El coste de llenar el depósito es ya en Galicia el más alto desde marzo

Hacía un año que llenar el depósito de gasolina o gasóleo en Galicia no resultaba tan caro como hasta ahora. De hecho, hay que viajar hasta febrero de 2020, el feliz último mes antes de la pandemia, para hallar un precio por litro mayor que el que abonan en la actualidad los automovilistas y transportistas gallegos.

En el caso del diésel, hace doce meses, a comienzos de febrero, superaba de media los 1,22 euros por litro. Entonces, con permiso de los tambores de desaceleración económica, apuntaba al alza. Pero llegó la COVID y el confinamiento estricto en marzo, con sólo los servicios más esenciales en funcionamiento. Y el gasóleo bajó de golpe a 1,13 euros, en abril a 1,03 y en mayo marcó su mínimo, a 1,01, aunque en buena parte de las estaciones de estaciones de servicio gallegas se situó bien por debajo del euro.

Después vendrían meses de vaivenes, con ligeras subidas al principio del verano, moderación desde septiembre... y a partir de noviembre de 2020 una subida continua desde los 1,05 euros de entonces. Según el Geoportal de Hidrocarburos del Ministerio para la Transición Ecológica este mes se arrancó en Galicia con el diésel por encima de 1,14 euros de media, aunque ya ayer podíamos constatar máximos en gasolineras cercanos a los 1,22.

El caso de la gasolina de 95 octanos E5 (la más consumida, que lleva un 5 % de biocombustible) fue parejo: de rozar los 1,32 euros por litro en febrero de 2020, cayó diez céntimos en marzo, doce más en abril y se situó en torno a 1,10 euros. Siguió el mismo comportamiento estival, y en noviembre aceleró, saltando de 1,17 € entonces a los 1,25 euros de media de ahora, con gasolineras cerca de 1,34 €.

Estas subida del 8,5 % en el diésel y del 7,2 % en las gasolinas desde noviembre responden a un barril de petróleo Brent cuyo precio se recupera hasta 60 dólares, teniendo en cuenta que en abril cayó bajo los 20, llegando a coquetear con cotizaciones en negativo. Pero en el horizonte se divisan nuevos motivos para que siga la escalada.

El pasado mes de diciembre arrancó la tramitación del anteproyecto de la ley del clima que crea el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico. Desde Transición Ecológica persiguen financiar con aportaciones de todas las empresas energéticas antes incluidos en la factura de la luz doméstica, lo que permitiría reducir ese recibo eléctrico al menos un 13 % al eliminar cargos como la retribución a renovables, cogeneración y residuos.

Siete mil millones de euros que pagarán empresas, incluidas las petroleras y gasistas, pero que se acabarán repercutiendo, de una u otra forma, a los consumidores.

De ello avisó claramente la Federación Gallega de Estaciones de Servicio (Fegaes), que ya a finales del año pasado manifestó su preocupación por la propuesta del Gobierno, que estimaba que podría entrar en vigor a partir de abril de 2021, aunque se enfrente a un alud cercano al millar de enmiendas en su tramitación en el Congreso.

Afectará a gasolinas y gasóleos. “Cuando repostemos en una estación de servicio, además de los impuestos que ya pagamos, abonaremos esos aproximadamente siete céntimos más por litro para el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico, apuntaban desde Fegaes, que creía que no es momento de plantear tal subida, ya que la operadoras petroleras y gasísticas la repercutirán sobre el consumidor final: familias, autónomos y empresas.

Recordaba esta patronal, con 250 empresarios asociados, que más del 50 % del precio de los combustibles ya son impuestos “y por lo tanto las tarifas no están determinadas por la demanda, que ha caído de manera destacada como consecuencia del COVID”, en más de un 20 % en diciembre y mucho, mucho más ahora por las restricciones de movimiento y los cierres entre municipios..