Tocado y hundido un Celta que recibe un duro castigo de la Real

El atractivo juego del equipo de Imanol Alguacil ridiculizó a los celestes, que suman cuatro derrotas en las últimas cinco jornadas // Aspas marcó de penalti
Fútbol
David Moldes
El delantero gallego del Celta Iago Aspas tras marcar gol ante la Real Sociedad en el estadio de Balaídos. Foto: Salvador Sas

La Real Sociedad exhibió la autoridad de su atractivo fútbol en Balaídos con una goleada ante el Celta (1-4), en un espectacular partido del conjunto de Imanol Alguacil con el que suma su cuarta victoria consecutiva para seguir liderando LaLiga Santander, al tiempo que agrava la crisis del equipo vigués, con cuatro derrotas en las cinco últimas jornadas.

La Real Sociedad, que hizo cinco cambios con respecto al equipo que se enfrentó el jueves al Nápoles, se apoderó de la pelota y marcó el ritmo del partido durante la primera parte. No creó mucho peligro pero su control fue absoluto. Con el Celta bien posicionado, el conjunto de Imanol Alguacil tuvo paciencia. Su juego armónico, vertical, fue encerrando al equipo celeste.

La Real movió el balón con criterio. Esperó el momento. Y llegó mediada la primera mitad: la pelota circuló de derecha a izquierda, Aihen Muñoz centró y David Silva cabeceó a gol, un tanto sencillo pero hermoso, coral, que representa el espíritu futbolístico del equipo vasco.

El gol avivó el partido durante unos minutos. La Real exhibió más vigor, una vistosa autoridad sobre Balaídos que ejemplificó con el segundo gol, donde Oyarzabal fue más contundente que Araujo en el área, letal ante Rubén Blanco, más atento que Beltrán para tocar una pelota rechazada por el poste. Ese segundo gol anuló definitivamente al Celta, que solo tuvo un tiro tiro lateral de Aspas antes del descanso.

Tímida reacción. Óscar García retocó algo el equipo y el Celta abrió el segundo tiempo con más ritmo, una pequeña mejoría que se estrelló contra la pegada de la Real. Un despiste de Murillo lo aprovechó Portu para robarle la pelota -más intenso el delantero que el defensa- y después, ante el mano a mano con el portero, asistió para que Willian José marcase libre de marca el tercer gol.

El Celta quedó sin reacción, superado completamente. Solo generó en ataque un tiro altísimo de Brais Méndez y un cabezazo de Tapia. Más peligroso fue el ataque vasco: cada aproximación fue un susto para Rubén. Sin embargo, un discutido penalti de Le Normand a Brais Méndez permitió marcar al Celta, con gol de Aspas.

Ese tanto no inquietó a la Real. Respondió con contundencia. Recuperó en su campo un despeje del portero Rubén y una veloz triangulación Guevara-Portu-Willian José selló la goleada vasca, una acción que ridiculizó al equipo gallego, un gol que simbolizó la enorme autoridad con la que el conjunto de Alguacil se paseó por Balaídos.