Cálido recibimiento al policía de Galicia destinado en Kabul

Tras la irrupción talibán garantizó la seguridad de la evacuación programada por el Gobierno
Talibanes
Ramiro Ponte
héroe. El policía Víctor Bellón se funde en un abrazo tras llegar de Afganistán, donde estuvo aportando seguridad en la evacuación programada por el Gobierno. Foto: Moncho Fuentes

Llegó a Afganistán hace casi cuatro meses y este sábado, 28 de agosto, su familia pudo volver a abrazarlo. El policía nacional Victor Bellón, que cambió Galicia por Kabul, dejando atrás su seguridad para garantizar la del embajador español en el país asiático, Gabriel Ferrán, está aquí ya tras haber aterrizado exitosamente en el aeropuerto de Alvedro (A Coruña).

Un fuerte achuchón fue lo primero que recibió el agente gallego tras cruzar la puerta de la terminal. Se lo dieron su esposa e hijo, acompañados por otros miembros del cuerpo y del Sindicato Unificado de Policía (SUP) que también quisieron participar en esta calurosa bienvenida.

“Estoy muy agradecido por el apoyo y el seguimiento que ha habido aquí y muy orgulloso de pertenecer a la Unidad de Intervención Policial (UIP) y poder ayudar en el dispositivo de evacuación”, manifestó nada más llegar. El agente también se encargó de asegurar la integridad del resto del personal diplomático y de numerosos refugiados a los que se alegra de haber ayudado a salir “de un infierno”.

Gracias a la operación ejecutada por el Gobierno central en Kabul “muchas familias y sobre todo muchos niños, tendrán una vida mejor aquí”, indicó Bellón, que llevaba prácticamente cuatro meses (los cumplía en solo 10 días) destinado en dicha urbe.

Tal como explicó el portavoz del SUP en Galicia, Roberto González, en declaraciones a EL CORREO GALLEGO, este integrante de Raya 20, indicativo de la UIP gallega con base en A Coruña, cuenta con una amplia experiencia y esta era su segunda vez en Afganistán, tras haber sido destinado hace tres años a esta tierra, tomada actualmente por el miedo que continúan sembrando los talibanes.

En esta línea, el agente, que en las últimas 10 jornadas ha colaborado en la creación de un “pasillo seguro” que facilitase las operaciones de evacuación en el aeropuerto de la capital afgana, contra el cual se perpetró el doble atentado que el jueves acabó con la vida de al menos 180 personas y 200 heridos, reconoció que “ha sido una de las peores experiencias” que ha vivido.

Cuando sonaron las bombas de la última acción terrorista, según detallaron fuentes cercanas al caso a este periódico, él, junto a más personas, se encontraban en dicho complejo, e inmediatamente subieron a la azotea, “en prevención de lo que pudiese pasar”, puesto que creyeron que tras la explosión quizás buscarían acceder al interior.

Estando “siempre en alerta y más como estaba la situación en el país”, ahora, conforme indicó Víctor a los medios, “toca descansar y estar con la familia”. “Han sido momentos duros”, añadió su esposa al respecto, resaltando estar “más tranquila” desde que supo que el agente ya había salido de Afganistán.

Allí, durante más de 100 días, el policía gallego vivió “en una burbuja”, solamente “trabajando” y sin darse cuenta de cuanto estaba calando la situación que estaba viviendo en primera persona. “Estaba un poco ausente de lo que se estaba retransmitiendo por televisión y en prensa”, añadieron por su parte desde el SUP Galicia. “Él no era consciente de que aquí se está hablando muchísimo de eso y de la relevancia que tenía lo que estaban haciendo allí”.