Primera lección de cara a la Eurocopa: España aún necesita afinar la puntería

La Roja dominó a Portugal, pero adolece de acierto en el área para evitar el 0-0 y dar una alegría en el regreso de la afición
Selección española de fútbol
Iñaki Dufour
El portero Unai Simón durante el partido amistoso entre España y Portugal. Foto: J. Martín

En diez días, cuando debute ante Suecia, no habrá matices, sobre todo no existirá la posibilidad de fallar ocasiones como las de este viernes, ni siquiera para conceder alguna situación atrás, sobre todo a balón parado, como hizo la selección española, empatada 0-0 con Portugal, peleada con el gol y avisada para la Eurocopa mientras afina y reconoce su fútbol.

Tiene razón Luis Enrique en que España es un adversario difícil de batir. Es un argumento irrebatible con una sola derrota en sus 22 partidos más recientes, pero no basta con no perder para ser campeón de nada, menos aún en este torneo. Necesita más de lo que ha mostrado últimamente, sobre todo en el primer tiempo, sobre todo todo en eficacia, también en el choque de este viernes, al que regresó el público.

No se estrenó Robert Sánchez. La portería fue para Unai Simón, el titular en cada uno de los siete últimos partidos. ¿Lo será en la Eurocopa? Ya lo tiene decidido Luis Enrique, pero sostiene esa incógnita, como tantas otras en otras tantas posiciones. Este viernes eligió a Sergio Busquets en el medio centro (luego lo reemplazó Rodrigo en el minuto 62); dio recorrido a Laporte -debutante con España- junto a Pau Torres en el centro de la defensa; demostró con hechos su confianza en Sarabia, contó con Morata en la delantera, con Gerard Moreno para los últimos 15 minutos, e insistió con Llorente como lateral derecho.

Unos trazos y un once que no tienen porqué ser definitivos ni para la Eurocopa ni para nada más que este encuentro, a diez días del momento de la verdad, cuando España salte el próximo 14 de junio al terreno de juego del estadio de La Cartuja para abordar el primer duelo de la competición continental ante Suecia. El inicio de todo.

Innegociable. Más allá de nombres, la idea la tiene clara Luis Enrique, dentro de su concepto ofensivo del fútbol, innegociable en él, con dinamismo en ataque, con la presión alta para reponer la posesión nada más que lo pierda, con el control de la pelota para mucho más que para tenerla sin más, sino para rebuscar la vía que promueva ocasiones y goles; unos mecanismos no tan visibles sobre el terreno. Ni tan constantes ni tan incontestables como pretende, que a ratos se imponen, que a ratos son desbordados.

España los necesita en una expresión más rotunda, en un recorrido más largo, con más reflejo en lo más transcendente del fútbol, en los últimos metros, en las oportunidades, en los goles. Se percibe, pero no es concluyente. A José Fonte, un defensa, le bastó con un córner y un centro bombeado para batir a Unai Simón. No fue gol porque se apoyó al saltar en Pau Torres. Pero es la diferencia, por más que Joao Félix siga apagado -fue cambiado al descanso- o que Cristiano Ronaldo no hubiera entrado por entonces apenas en juego.

Por más posesión que tuvo la selección española, por más que maduró en base al balón el encuentro, por más que desafío el orden de su oponente con el movimiento con y sin pelota, con la búsqueda entre líneas de Fabián o por el extremo de Sarabia o Ferrán Torres, creó sólo una ocasión en el primer tiempo, rematada por este último.

Nada más. Cierto que enfrente está el actual campeón de Europa, al que sometió en el primer cuarto de hora, tan cierto como que la exigencia se dispara dentro de la competición y, sobre todo, que para lograr lo que pretende España, ser campeón de Europa, hará falta probablemente ganar a los mejores. Portugal está entre ellos.