MONCHO FERNÁNDEZ Entrenador del Monbus Obradoiro

“Hay muchos más ministros que entrenadores de la Liga Endesa... y yo soy uno de ellos”

{Santiago, 19-09-1969} Parecía que la relación había llegado a su fin, que el cansancio y la exigencia de una temporada tan atípica, dura y al límite habían agrietado lo que hasta ahora era una relación idílica, y que la ambición de dar un salto hacia un equipo ‘mayor’ obligaba al adiós. Nada más lejos de la realidad. Moncho Fernández sigue ávido de triunfos, de gestas y de récords... pero de la mano siempre del Monbus Obradoiro. El entrenador santiagués se mantendrá como el técnico de la Liga Endesa con más temporadas al frente del mismo banquillo (con su renovación alcanzará las 13), continuará como referente dentro y fuera de la cancha del mejor Obra de sus 50 años de historia y peleará, porque en la Caldeira de Sar el día a día es una batalla constante en todos los frentes, por levantar un nuevo “título de la permanencia”.
Monbus Obradoiro
Cristina Guillén/Óscar de la Fuente
EL ÚLTIMO... POR AHORA El entrenador compostelano Moncho Fernández emocionado antes del duelo ante el Murcia en Sar. Foto: Fernando Blanco

Hay mucha gente escribiendo sus memorias, no sé si es caso, pero si fuera así, ¿cómo titularía el capítulo de esta temporada tan extraña?

Una buena pregunta... a ver. Tendría que tener un título algo así, parafraseando a Rosmadoiro el Era visto. Porque era imposible que el 50 aniversario del club transcurriera con normalidad, parece que la historia del Obradoiro siempre tiene que tener algo. Sería así en cierto aire cómico, pero es cierto que fue un año con muchas dificultades aunque la tendencia de la gente también es quedarse solo con lo positivo. Desde el punto de vista de la salud que es lo más importante hemos salido bien, en lo deportivo ha sido muy complejo, muy duro, pero también hemos aprendido muchísimo nosotros no solo como entrenadores sino como personas.

Todo entrenador mejora y aprende cada temporada, pero, ¿lo de ésta fue como un doctorado por todas las cosas nuevas a las que había que enfrentarse?

Sí, nos tuvimos que enfrentar a situaciones para los que no teníamos experiencia. La planificación, que es una aspecto básico en la dirección deportiva, podía quedar convertida en agua de borrajas en dos minutos. Ya en el primer partido de Liga contra Fuenlabrada recuerdo un día que tenía tres planes de entrenamiento: si jugábamos esa tarde, si jugábamos al día siguiente o si jugábamos el lunes, por poner un ejemplo. Eso nos enseñó a ser muy flexibles y a estar preparados para lo que pudiese ocurrir. Y también este año debido a que hemos tenido que aplazar precisamente un montón de partidos y jugarlos en otro momento, hemos aprendido como cuerpo técnico a preparar al equipo para jugar partidos entre semana. Era como nuestra competición europea dentro de la península y de la Liga Endesa. Jugando contra equipos de Euroliga, de Eurocup o de Champions League. Y era algo en lo que no teníamos experiencia y tuvimos que adaptarnos.

¿En algún momento les entró vértigo por estar en una situación en la que había muchas cosas fuera de su control?

Lo que no depende de nosotros no nos puede afectar. Hay situaciones que se te escapan, y debíamos estar preparados para que en cualquier momento apareciese lo que apareció (la COVID). Lo que pasa es que no imaginábamos que nos afectase como lo hizo porque con 27 días creo que fuimos el equipo que más tiempo ha estado confinado de largo. Te enseña a estar preparado, a ser precavido.

Pero las cosas empezaron torcidas. Ya en 2016 ocurrió algo parecido con la lesión de Corbacho en el primer partido de Liga pero es que esta vez dos hombres llamados a ser capitanes generales como Kartal, que se lesiona en un amistoso y tarda en reaparecer y nunca lo hace del todo, y Jake Cohen, que entre mil y un problemas tampoco, ¿ya no solo fue el tema de la COVID lo que remueve los pilares del proyecto?

Sin duda. Lo que pasa es que la COVID nubla todo, pero las lesiones en puestos muy importantes y claves y en momentos muy importantes también nos han hecho daño. La dirección del equipo estaba construida en torno a Kartal, Pepe y Rafa, y Kartal desapareció prácticamente seis meses con una lesión que se complicó, fue dramático en ese aspecto. Luego Daum también empezó la liga fantástico, se lesiona, un mes después vuelve y a los 2 minutos recae y eso lo pagó. Las lesiones de Chris, de Álex, de Pepe, la última de Kass... Contra eso tampoco puedes hacer mucho pero sí es cierto que el equipo fue capaz de suplir la ausencia de los compañeros y supimos adaptarnos.

Y tanto se adaptó que este Monbus Obradoiro 2020/21 nunca cayó a puestos de descenso.

También es cierto. Tuvimos malas rachas pero estoy muy orgulloso desde el punto de vista de los entrenadores porque teníamos un nivel, nos fuimos para casa, y fuimos capaces de volver a recuperarlo en lo ofensivo, e incluso mejorarlo en lo defensivo en el último tramo de la Liga. Competimos en todos los sitios.

Y en los seis partidos que el equipo pierde por una sola canasta, ¿hay una conclusión conjunta?

Cada caso es muy diferente. Pero lógicamente aunque la retina se vaya a acciones puntuales por el camino quedan más cosas, como los tiros libres en la recta final que entramos en una debacle de fallar como pasó en Burgos, por ejemplo. Eso sí es inexplicable.

Después del brote, cuando se juntan varios derrotas también, ¿ahí fue complicado ver hasta dónde el equipo en un momento no daba más o saber si realmente le podría exigir un poco más para dar ese paso que faltaba?

Es una buena pregunta porque inevitablemente nos la hacíamos también nosotros. Ganamos contra Bilbao, que también creo que somos el único equipo que a la vuelta del confinamiento ganó un partido, fuimos a Zaragoza y jugamos bastante bien salvo el último cuarto, pero competimos, después en Andorra ya podríamos estar tirando siete días que todos los balones daban en la parte delantera del aro y se notaba ya al equipo fundido. Ahí la pregunta era: ¿cuándo seremos capaces de recuperar nuestro mejor estado? Porque la mejora de la forma era a través de entrenamiento pero eran entrenamientos que había que hacer de 40 o 45 minutos porque si forzabas había jugadores para los que caminar era casi un milagro. Kassius, Cohen, Birutis, Chris... salieron muy tocados. Poco a poco fuimos mejorando pero nos llevó un mes y pico llegar al estado de forma de un equipo de elite.

En la pretemporada ya eran muchos los que coincidían que esta era una plantilla de mucha calidad y que ofrecía cosas muy diferentes a los Obradoiros de los últimos años. ¿Cree que por culpa de todo lo que ha pasado no se ha podido exprimir al Obradoiro que usted querría?

Claro, pero nunca lo sabes. Sería entrar en el terreno de la especulación. Pero sí era un equipo diferente al de otros años, como entrenadores supimos adaptarnos a las nuevas realidades que teníamos y el equipo desde el punto de vista ofensivo, de puntos por posesión, siempre ha destacado en la parte noble de la Liga. Tenía talento ahí. Defensivamente creo que estuvimos muy mal en la vuelta del confinamiento pero luego fuimos capaces de mejorarlo. Pero era un equipo muy chulo de entrenar.

¿Por qué renueva Moncho Fernández?

Porque implica entrenar al equipo de mi ciudad, de mi corazón, entrenar en la Liga Endesa que es una de las mejores del mundo, me voy a dedicar a hacer aquello que más me gusta, porque tengo muchas ganas de ver el pabellón como siempre... Creo que este año va a ser muy especial. No es un seguimos, una temporada más. Creo que es un punto y aparte. Tengo la ilusión del primer día, de volver a ver a la gente, Sar lleno, los ruidos... Y muchos más motivos que podría seguir desgranando, pero esos son los fundamentales.

Es un entrenador reconocido, con una trayectoria y un bagaje, como dicen muchos compañeros tiene un baloncesto propio... ¿No tiene esa ambición de dar el salto a un grande?

Claro, sí. Siempre digo lo mismo. ¿Cuándo vas a entrenar a un equipo grande? Es que yo ya entreno a un equipo grande, entreno en la Liga Endesa, en la primera división del baloncesto español que es la segunda o tercera liga del mundo tras la Euroliga y la NBA. Una organización fantástica... No tengo esa percepción. Siempre digo que hay más ministros que entrenadores de baloncesto de Liga Endesa, y soy uno de ellos. Tengo mucha ambición por seguir haciendo historia aquí y que las cosas sigan bien aquí. Creo que estamos viendo los años dorados de este club, ojalá vengan muchísimo mejores y los pueda disfrutar en el banquillo o en la grada, me da igual, pero hay cosas en la vida que son muy importantes para mí y ya llevo unos cuantos años de vida, me quedan menos de los que viví, entonces formar parte de la historia del equipo de tu ciudad y demás, eso también es una ambición.

¿Se revuelve o le enrabieta que el club no pueda crecer al ritmo que usted querría?

Creo que el club crece paso a paso y el verdadero milagro es que sigamos estando en Liga Endesa cada año. Desde el punto de vista deportivo y de quiénes somos, porque a veces nos olvidamos, el presupuesto que somos para la ciudad que somos, cómo se genera ese presupuesto... creo que es un milagro por parte de los que rigen el club. Se financia en su mayor parte por lo que genera de por sí, el Consejo de Administración, espónsors, público... Las ayudas públicas no tienen nada que ver con las de otros equipos, bien directamente o a través de la política fiscal que hace que tengas que pagar muchísimo menos y eso repercute en tu rendimiento económico. Ese es el milagro. Somos la ciudad más pequeña de la Liga y llevamos diez años con un modelo muy reconocible por todo el mundo. El milagro no es crecer, el milagro es mantenerte. También es cierto que nuestro Consejo de Administración es ambicioso, y ahora ha tocado el peor momento para crecer. Venimos de una pandemia que ha significado un varapalo económico terrible para toda la sociedad, donde los abonados han hecho un esfuerzo enorme para mantener sus abonos pero la temporada próxima también el club va a volver a tener una carencia porque vendrán sin tener que pagar. El milagro está ahí y sé que desde el Consejo, y el presidente lo dice por activa y por pasiva, quiere conseguir lo máximo posible para que tengamos la mejor plantilla posible pero hay un principio que es básico y que él se cansa de repetir que es: somos serios, cumplimos nuestros compromisos, no gastamos lo que no tenemos. Porque si lo hiciéramos desaparecía todo esto. Ya no sería crecer o no crecer, sería desaparecer.

¿Qué le diría a ese abonado que no sacó el carné la pasada temporada y ahora duda si volver o no?

Espero que la realidad social nos permita volver, que ya estamos viendo que va a haber público seguro, no sé en qué porcentaje. ¿Qué le diría? Ven a disfrutar si esto te gusta. No sabría qué decirle, me cuesta mucho trabajo decirle a una persona que venga al baloncesto cuando a lo mejor su realidad económica... No me atrevo, creo que a lo mejor sería una pregunta para otros abonados. ¿Qué le dirías a otro para que venga contigo a Sar? ¿Qué es lo que disfrutas, lo pasas bien? En mi círculo más próximo están todos locos por volver.