Prohibido fallar hoy ante el Nápoles para el Barça y para Setién

Madrid. El FC Barcelona se mide hoy en el Camp Nou con el Nápoles para jugar, cinco meses después de lo previsto, la vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones, sin margen de error para avanzar a la Final a 8 de Lisboa y evitar el hundimiento total del proyecto de Quique Setién. Para el Barça la orejona, que no gana desde 2015, es casi obsesión.

La presión cada temporada crece en Barcelona por ganar la Champions y este año más si cabe después de un mal desenlace en liga. El cuadro culé tenía dos puntos de ventaja antes del regreso de la competición tras el confinamiento, pero el Real Madrid fue campeón. El Barça no solo se dejó el título sino que alimentó las dudas en su juego. Tras la debacle y las censuras, entre otras las de Leo Messi, llegó la autocrítica.

El Barça trata de hacer borrón y cuenta nueva en una cita con fantasmas propios, después de los batacazos ante Roma y Liverpool los dos últimos años. Ahora, la piña es para eliminar al Nápoles, tras el 1-1 de la ida, y citarse con el Bayern de Múnich, seguramente porque maneja un 0-3, o el Chelsea en cuartos. También se juega hoy.

Son tres partidos para volver a jugar una final de Champions y de su actuación depende también la próxima campaña. Setién tendrá que hacer ganar y gustar a un Barça que ya empezó la temporada bajo esa lupa del estilo que terminó con Ernesto Valverde a principios de 2020. El futuro de Setién no está en juego según el club, pero el crédito del cántabro parece muy justo después de perder la liga.

Setién recupera tras lesión a Frenkie de Jong y tiene las sensibles bajas por sanción de Busquets y Arturo Vidal. Puede contar con Griezmann, junto a Luis Suárez y Messi; Dembélé no entró en la lista. El Nápoles, que nunca ha llegado a cuartos de final en este torneo, confía en la sorpresa. Lorenzo Insigne, que ayer se entrenó con el grupo será duda hasta el último momento aunque apunta a titular. agencias