Claves para resucitar el rural: servicios de calidad y una repoblación planificada

No es ningún secreto que el envejecimiento y la despoblación llevan décadas azotando Galicia con especial incidencia en el rural, sobre todo en el interior. Las cifras del Instituto Galego de Estatística indican que más del 76,5 % de los 2,7 millones de habitantes de la comunidad viven ya en las provincias de A Coruña y Pontevedra y cada vez son más las parroquias que están en peligro de extinción.

La fotografía está clara. La pregunta ahora es: ¿Cómo revertir la situación? Las claves, a juicio de diversas entidades consultadas con Europa Press pueden resumirse en una repoblación “planificada”, políticas de apoyo a las actividades económicas y dotación de servicios de calidad. Sobre la vuelta de personas, apuestan por fomentar la vivienda social y el empleo, mientras limitan los casos de regreso, por la pandemia de COVID, al uso de inmuebles para fin de semana.

Impulsar estrategias basadas en la dinamización económica del rural “y en un acceso adecuado a los servicios para la población y las empresas” son acciones vitales a juicio del presidente de la Fegamp, Alberto Varela, que incide en la necesidad de mejorar el sistema de financiación e incluir los factores de dispersión y envejecimiento de la población”.

“La repoblación tenemos que planificarla en torno a un proyecto que garantice su sostenibilidad”, argumenta también tras apelar a la colaboración de Xunta y ayuntamientos. “Que tienen muchísimo que decir”, incide sobre estos últimos. “La vuelta de la población al rural debe ser pensada y ordenada o podríamos destrozarlo”, añade al exponer que este no debe perder su “esencia ni riqueza”.

“Garantizar servicios de calidad, dotar de buenas infraestructuras a nuestros pueblos y eso debe incluir, por descontado, el despliegue total de las nuevas tecnologías y ofrecer perspectivas de empleabilidad”, resume.

Para ello, considera que una de las medidas debe ser un cambio en el modelo de financiación estatal. “A día de hoy, los seis ayuntamientos de más de 500.000 habitantes, que representan al 18% de la población, perciben el 33% de la participación total todos los años”. “Si mantenemos este modelo de reparto, es totalmente inviable que el rural pueda aspirar a ofrecer los servicios que se requieren”.

RELEVO GENERACIONAL. Por su parte, el responsable de la Federación Rural Galega (Fruga), Xurxo Álvarez, sostiene que para que estos municipios “vivan” deben promoverse actuaciones vinculadas a las actividades agrarias, ganaderas y forestales. “Para mantener las explotaciones y asegurar la continuidad de las mismas”, señala Álvarez en relación al relevo generacional.

Y eso, apostilla, “pasa por establecer mecanismos de precios dignos para lo que es preciso regular los contratos de compra-venta de la producción”. A ello, suma políticas para incorporar gente, con medidas que garanticen servicios. “Escuelas, transporte público, acceso a Internet...”, cita como ejemplos.

Al hilo, afirma que desde Fruga proponen potenciar los servicios sociales y la restauración de viviendas abandonadas para la compra o alquiler. “Existen casos de creación de viviendas sociales, pero están muy ligadas a ayuntamientos rurales cerca de ciudades, pero no existe un plan a nivel gallego”.

PROPUESTA DE A VEIGA. En relación a este asunto, el alcalde de A Veiga (Ourense) –ayuntamiento premiado por la Xunta por su impulso a la demografía– explica que hace seis años iniciaron un proyecto transversal, que incluye desde rehabilitación de viviendas en régimen de alquiler –se hizo ya con 20 y el objetivo es hacer otras 40 en dos años– para atraer población.

“Esto implica crear puestos de trabajo en la construcción”, cita el regidor, Juan Anta, que alude a otras iniciativas “como pago de autónomos en el primer año” a los que decidan trasladarse al municipio o las vinculadas a la natalidad.