Sigue el pleno del Dépor con eficacia y un gran Mackay

El tanto de Quiles marcó la diferencia frente a un Badajoz valiente y que puso en entredicho la autoridad de su anfitrión
RC Deportivo
Manuel García Solano
Imagen del encuentro entre el Deportivo y el Badajoz disputado en Riazor. Foto: Badajoz

Un Badajoz valiente puso en entredicho la autoridad del Deportivo, que se encontró con el oponente más brillante hasta la fecha en su camino hacia el pleno de victorias. El equipo de Borja Jiménez acumula un póquer de triunfos y mantiene su puerta incólume gracias a un impecable trabajo defensivo, con Mackay como último bastión.

El equipo pacense, que completó una primera media hora primorosa, fue incapaz de marcar en sus mejores minutos y vio como la eficacia del Deportivo le servía para dinamitar y decidir el encuentro. El tanto de Quiles marcó la diferencia.

La puesta en escena del Badajoz, con una línea de tres centrales, resultó muy convincente, con las ideas claras para limitar las virtudes del rival y sacar partido a las recuperaciones para crear peligro ante Mackay. Y no tardó, con desparpajo, en presentarse en el área local con una acción coral y un pase filtrado para Sergio Benito que Borja Granero mandó a córner.

El atacante madrileño sacó rédito a una pérdida forzada de Lapeña y obligó a Mackay a realizar una buena intervención para evitar el 0-1. El despeje del meta no encontró destinatario en la zona de remate. El Deportivo manejaba más la pelota, aunque el Badajoz, atento a sus errores, salía con velocidad cuando recuperaba el esférico. En los mejores minutos de la escuadra pacense llegó una oportunidad de oro. Aitor Pascual metió desde la izquierda un centro raso envenenado al que no llegó Sergio Benito y que Zelu, libre de marcaje, en el segundo palo, remató al lateral de la red. Una acción capital que pudo marcar el devenir de un encuentro de haber tenido otro desenlace.

Aviso. El Deportivo avisó en un centro de Héctor Hernández que Quiles, tras un despeje de cabeza de la zaga, envió por arriba. Fue la antesala del gol, que tuvo los mismos protagonistas. Héctor Hernández se asoció con William por la banda izquierda y ganó la línea de fondo. Desde allí puso un balón goloso a Quiles. El ariete, en boca de gol, solo tuvo que empujarla al fondo de las mallas para situar al conjunto blanquiazul por delante en el marcador.

El equipo de Borja Jiménez mejoró con el mando en el marcador, el gol le dio confianza y con el impulso del pulmón de Riazor.

Salió más entonado del vestuario el anfitrión y encontró una fisura en la zaga del Badajoz, que ya había regresado a la línea de cuatro atrás, por la que Héctor Hernández, muy incisivo todo el encuentro, contactó con Miku.

El toma y daca resultó incesante, aunque en el ida y vuelta siempre llevó más peligro el Badajoz, ya que el Deportivo, más allá de un intento de Quiles y de una acción postrera de Soriano no creó ocasiones de gol ante Limones. Mackay resultó salvador en los dos lances siguientes: retuvo un tiro por abajo de Adri Cuevas y envió a córner una falta rasa de Pardo que se había ido envenenando de camino a la portería.