Ingenieros, carpinteros de ribera y naturaleza son claves para el liderazgo autonómico en una modalidad con un gran impacto económico // Tanto Pedro Campos como Íñigo Echenique aplauden las condiciones del ecosistema gallego TEXTO C. A. Fernández/Efe

Galicia, un verdadero edén para la clase 6 Metros de vela

Vela
Carlos Alberto Fernández
Carlos Garrido trabaja en su carpintería de O Grove. Foto: S. Sas

Oficios que parecen anacrónicos como el de los carpinteros de ribera conviven en Galicia con la última tecnología en embarcaciones, un cóctel al que se suman los astilleros y unas condiciones idóneas de mar para impulsar el liderazgo gallego en la clase 6 Metros.

Las Rías Baixas y, en especial, Sanxenxo, una localidad que no llega a 20.000 habitantes pero que acoge más de 11.000 segundas residencias, mantiene un idilio con ese tipo de embarcaciones que ya celebró su centenario. Juntos, harán historia. Por primera vez, un mismo club náutico acogerá, consecutivamente, un Europeo (2021) y un Mundial (2022).

El ecosistema gallego es el mejor hábitat para este tipo de veleros que fueron olímpicos hasta mediados del siglo pasado y que suelen tener entre 10,5 y 12 metros de eslora. “A estos barcos les gustan las aguas protegidas y Galicia, en general, y Sanxenxo, en particular, es un sitio fantástico para ellos”, explica el presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo, Pedro Campos.

El ingeniero naval Íñigo Echenique incide en que Galicia aporta un “campo de regatas excelente, con vientos de una gama en que se puede regatear, poca ola en la ría y un entorno que es una gozada para navegar”. “Estos monotipos son abiertos, no tienen cabina, y las condiciones de mar en Galicia son idóneas para ellos”, sostiene con conocimiento de causa, ya que también navega.

A las condiciones de mar se suman otras circunstancias. “Galicia y Sanxenxo cuentan con unas infraestructuras de primerísimo nivel, fábricas de velas y carpinteros de ribera tanto para las embarcaciones tradicionales como modernas”, sostiene Campos.

Echenique ratifica: “En Galicia hay un tejido empresarial capacitado para dar asistencia a los barcos y eso es muy importante. Hay astilleros con gente especializada en materiales compuestos para los barcos modernos, pero también carpinteros tradicionales, con experiencia en barcos de madera, que tienen mucho oficio y mejores precios que los de fuera”. Son artesanos capaces de haber modificado embarcaciones 6M muy punteras, aunque cada vez “hay menos”, matiza.

“Oficios como estos necesitan mucho tiempo de aprendizaje. Astilleros Garrido (O Grove), por ejemplo, van por la cuarta generación y ninguno de los dos hermanos ha tenido hijos, así que podría acabar ahí y sería una lástima”, indica. El rey emérito, con su participación en las competiciones de 6M con el Bribón, del Náutico de Sanxenxo, “también ayudó mucho” al resurgir de esta clase, tal y como apunta Pedro Campos, que ejerció de anfitrión.

El valor de la experiencia. En este mes de diciembre, a pesar del hándicap de la covid-19, Sanxenxo organizó el Trofeo Xacobeo con una flota de más de veinte barcos. “Cuando pase esta pandemia, las regatas volverán con fuerza”, pronostica el presidente del náutico de la localidad pontevedresa. Campos señala que esta clase de vela atrae a gente de “cierta edad y con una posición social elevada”. Por Sanxenxo han pasado empresarios como Patrizio Bertelli, director ejecutivo de Prada, y presidentes de empresas como el Corte Inglés, Telefónica o la entidad financiera gallega Abanca. “Eso es estupendo para Galicia, que conozcan la tierra y hablen bien de su gastronomía, hostelería, sus monumentos, y más en un año Xacobeo (2021)”, apunta.

“Nosotros tenemos el precedente de la salida de la Volvo Ocean Race en 2005, que fue espectacular y muy concentrado, en 15 días. Ahora, el conjunto del campeonato de Europa (septiembre de 2021), el del mundo (junio de 2022) y el europeo de Cascais (Portugal) en 2022, cerquita de nosotros, van a conseguir, en volumen, algo parecido a la Volvo, aunque mucho más alargado en el tiempo”, augura el presidente del club náutico.

En enero, antes de la covid-19, el volumen de preinscripciones era tan alto que en Sanxenxo estaban pensando en cortarlo porque les daba “miedo manejar una flota tan grande”. A pesar de la pandemia, esperan “un tremendo éxito”.

“Lo peleamos mucho y nos han ayudado los resultados. En 2017 ganamos con el Bribón el campeonato del mundo de Vancouver; el año siguiente, el europeo en Francia; y el año pasado, el del mundo en Finlandia. El subcampeón del mundo de embarcaciones modernas también está aquí. Todo ese prestigio ha ayudado muchísimo”, expone el presidente del náutico de Sanxenxo.