La falta de puntería del Real Madrid aportó incertidumbre a su triunfo

Realizó hasta 35 disparos a puerta y solo marcó dos goles para vencer por 2-1 al Shakhtar
Roberto Morales
ajustado. El madridista Vinicius disputa un balón con un jugador del Shakhtar. Foto: E.P.

La falta de puntería de un Real Madrid que chutó en 35 ocasiones, hasta trece a puerta para marcar dos goles, con el acento brasileño de Rodrygo y Vinícius, provocó que pasase de los momentos de mayor diversión del curso a una innecesaria tensión frente al Shakhtar (2-1).

Espoleado por la imagen dejada en el primer traspié de la temporada, ante el Osasuna en Liga, el Real Madrid recuperó la chispa para abrazarse a la diversión. Voló con Fede Valverde como tercera pieza del centro del campo y un tridente que comienza a entenderse con los ojos cerrados. Un movimiento táctico de Carlo Ancelotti clave, ubicar a Rodrygo a espaldas de Benzema, hasta que cansado de perdonar ocasiones, cerró el encuentro con una innecesaria incertidumbre.

Al buen juego blanco le faltaron goles hasta que el acierto lo puso Rodrygo en una competición especial. La mitad de sus goles de blanco llegan en la Champions. Desde su nueva ubicación soltó un disparo pegado al poste a los trece minutos que tumbó la resistencia de Trubin.

Desató el equipo de Ancelotti los momentos de un fútbol más vistoso de su temporada. Una cola de vaca de ‘Vini’, un taconazo de Karim, los disparos de Valverde. Era un asedio que sobrepasó al Shakhtar, sin respuestas ni capacidad de frenar una conexión letal. De Fede a Rodrygo, la pared con Benzema, el pase al espacio y la definición de Vinícius. El segundo parecía sentenciar el partido y anunciar una goleada.

Perdonó tanto el Real Madrid que, aunque pareciese increíble, la primera llegada con peligro del Shakhtar puso el partido en un puño.

La tijera libre de marca de Zubkov al pase desde la izquierda de Mykhaylichenko, volvió a sacar las carencias defensivas de un Real Madrid que no logra dejar su portería a cero en ningún partido.

Y a partir de ahí un asedio madridista sin acierto de cara al gol ponía fin al partido.