El Deportivo se abraza a la solvencia y Miku se acuerda de Fernando Vázquez
Tres partidos y tres victorias contemplan al Deportivo, que sumó su segundo triunfo consecutivo a domicilio. Venció en Calahorra tras una excelente primera parte en la que encarriló el partido. Luego gestionó el marcador.
Quiles, el delantero que llegó procedente del Recreativo, se exhibió en los mejores minutos del Deportivo. Marcó el gol que empezó a decantar el choque y estuvo en la fabricación del segundo a Miku. Apenas superada la media hora el cuadro coruñés ya tenía dos tantos de ventaja en el marcador. Y si había problemas atrás ya estaba Ian Mackay para dar seguridad bajo palos. El veterano meta, felino sobre la línea de gol, frustró una clara ocasión de Tarsi cuando la ventaja blanquiazul era todavía mínima.
La zurda de Quiles desatascó el partido a los seis minutos de haberse iniciado. Poco antes Mackay ya había advertido de su seguridad al blocar un chut lejano de Manu Ramírez. El Deportivo, como ocurrió en Tudela, volvió a golpear de inicio. Decantó el partido y evitó prisas. Hizo diana en el momento justo porque Miku marcó el segundo cuando el Calahorra quería revolverse contra su fortuna. Ejerció de cazagoles el delantero venezolano, hábil para recoger un rechace de Zabaleta en la porfía con Quiles. El toque del zaguero evitó cualquier duda sobre fuera de juego del punta visitante.
El Deportivo se plegó tras el receso y su defensa se convirtió en indescifrable para el Calahorra, sin demasiados argumentos para dañar al rival. Pero con constancia y amenazador en el juego aéreo. Andoni Ugarte pudo empatar con un testarazo que golpeó el larguero.
El técnico del Deportivo llamó entonces a Borja Granero, activó el antiaéreo y acabó de cerrar un partido al que llegó un premio de última hora para la sensación Noel, que volvió a marcar en una contra que condujo Diego Aguirre y que finalizó con una finta maravillosa sobre un defensor local. El nuevo ídolo lo celebró abrazado a una afición que, ahora así, comulga con un equipo que genera ilusión.