Abanca, más verde y sostenible, no hará ajustes masivos de sucursales y empleo

Busca ser neutra en carbono en 2024 y que su cartera de créditos e inversiones sean cero emisiones en 2050 // Aportó un escudo financiero de 7.900 millones en la crisis
Sector bancario
José Calviño
Botas, Escotet y María García durante la rueda de prensa. Foto: S. R.

En Abanca se respiraba este jueves otro aire. Elegían una Compostela en fiestas para celebrar su primer encuentro cara a cara, y no virtual, con los medios de comunicación para presentar la revolución que representa su Plan de Acción de Banca Responsable y Sostenible 2021-2024, que se ha alinedado y contagia a toda la estrategia de la entidad a lo largo de este trienio. La financiera desarrollará su proyecto de sostenibilidad bajo el sello Sentir Planeta Abanca.

Entre los objetivos planteados por Juan Carlos Escotet, presidente del banco, su consejero delegado, Francisco Botas, y María García Cabeza, responsable de Sostenibilidad, está convertirse en una entidad neutra en carbono en 2024 en su operativa interna y alcanzar en 2050 las cero emisiones atribuibles a la cartera tanto crediticia como entre sus inversiones, con lo que cumplirá los objetivos del Acuerdo de París. Escotet entiende que ser sostenible está “en el ADN” de Abanca, que llega al 98 % de la población gallega y está presente en 274 municipios, siendo en 128 de ellos es el único banco. Con esas cifras... ¿se unirán a la tendencia de grandes ajustes de oficinas que protagonizan sus competidores?, le preguntaron.

Escotet descartó que se planteen “cierres masivos” porque considera que ya tienen una “red eficiente” que reorganizaron, asegurando su rentabilidad, al igual que la de unos canales digitales a la que ya acuden más de siete de cada diez clientes. Un modelo de banca mixta que defienden, “sin olvidar la obligación que tenemos de estar lo más cerca posible de nuestros clientes”. Botas no negó que se hagan movimientos en busca de esa mayor eficiencia en un entorno tan cambiante, pero recordó que Abanca salvó lo que va de pandemia sin ejecutar ningún plan de extinción de plantilla, sin recortar salarios y sin acudir a ningún tipo de ayudas.

También redundaron en la mayor resiliencia de la economía gallega, menos vapuleada por el impacto del coronavirus por su apertura al exterior, su menor dependencia turística o la contribución de su agricultura y pesca, recordando los 7.900 millones de euros que la entidad inyectó desde el comienzo de la crisis, de ellos unos 4.300 a través de las líneas ICO. También constatan que cuando se levantan las restricciones, los gallegos se lanzan al consumo, y eso ayuda e impulsa la economía.

En el encuentro Escotet detalló cómo se alineó la sostenibilidad con la estrategia de transformación del banco, que mantienen intacto el compromiso con el progreso económico y social y el bienestar de las personas, aunque reformulado para adaptarlo al contexto actual. El plan de acción recoge la hoja de ruta y los objetivos marcados por el banco para los próximos años con el fin de ser un actor relevante en el ámbito de la sostenibilidad; apoyar la actividad económica sostenible integrando en el modelo de gestión, de negocio y de riesgos los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), y acompañar a sus clientes en esta transición.

Botas desgranó las actuaciones previstas para impulsar un modelo económico y social respetuoso con el medio ambiente, que consideran que los empresarios gallegos han comprendido y valoran como imprescindible. Se estructuran en tres grandes líneas de acción en las que el banco ya trabaja desde hace tiempo: ambiental, con medidas para hacer frente a la emergencia climática; socioeconómica, dirigida a impulsar la recuperación y la transformación hacia un desarrollo sostenible, y de buen gobierno, que se concreta en un modelo de gestión enfocado hacia las necesidades de los grupos de interés y con especial atención a los nuevos riesgos.