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¿Te crujen las articulaciones?

Firmas
Adrián Gallego Goyanes

MIS DEDOS CRUJEN fácilmente; si giro brusco el cuello siento crujidos; las rodillas crujen cuando me agacho, ¿debería preocuparme? Esta es una pregunta muy frecuente en nuestras consultas de traumatología deportiva.

Es una situación cotidiana, sin embargo, también es verdad que genera cierta incertidumbre en mucha gente. A continuación os voy a dar una explicación a este singular fenómeno.

Los chasquidos articulares o crujidos son frecuentes en la población general, principalmente en niños, y en personas hiperlaxas. Son más habituales manos, rodillas y cuello, y no se acompañan de dolor.

Los chasquidos articulares se deben al fenómeno de cavitación, por el que un líquido (en este caso el líquido sinovial o de la propia articulación) al ser sometido a una presión (provocada por la flexión máxima de la articulación o estiramientos) produce la vaporización de gases (nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono) a medida que aumenta la presión.

Esta liberación brusca de los gases provocan el sonido característico.

Una vez producido, mientras se reorganizan los gases de forma natural y el gas vuelve de nuevo a disolverse en el líquido articular, no podremos reproducir el sonido inmediatamente. El fluido se vaporiza y luego vuelve a un estado líquido a medida que la presión aumenta.

Este chasquido, de forma controlada, es lo que realiza un fisioterapeuta. Aunque no está comprobado que crujirse los dedos de la mano provoque una mayor deformidad, tampoco es aconsejable crujirse de continuo las articulaciones, porque pueden provocar con el tiempo deformidades por elongación del aparato ligamentario.

Pero, ¿siempre es debido a esto? Pues no, en ocasiones, esos crujidos pueden ser por patología concretas, sobre todo si se acompañan de dolor.

Por ejemplo en las rodillas, pueden deberse a cambios degenerativos del cartílago articular (artrosis, ratones libres intrarticulares, meniscopatías), de la membrana sinovial (sinovitis villonodular)...

¿Cuándo me tengo que preocupar? El elemento que sí debe ser motivo de preocupación es la aparición de dolor, es decir, cuando la rodilla no solo cruje sino que también se resiente, es decir, aparece inflamación, edema, hematoma o hinchazón. En estos casos sí puede ser patológico y debe consultarse.

Por lo tanto como siempre recomendamos, si presentas, un crujido articular acompañado de dolor o molestia, no dudes en pedir cita con tu traumatología de confianza.