Dejan en libertad a uno de los principales sospechosos por el alijo de 3.700 kilos de coca

La jueza de Cambados, a instancias del fiscal, permite que Jesús Mouta Vázquez salga de prisión// Este cambadés escondía una de las planeadoras que alijaron la droga de la operación Lince
Narcotráfico
Antonio P. Fidalgo

Jesús Mouta Vázquez, uno de los detenidos en el transcurso de la operación Lince que se saldó con la incautación de 3.700 kilos de cocaína, fue puesto en libertad por la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Cambados, a instancias del fiscal. Este vecino de Tragove-Cambados, aunque natural de Vilanova de Arousa, de 42 años de edad, está acusado de un presunto delito de tráfico de drogas. Pese a quedar libre la magistrada le retiró el pasaporte y le impuso la prohibición de salir de España y la obligatoriedad de comparecer ante el Juzgado o la Guardia Civil quincenalmente.

Junto a él, y con las mismas condiciones y restricciones, quedaron libres otros dos de los once apresados el pasado 28 de marzo, en pleno confinamiento, tras abortar agentes de la Udyco de la Policía Nacional y de la Edoa de la Guardia Civil, ambos con base en Pontevedra, el desembarco de dos planeadoras en la ría de Arousa que traían esas casi cuatro toneladas de coca. La identidad de estas dos personas no fue facilitada por un portavoz del TSXJ que sí confirmó que Mouta era uno de los liberados. “Lo solicitó la Fiscalía”, aclararon fuentes del Poder Judicial en nuestra comunidad.

Jesús Mouta era uno de los pilares en los que se asentaba la investigación policial. Fue detenido el 30 de marzo cuando los agentes se personaron en su casa en la aldea de Tragove toda vez que una de las lanchas rápidas localizada con 72 de los 144 fardos de cocaína, y con identificación 7ªVILL3-4-97 había estado escondida durante varias semanas en un galpón de su propiedad. El acusado argumentó, en su declaración que “en ocasiones arreglaba embarcaciones de este tipo”.

Lo cierto es que a esa planeadora, tras ser vista en una investigación previa en terrenos de Mouta, los agentes antidroga, con autorización judicial, le instalaron un dispositivo de localización por sistema global de navegación por satélite (GNSS) para tenerla controlada.

Precisamente cuando, dos días antes de la operación, fue botada de noche desde el muelle de Tragove, tras ser trasladada por un camino secundario desde el galpón del cambadés.

A partir de ese momento se activó la chicharra (como se conoce en el argot policíal y del narco) que fue lo que permitió desbaratar la descarga de la cocaína que habían alijado en un yate a unas 200 millas de la bocana de entrada de la ría de Arousa.

No fue ese la única prueba contra Jesús Mouta. En el registro de su casa, los agentes encontraron, de acuerdo con el acta de entrada a la que tuvo acceso EL COREO, un teléfono móvil de seguridad en el que constaban llamadas con otros implicados detenidos; un envoltorio de plástico de envasado al vacío que da positivo al aplicársele el reactivo de cocatest; es decir, que guardaba cocaína en un periodo de tiempo reciente; dos bolsas de envasado al vacío que habían contenido dinero en efectivo (ambas bolsas estaban rotuladas con la inscripción 10mil) y una báscula de precisión y una brocha a las que también se le hizo el cocatest con resultado igualmente positivo. También se localizó en la vivienda una importante cantidad de dinero en metálico distribuida entre dos paquetes y un cofre.

¿Qué papel jugaba Mouta en esta operación? Inicialmente, los miembros de la Udyco y Edoa lo consideraban un engranaje importante en el entramado del que formaban parte los lancheros que iban a descargar la cocaína pero el Fiscal considera que transcurridos cuatro meses ya no existe riesgo ni de fuga ni que pueda destruir pruebas rebajando su posición a un escalafón inferior. Al menos por ahora.