2022 va camino de convertirse en el año de menor criminalidad de este siglo

Hasta agosto solo se cometieron tres homicidios, según datos de Interior, cuatro veces menos que la media anual // Fueron 348 los asesinatos registrados en Galicia desde el 1 de enero de 2021 // Hubo todo tipo de fechorías contra las mujeres y niños // Pontevedra es la provincia donde ocurrieron más hechos delictivos
Paula López
¿EL ÚLTIMO? José Eirín, conducido ante la jueza de Caldas Foto: S.Sas

Solo tres personas fueron asesinadas en lo que llevamos de año en Galicia (a la espera de que se confirme de forma oficial el fallecimiento de un hombre en Baiona en el transcurso de una reyerta hace justo una semana) lo que puede convertir a este 2022 en el menos violento desde que se inicio el siglo y desde que hay datos estadísticos de criminalidad en el Ministerio del Interior; es decir, nunca antes se habían producido menos delitos con resultado de muerte, por homicidio o asesinato, en las cuatro provincias de nuestra comunidad.

De mantenerse la tendencia actual se produciría un hecho que puede calificarse de histórico: esos tres o cuatro fallecidos sería la cifra más baja jamás registrada cuando la media anual desde el 1 de enero de 2001, momento en el que los astrólogos consideran que se inicia el siglo, y el último día del primer semestre completo de este 2022, se eleva ya hasta los 16 hechos delictivos con resultado de muerte; es de cir, cuatro veces menos.

A esos tres crímenes hay que añadirle el asesinato de Clotilde Rodríguez Estévez, una vecina de Teis-Vigo de 81 años de edad, que fue asesinada por su marido, Ángel Martínez, de 83, en el apartamento que compartían en épocas de vacaciones en la localidad de Arona de Los Cristianos, en Tenerife Sur. Una víctima más de violencia de género ya que quedó demostrado que el hombre llevaba años maltratándola sin que hubiera trascendido. Un suceso que, aunque ocurrió fuera de nuestra tierra tiene un marcado acento gallego por sus protagonistas.

A reseñar igualmente, en estos últimos meses, el suceso protagonizado por José Eirín, un varón de 41 años que embistió su coche contra el de Jessica Méndez, una joven vecina de sólo 29 que falleció al día siguiente por sus heridas. El individuo había acosado previamente a la muchacha, que le denunció en su momento por haber pinchado las ruedas del automóvil de su padre y que tuvo que abandonar el domicilio familiar para no encontrárselo y sufrir las contantes provocaciones.

El 17 de marzo, Eirín la esperaba en su coche cerca de la casa de los padres de Jessi, en el concello de Portas, y cuando apareció en su automóvil se lanzó contra ella. Inicialmente se pensó que era un simple accidente de tráfico pero pronto los investigadores se dieron cuenta de que se trataba de un siniestro perfectamente calculado. El hombre fue detenido y permanece encarcelado acusado de un presunto delito de homicidio.

Hasta estas fechas, fue en 2018 cuando se contabilizó el menor número de víctimas mortales: solo 8 mientras que en 2004, 2013, 2016 y 2020 se sitúan a continuación, en la lista de menor criminalidad, con once crímenes mientras que el pasado 2021 tras el paréntesis del ejercicio anterior volvió a colocarse entre los más virulentos con 18 muertes violentas.

Las estadísticas del Ministerio del Interior reflejan fríos números, pero no ofrecen rostros sobre los que apoyarse. Pero los mismos números ya sorprenden. Entre las 00.00 horas del 1 de enero de 2001 y las 23.59 del 30 de junio de este 2022 se contabilizaron en Galicia 348 personas muertas (una más si se confirma el caso de Baiona) por, como les denominan las Fuerzas de Seguridad, homicidios dolosos y asesinatos consumados, lo que representa una media anual de dieciséis víctimas mortales. Más de trescientas vidas cortadas de raíz con tres años especialmente virulentos: 2002 (27 crímenes), 2003 (25) y 2008 (24). No obstante, la cifra tipo es de 18 hasta en seis anualidades distintas.

PONTEVEDRA EN LA CABEZA Y LUGO AL FINAL. Por provincias son las atlánticas, las más pobladas, las que lideran este macabro ranquin: 136 víctimas mortales en Pontevedra por 129 en A Coruña. En Ourense se registraron 48 por 35 en la provincia de Lugo, estas últimas son las únicas que pueden decir que algún año no contabilizó ningún suceso de este tipo como ocurrió en 2019 en la primera y en 2004, 2005, 2006 y 2015 en la segunda. De mantenerse la tendencia de este año se sumaría A Coruña, que a lo largo de este año no contabiliza ningún hecho violento de estas características.

Se incluyen en este repaso-resumn, con el que se actualiza el publicado el 4 de febrero de 2018 en estas mismas páginas, algunos sucesos protagonizados por gallegos en otros lugares de España como sería el triple crimen de Burgos, en el que fallecieron tres miembros de la familia Barrio dos Ramos, y del que durante algún tiempo fue sospechoso el único hijo superviviente, o las andanzas de Remedios Sánchez por Barcelona donde se convirtió en la última asesina en serie en aquella comunidad autónoma y, también, los truculentos sucesos protagonizados por Mónica Juanatey, por un lado , en Menorca y David Fuente en Oviedo, quienes mataron, descuartizaron y escondieron a sus respectivos hijos en sendas maletas

Hasta aquí los fríos datos que detrás esconden dos tipos de protagonistas: las víctimas inocentes y sus verdugos. Predominan los casos relacionados con la violencia de género, por lo que hay un número considerable de mujeres y niños entre los fallecidos. Y abundan, dolorosa realidad, casos estremecedores que se extraen del modus operandi, de la forma de asesinar, de los descerebrados que deciden atentar contra la vida de sus semejantes.

En esa larga relación de 343 crímenes cometidos, como es fácil de imaginar, hay todo tipo de circunstancias aunque sobre la autoría prevalecen las personas del entorno más próximo y como armas se utilizaron todo tipo de sistemas, desde una radial hasta una pistola, desde un palo hasta el ahogamiento.

Llama mucho la atención que algunos de los casos más sangrientos se cometieron contra niños con sus padres como protagonistas como los de David Oubel Rendo que mató a sus dos hijas pequeñas con una radial, Javier Estrada, que hizo lo propio con los hijos gemelos de su pareja o José Luis Deus Lage, que acabó con la vida de su pequeño quemándolo vivo en el interior de su coche para no entregárselo a su madre al día siguiente.

Hubo casos de ensañamiento con el agravante de que se introdujo lo que denomina delitos de odio. Aunque en el doble crimen de Vigo en 2006, cuando Jacobo Piñeiro acabó con la vida de dos jóvenes homosexuales, Issac Al-Dani Pérez Treviño y Julio Anderson Luciano, hubo un componente de este tipo, no fue hasta el 3 de julio de 2021 cuando un crimen homófobo alteró la vida en nuestra comunidad. Ese día una turba de jóvenes, varios menores de edad, participaron en el linchamiento hasta su muerte de Samuel Luiz, un muchacho de 24 años, convertido en un símbolo: todo se inició cuando uno de los acusados (todavía encarcelado) inició la agresión al grito de maricón.