{Mis Juegos-8}

Un honrado trabajador ante su oportunidad

Firmas
José Antonio Pérez
Pablo Carreño. Foto: ITF

Pablo Carreño es un currante del tenis, uno de esos deportistas que se labran una carrera con mucho esfuerzo. Pocas ocasiones tiene este asturiano de que le señalen los focos. Como todos los de su generación siempre estuvo a la sombra de Rafa Nadal y ni siquiera pudo gozar del reconocimiento que sí tuvo otro secundario como David Ferrer. Carreño siempre soñó con disputar unos Juegos Olímpicos y hasta ahora metido en la treintena no le llegó su oportunidad. Sabe por experiencia que eso ocurre pocas veces y se va amarrar a ella con total intensidad. Este jueves dio un ejemplo ante el ruso Daniil Medvedev, un tipo que más que un tenista parece un dolor intenso de muelas pero el asturiano no se amilanó, al contrario, jugó intenso y logró algo que parecía complicado: sacar de sus casillas al número dos del mundo, desesperado e incapaz de hincarle el diente. Las volcánicas reacciones del ruso fueron la mejor prueba de que había encontrado la horma de su zapato en la lucha por las medallas. Ahora al tenista español le separa de la gloria otro cañonero como Karen Khachanov, quien tendrá que desplegar toda su artillería pesada si quiere doblegar al bueno de Carreño.

Cambiando de tercio, esperaba que la selección argentina de baloncesto fuera un poco más Carreño pero o aún continúa aturdida por la tunda de Luka Doncic o la garra se la dejaron en el vestuario tras el cambio de cromos en el que estilistas de nueva generación ocupan los lugares donde antaño brillaba la garra de los Ginóbili, Nocioni, Prigioni, Oberto, o Delfino. Scola, 41 años, ya no es suficiente.