA, tras su cambio de entrenador, había obtenido dos victorias de prestigio, la primera en su visita al Real Madrid y la siguiente en su casa ante el Joventut. Tras caer derrotado por el Partizan en Belgrado el pasado miércoles, llegaba a Sar con las mismas urgencias que tienen todos los equipos de la parte baja de la clasificación. Hay una gran necesidad de sumar.

A veces ser un excelente y experimentado segundo no deriva en acertar en todos los aspectos tácticos. La estudiada defensa planteada por Moncho, esta vez muy bien ejecutada, le permitió al Obra dominar la primera parte con mucha solvencia, tanto en el juego como en el marcador. Incluso en el primer cuarto, gracias a esa excelente defensa, disfrutamos de tres contraataques. El Andorra pudo capear el temporal merced a la dupla McIntyre-Arteaga. A las asistencias tras penetración del primero remachaba con contundencia el segundo, fue la única laguna que en defensa no supo resolver el Obra. Desde el triple no hubo mucho acierto, 2 de 11, pero el buen juego fraguado desde la consistencia defensiva hizo que la ventaja se disparase hasta los 17 puntos, a pesar de que la aportación de los hombres del banquillo señalaba un 2-15 a favor de los visitantes. Moncho tuvo que hacer encaje de bolillos para equilibrar sus quintetos, porque la producción ofensiva se reducía al trío Scrubb, Birutis y Hobbs, ya que a Robertson lo tenían muy bien atado, aunque jugó muy bien sin balón, y Ellenson aportaba pero sin tiro exterior.

En el tercer cuarto, con Mekel de protagonista, la defensa del Andorra fue ahogando el ataque de un Obra que parecía que se venía abajo, aunque en defensa lo seguía intentando. Miedo en el cuerpo ante la revuelta en el marcador, 57-61 con un parcial muy preocupante de 11-26. En el último, el Obra fue capaz del más difícil todavía, volver a su mejor nivel defensivo y aunque tuvo dificultades para anotar, se impuso totalmente y con una telaraña persistente, dejó sin anotar al Andorra durante más de cinco minutos.

Hobbs estuvo clarividente en ataque, Birutis muy consistente en ambas zonas y moviendo el balón con mucho criterio y Scrubb simplemente estuvo soberbio en todas las facetas del juego, con alguna canasta espectacular. De los demás solo podemos destacar una de las claves del partido, la gran defensa de Beliauskas, que paró durante un buen rato al mejor jugador visitante, McIntyre, autor de 21 puntos y auténtica pesadilla con sus penetraciones y asistencias.

Fue una victoria importantísima en el fondo y en las formas, que permite al Obra subir su moral y conocer fehacientemente que el camino defensivo es la solución de una gran parte de los problemas que se puedan presentar, incluso el desacierto en los triples.

El miércoles viene el Betis que estaba lanzado con sus últimas victorias pero el Baskonia lo puso en su sitio. Va a ser un rival muy difícil por su gran físico y el talento e intensidad de algunos de sus jugadores, pero si el Obra sigue en esta línea, puede ganar un partido que valdría doble por el basket average. La asistencia no fue muy alta, no obstante, los decibelios y el apoyo del público fue como el de las mejores tardes en Sar. Que se repita el miércoles.