“El Correo Gallego ayudó a crear una identidad común por encima de localismos”
La promulgación del Estatuto de Autonomía en 1981 no solo dotó a Galicia de un marco jurídico diferenciado, consolidándola como nacionalidad histórica al mismo nivel que Cataluña y Euskadi, sino que también contribuyó a que la comunidad empezase a generar una identidad común más allá de localismos.
Un sentimiento al que desde su papel de reflejo de las preocupaciones de la sociedad, pero también de interpretación de la realidad y creación de opinión contribuyó decisivamente EL CORREO GALLEGO, tal y como recordó José Manuel Rey. “Foi a partir daquela cando no xornal a información que se xeraba en Santiago comezaba a ter un matiz máis galego que localista”, indicó.
Así lo dijo durante su participación en una mesa redonda sobre el papel de la prensa gallega para consolidar la autonomía durante los actos celebrados en el Parlamento que estuvo moderada por la delegada de la Agencia Efe en la comunidad, Ana Martínez Pedrosa, y en la que también intervinieron los directores de La Voz de Galicia, Xosé Luís Vilela; Faro de Vigo, Rogelio Garrido; El Progreso, Alfonso Riveiro; La Región, Xosé Pastoriza, así como el del El Ideal Gallego, Manuel Ferreiro.
Un texto aprobado con fervor patriótico en 1936. Previamente, Rey Nóvoa recordó lo que fue el origen del actual Estatuto de Autonomía: un texto aprobado por los gallegos “con auténtico fervor patriótico” en 1936, que se frustrou polo comezo da guerra civil. Sin embargo, subrayó, fue fundamental para llegar a la aprobación final del Estatuto.
También hizo referencia al llamado “Parlamento do papel”, con la aparición de las primeras firmas políticas en los medios. Todos, tanto medios como políticos, “tiveron que ir aprendendo sobre a marcha”, rememoró. El proceso en Galicia, según su análisis, fue más difícil que en Cataluña y en Euskadi, porque aquí había menos tradición reivindicativa.
En su repaso por estos 40 años, el director de esta casa destacó la multitudinaria manifestación del 4 de diciembre de 1977 cuando “os galegos, fartos, saíron á rua para demandar o Estatuto de Autonomía. Había unha sensación de agravio. Chegouse a poñer en boca de Manuel Fraga que os recortes que se daban en Galicia debíanse a que aquí non había metralletas”, dijo.
El lento proceso de cara a la aprobación del Estatuto de Autonomía continuó dando pasos. Cuando salieron adelante en los años 80 los “pactos do Hostal”, “a reivindicación perdera parte do seu impacto social. Sen embargo, o importante é que se dera o primeiro paso das célebres mil millas”.
La prensa en aquella época tuvo que afrontar “a doble responsabilidade de adecuarse ás novas tecnoloxías, e á reconversión mental aos novos tempos políticos. O camiño percorreuse con evidentes riscos. Foron da man políticos e xornalistas, camiñanado xuntos para favorecer o clima de construción por ambas partes”.
Los mejores edificios para el Parlamento. Sobre el papel jugado por EL CORREO, mencionó que “alentou desde o primeiro momento a cesión de parte do Pazo de Raxoi para as novas institucións. Tamén defendeu a morte a capitalidade de Santiago, e reivindicou para o futuro Parlamento os mellores edificios da cidade”.
Fue a partir de entonces, apuntó, cuando “a información que se xeraba en Santiago comezaba a ter un matiz máis galego que localista, universalizando os contidos”. EL CORREO GALLEGO “fixo posible a xeración dunha identidade común de Galicia por encima de intereses concretos ou visións localistas. De hecho, uno de los lemas del periódico es “para saber que pasa en Galicia”.
“En cuarenta anos pasamos a ser paladíns do autogoberno”, resumió. Rey Nóvoa remató su intervención con un deseo: “Ogalla que os soños de hoxe se convirtan en realidade tanxible”