Pavé, clásicos pirenaicos y Alpe d’Huez en el Tour 22 que parte de Copenhague

La edición más septentrional de la ronda gala incluye seis etapas de alta montaña, con cinco finales en alto y dos cronos
Tour de Francia
Luis Miguel Pascual
El director general del Tour de Francia, Christian Prudhomme, en la presentación. Foto: Y. Valat

El viento, los adoquines, el retorno del col de Granon y del Alpe d’Huez y los clásicos pirenaicos Peyregudes y Hautacam estarán en el menú de la próxima edición del Tour de Francia, que comenzará el 1 de julio de 2022 en Copenhague y cuyo recorrido fue anunciado este jueves.

La edición más septentrional de la carrera, que en 2023 celebrará los 120 años con un inicio en Bilbao, atravesará cuatro cordilleras, Vogos, Alpes, macizo Central y Pirineos, y cuatro países, Dinamarca, Francia, Bélgica y Suiza. Seis etapas llanas, siete accidentadas y seis de alta montaña, con cinco finales en alto y dos contrarreloj individuales conforman un recorrido de más de 3.200 kilómetros que culmina el 24 de julio con el tradicional paseo por los Campos Elíseos de París.

El pelotón ascenderá menos puertos que en la pasada edición, 23, que acabó con victoria de Pogacar, pero tendrá más llegadas en alto, 5, y un kilometraje similar en la lucha contra el crono.

El viento y los adoquines serán los jueces de la primera semana, que se termina con el ascenso a La Planche des Belles Filles, primera llegada de montaña. “Recuerdo cada kilómetro de aquel ascenso y tengo ganas de regresar”, dijo Pogacar, que allí logró en 2019 el primero de sus dos triunfos en el Tour.

La segunda semana, que se desarrollará en parte en Suiza, estará marcada los Alpes, que cuentan con dos momentos clave, el retorno al Col de Granon, ascendido solo en 1986 y que promete ser una de las sensaciones de la edición, la víspera de la llegada al Alpe d’Huez, tras cuatro años de ausencia. “Hay más desnivel y eso es bueno para nosotros”, señaló el colombiano Nairo Quintana, que espera volver con ambiciones para la general a la que, dijo, siempre ha sido la carrera más importante de su calendario.

ALPE D’HUEZ. Nunca, desde los años 70 las 21 curvas de la más popular de las subidas del Tour había estado tantos años ausente del recorrido, por lo que los organizadores han decidido regresar y hacerlo un 14 de julio, día de la fiesta nacional francesa.

El Tour pondrá rumbo al sur, donde la tercera semana, tras una travesía por el macizo Central, desembocarán en los Pirineos, con dos llegadas en alto, en Peyragudes y en Hautacam.

Todo quedará pendiente de la última contrarreloj, 40 kilómetros accidentados con final en el santuario de Rocamadour. “Es un Tour que cuenta con muchas trampas. Hay muchos lugares donde puede perderse y, evidentemente, habrá que ir a ganarlo a la montaña”, aseguró el director de la prueba, Christian Prudhomme, durante el acto de presentación.