Ribeira rinde homenaje a la medallista Ana Peleteiro

La triplista se empapó del cariño y del reconocimiento de sus amigos, de sus familiares y de sus vecinos en un emotivo acto en la Plaza de España
Tokio2020
Carlos Alberto Fernández

La atleta Ana Peleteiro celebró este sábado con su “familia”, en la Plaza de España del municipio coruñés de Ribeira, el histórico bronce que conquistó en triple salto en los Juegos Olímpicos de Tokio. Ribeira le brindó un cariñoso, emotivo y largo homenaje, de casi hora y media, un acto que comenzó pasadas las 21.30 horas con la bienvenida a la deportista y el We are the champions de fondo.

En una zona acotada con 700 asientos en el centro de la localidad marinera, la atleta tomó también asiento y estuvo atenta a los vídeos que repasaron su carrera y las múltiples intervenciones, unas en la propia plaza, como las de la conselleira do mar, Rosa Quintana, o el alcalde de Ribeira, Manuel Ruiz, y otras con conexiones en directo o vídeos grabados. Su amigo Ray Zapata, medalla de plata en gimnasia, conectó con Ribeira desde su casa, con su mujer y su hija, la ahijada de Peleteiro, aunque problemas técnicos dificultaron su mensaje: “Los comentarios absurdos nos dan igual. Nosotros hacemos lo que queremos”, le dijo a la atleta.

Peleteiro escuchó, entre otros, a su primera entrenadora, María José Martínez Patiño, al presidente de la Federación Gallega de Atletismo, Isidoro Hornillos, y al alcalde de Ribeira: “Hay momentos muy malos, Ana los tuvo, y tenemos que ser conscientes de la importancia que tuvimos en la carrera de Ana como en la de otros deportistas”, aseguró el primer edil.

Manuel Ruiz le dijo que “en cada salto tiene a Ribeira detrás” e incluso atribuyó a sus paisanos “el 0,5 por cien de viento a favor que tuvo” en Tokio: “Soplamos nosotros”. El cubano Iván Pedroso, que la entrena, se mostró “muy orgulloso” de ella y del “trabajo y sacrificio” que hizo; y su pareja, el portugués Nélson Évora, le dijo que “siempre” puede contar con él.

Peleteiro cerró el acto, contó el sueño olímpico que tuvo ya desde pequeña, porque “siempre” fue “muy fantasma”, y admitió las dificultades que tuvo por el camino y que pusieron en jaque su carrera. “Me puse una meta hace cinco años. Antes tuve unos años malísimos. Decidí apostar por esto, aunque no las tenía mucho conmigo. Pero tenía algo que era lo más importante: mi familia, mi colchón. Podía salir bien o mal pero siempre iba a tener una familia al lado que me iba a levantar”, aseguró la atleta, que agradeció el aliento de su pueblo.

En Tokio 2020 estableció el récord de España de triple salto (14,87) y cogió el impulso suficiente para colgarse esa medalla que ya no es un sueño, sino una maravillosa realidad.