No marcó diferencias el final en Ézaro donde se impuso el canadiense Woods

Alejandro Valverde fue segundo en el alto y continúa al acecho en busca del triunfo en esta primera vuelta ‘O Gran Camiño’// Hoy se disputará la tercera etapa entre Maceda y Luintra
Ciclismo
Paco Ramos
en ruta. El pelotón en línea recta por Santiago. Foto: F. Blanco

Tiene mucha fama por su dureza entre los ciclistas la subida al Ézaro, en el Concello de Dumbria, con rampas de hasta un 20% en una carretera que ahora goza de firme espectacular. Se asciende viendo de reojo la cascada que lleva el mimo nombre y se puede mirar de frente, cuando giras hacia la derecha los riscos del imponente monte Pindo, el de ancestrales leyendas, y dejas a tus espaldas toda kla grandeza del Atlántico

Pero a esta subida le ocurre como al Anglirú: apenas marca diferencias. Los ciclistas saben que es dura y todos marcan ritmo y calculan , ahora no quedan en el pelotón seres como Marco Pantani o el Chava Jiménez que se lían y tiran sin parar. Lo ocurrido ayer es un buen ejemplo con el añadido de ser principio de temporada.

El resumen es que el canadiense Michael Woods, del equipo Israel, aunque se exhibió en la temible subida al Mirador do Ézaro, final de la segunda etapa de O Gran Camiño, y se hizo con el maillot de líder de la vuelta a Galicia, no logró grandes diferencias : entre el primero y el quinto de la general apenas hay 50 segundos de diferencia. Tras él volvió a entrar el gran tapado, el español Alejandro Valverde (Movistar), que fue segundo, a apenas 16 segundos. El jueves había sido tercero en el sprint con final en Vigo.

Los ciclistas partieron de Bertamiráns para afrontar una etapa de 177,6 kilómetros con final en las verticales rampas del emblemático Mirador do Ézaro, que ha sido meta y punto de paso de etapas de la Vuelta a España desde que fue descubierto para el ciclismo.

Pronto se formó la primera escapada con un grupo de siete corredores entre los que estaban dos de los protagonistas de otra fuga de la jornada inaugural, los españoles Jon Barrenetxea, de Caja Rural, y Antonio Angulo, de Euskatel. En ese grupo viajaron también Óscar Cabedo, del Burgos, y Guillermo García, de Radio Popular.

La diferencia con el pelotón llegó a ser de 2:18 con 14 kilómetros de etapa cubiertos, una renta que fue oscilando y se mantenía en torno al minuto cuando los ciclistas afrontaban los últimos 20 kilómetros. De los siete, Guillermo García se cayó del grupo por una avería en la bicicleta y también fue cazado Joni Brandao.

Junto a los combativos Angulo y Barrenetxea, se mantenían Cabedo, el italiano Giovanni Visconti y el francés Stephane Basset. A 15 kilómetros del Mirador del Ézaro tenían 45 segundos de ventaja sobre el pelotón, que empezó a tomárselo en serio para tumbar la escapada. Barrenetxea y Basset fueron los últimos en ser engullidos por el grupo principal, cuando quedaban siete kilómetros.

Movistar tiraba del pelotón en el inicio de la subida al Mirador, el colombiano Iván Sosa tensó la cadena, su compañero Gonzalo Serrano le dio la réplica y Michael Woods atacó en las rampas que rozan el 30 por cien.

Valverde subió a rueda de Sosa, detrás de Woods, que abrió hueco. El español se quedó solo a falta de 400 metros, ya sin opciones de victoria porque el canadiense no flaqueó, en una jornada donde volvió a lucir el sol aunque el viento a veces dificultó el rodar del pelotón.

Este sábado, O Gran Camiño tendrá su etapa reina, con un recorrido por la provincia de Ourense, con la dureza de la montaña por los hermosos cañones de la Ribeira Sacra, los ríos Sil y Miño como testigos y más de 148 kilómetros entre Maceda y Luíntra.

La etapa es llana y de trazado fácil en sus primeros cien kilómetros, pero su final será explosivo y duro, con tres puertos encadenados y sin descanso de subida ni de bajada: el Alto de Moura, de primera categoría, a apenas dos kilómetros, se antoja decisivo. Quizás más que hoy en el mirador del Ézaro.