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¿Puedo hacer deporte con artrosis?

Firmas
Adrián Gallego Goyanes
La natación es uno de los grandes ejercicios para las personas con artrosis y para evitar sufrir de esta condición en el futuro. Foto: R.S.

LA PRÁCTICA de actividad física y deportiva se ha incrementado notablemente en nuestro país. Cada vez son más las personas que optan por un modelo de vida saludable, dándose la paradoja de que la actividad ha aumentado exponencialmente en la población adulta, mientras que ha disminuido de forma alarmante en la población infantil y adolescente. Son de sobra conocidos los efectos beneficiosos de la actividad física en la salud, pero ¿qué pasa cuando una actividad lúdica y saludable se convierte en un deporte de competición con alta exigencia física? ¿Puede eso aumentar el desgaste de nuestras articulaciones?

La enfermedad degenerativa articular, denominada osteoartritis, engloba un conjunto de trastornos articulares que son el resultado clínico del desequilibrio entre ruptura y reparación de los tejidos articulares. Existen en la génesis de la degeneración articular una serie de factores sistémicos que predisponen a la enfermedad, a los que se asocian factores mecánicos locales que actúan como desencadenantes, como traumatismos y sobrecargas.

Es lógico pensa, que el deporte de competición, por su mayor exigencia física, supone un importante factor a la hora de aumentar el desgaste articular, debido por una parte a la sobrecarga y escaso tiempo de recuperación entre competiciones y, por otra, a las lesiones articulares que en muchos casos se asocian. Pero no debemos olvidar que existen factores que aumentan la vulnerabilidad articular en ciertos individuos, como la edad, el origen étnico, la dieta, el sexo, la biomecánica articular, la herencia genética y, sobre todo, la obesidad.

Es importante que no caigamos en el error de transmitir conceptos simplistas como “el deporte de competición desgasta las articulaciones” o “la obesidad provoca artrosis”, porque la evidencia científica demuestra que la patogénesis de la artrosis responde a causas multifactoriales que deben ser estudiadas individualmente.

¿Y qué sucede cuando se inicia la actividad deportiva a una edad avanzada sin un historial de práctica previo? Dado que la edad es uno de los factores de riesgo para la artrosis, es quizá este grupo el que mayor tendencia tiene de sufrir problemas articulares. No hay pruebas de que el ejercicio intenso de bajo impacto esté asociado con una mayor velocidad de desarrollo de artrosis, por lo que el profesional sanitario tiene un papel fundamental educativo sobre el tipo de actividad que deben desarrollar los pacientes, recomendando los deportes de menor impacto y de manera progresiva.

Por lo tanto, y sobre la base de las pruebas actuales, podemos decir que las personas con articulaciones normales y sin lesiones articulares previas deben ser activamente animadas a hacer ejercicio con regularidad por sus beneficios en las articulaciones y en la salud. El ejercicio físico es, y seguirá siendo, el eje sobre el que gira tanto la patogénesis como el tratamiento de la artrosis.