El Athletic Club enseña las costuras de un Atlético que sigue sin encontrarse

Los vigentes campeones remontan a los colchoneros y se citan en la final de la Supercopa con el club merengue, este domingo
Supercopa de España de fútbol
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DECISIVO El delantero del Athletic de Bilbao Nico Williams celebra tras marcar el segundo tanto. Foto: Julio Muñoz

El Athletic Club se clasificó para la final de la Supercopa de España después de sorprender al Atlético de Madrid (1-2) gracias a los goles de Yeray y Nico Williams, en apenas cinco minutos, remontando el tanto inicial de Joao Félix y confirmando su presencia en la pelea definitiva por el primer título de la temporada. Un título que a pesar de ser el que estrena la nómina de torneos a nivel nacional, la Real Federación Española de Fútbol ha decidido llevar lejos de nuestras fronteras, hasta Arabia Saudí. Porque en el fútbol el dinero manda.

El equipo de Marcelino García Toral, vigente campeón de la Supercopa, seguirá en liza tras protagonizar un trabajado triunfo ante el Atleti. Aguantó el buen arranque de los rojiblancos, nadó sin peligro en la fase más oscura del partido y dio la vuelta a la tortilla cuando tan solo quedaban nueve minutos para el final. Un guion perfecto para los vascos.

La noche comenzó con buenas sensaciones para un Atlético de Madrid que sigue sin encontrar las constantes que le hicieron campeón de Liga hace seis meses. Perdió encajando dos goles a balón parado -su propia medicina- y fue incapaz de producir ofensivamente, ni con Suárez, ni con Correa, que lo intentó con más intensidad que el charrúa.

De él fueron las primeras ocasiones de un Atlético que ya había avisado a los 9 segundos con un gol anulado a Joao Félix por fuera de juego. El futbolista portugués intentó reivindicarse como titular, algo que no es habitual, y lideró a los suyos en una primera parte muy pobre en el campo contrario. Ambos equipos incluso reclamaron un penalti.

Los colchoneros sobre Lemar, en un recorte que pareció insuficiente cuando fue trabado, y después Kondogbia con un pisotón que no ofreció dudas para el árbitro. Esas fueron las mejores ocasiones de un primer acto que no pasará a la historia del fútbol. En la segunda mitad sí cambió el encuentro gracias al atrevimiento de los jugadores bilbaínos.

A CONTRACORRIENTE. Una valentía que se exageró tras el 1-0, un gol que espoleó a los de Marcelino en lugar de consolidar a los de Simeone. Un córner de Lemar terminó en la cabeza de Joao Félix, que remató a la base del poste. El rebote golpeó a Unai Simón, que no pudo hacer nada por impedir que el gol subiese al marcador. Fue entonces cuando los efectivos rojiblancos cavaron su propia tumba.

Oblak comenzó a hacerse más importante con paradas brillantes y Simeone dio un paso atrás conformándose con la exigua renta para jugar la final. Últimamente en duda, con apenas nada más cinco de sus últimos 20 partidos imbatido antes de la Supercopa de España, cuando antes era casi una norma con él bajo palos, el partido de este jueves era un examen para el guardameta. Fue lo mejor del Atlético, pero sus milagros no son suficientes para levantar a un equipo y llevarlo a la final. Protagonizó paradas de mérito para la resistencia finalmente doblegada del Atlético. No pudo hacer más en los goles. Yeray igualó la contienda diez minutos después de haber avisado con una jugada calcada y remató al fondo de las mallas un envío preciso de Muniain. Todo apuntaba a la prórroga, pero todavía quedaba una sorpresa para evitar que la angustia colchonera durara más de lo estricatmente necesario.

Nico Williams -que había revolucionado el partido con su velocidad- estableció el definitivo 1-2 tras aprovechar un rechace en un córner que ajustó a la base del poste. Un gran disparo que acabó siendo definitivo para enseñar las costuras de un Atleti que sigue con dudas y lejos de su mejor nivel. Tiene 19 años y ya tiene un gol para la historia. Un remate muy bien dirigido imposible para un Oblak que estaba amargando la noche a su hermano Iñaki, a Íñigo Martínez y a todo el Athletic. Pero no se quedó ahí, si no que siguió buscando a los rivales. Se ha presentado al mundo y ya casi hasta le idolatran en Bilbao.

El Athletic ya sueña con renovar el título en la final del domingo ante el Real Madrid.