El furtivo gallego más agresivo: sube un 25 % los kilos decomisados por cada incautación

Entre enero y septiembre de 2020 las especies confiscadas que primaron fueron la nécora, el pulpo y la almeja japónica // Requisaron 32,6 toneladas // El 93 % solamente en Rías Baixas
Jorge Garnelo
control del océano. Un agente de la unidad operativa de Gardacostas de Ferrol vigila desde su barco (A Coruña). Foto: Xunta

Con el desdén del famoso Capitán Jack Sparrow, los furtivos gallegos están tomándose al pie de la letra su reconocida frase “arrasa con lo que veas y generoso no seas”. Entre enero y septiembre del 2020, la cantidad de kilogramos relativos a especies pesqueras comisadas subió un 25,5 % por cada incautación respecto al mismo ciclo del año anterior.

Según los datos que la Consellería do Mar proporcionó a EL CORREO GALLEGO, concernientes al servicio de guardacostas y sus operaciones, la cantidad de marisco, pescado y demás seres marítimos confiscada por estas autoridades descendió levemente con relación a 2019, requisándose 32,65 toneladas: 2,25 menos.

Esta diferencia se consigue al comparar sólo los primeros 10 meses de ambos periodos y sin contemplar el laborioso trabajo realizado por la Guardia Civil en la comunidad.

Una bajada más brusca notaron las incautaciones llevadas a cabo por estos patrulleros gallegos, las cuales cayeron un 25,67 % entre las mencionadas etapas, pasando de 23.469 (2019) a 17.444 (2020).

Concretamente este segundo detrimento, frente al práctico mantenimiento del peso decomisado, dibuja en nuestra costa un preocupante panorama: pillaron menos furtivos con más cantidad.

La policía del mar obtuvo un promedio de 1,49 kilos por operativo la pasada temporada, mientras que este ciclo ascendió a los 1,87 kg/operativo. Un 25,5 % más. Con otras palabras: 6,6 toneladas de excedente en proporción.

¿CULPA DE La COVID? Durante el estado de alarma “se sumou a obriga legal do cumprimento das normas de confinamento”, recuerdan desde la Consellería do Mar, apuntando que la actuación de los “Corpos e Forzas de Seguridade do Estado” para garantizar el respeto de las medidas “disuadiron de forma importante a actividade furtiva”.

Los controles y acciones propiciadas por las autoridades en la crisis sanitaria explican el menor movimiento de estos delincuentes, un hecho que también podría justificar la “agresividad” de sus faenas siempre y cuando topan con el momento adecuado.

Sin embargo, el menor número de incautaciones también se debe a otro factor bastante relevante: la cuantía de inspecciones realizadas por los guardas costeros bajó significativamente entre enero y septiembre del 2020 frente al mismo periodo del anterior.

Así, mientras que a lo largo de 2019 se efectuaron 8.978 observaciones, este año solo hubo 6.767, es decir, un 24,6 % menos en comparación.

Ello repercute de igual forma en la menor cantidad de infracciones contadas: 2.482 (2019) y 1.941 (2020) que suponen una bajada del 21,8 %.

Fuentes de la Consellería do Mar evidencian que, como consecuencia de las normas restrictivas de movilidad impuestas durante el estado de alarma, “a actividade inspectora do Servizo de Gardacostas de Galicia tamén mudou, ao igual que co descenso da actividade profesional”.

El motivo también lo achacan a la “función dos Corpos e Forzas de Seguridade do Estado” y al práctico parón, tanto del sector pesquero como del marisquero, tras el cierre de su canal de comercialización principal: Horeca.

EL GRAN PROBLEMA DEL SUR. La lacra del furtivismo se ceba especialmente con las Rías Baixas, aunque en nuestro territorio la mayor confiscación de especies marítimas se dio este año en la zona de Fisterra a Porto do Son, donde se incautaron 7.367 kilos.

A ella le sigue la de San Vicente y Pontevedra (6.659 kg), continuada por Vigo-A Guarda (5.830), Arousa Sur (2.662), el área de Corrubedo-Arousa Norte (1.494) y Ferrol (849), Malpica-Fisterra (751), Coruña-Malpica (408) y Costa Lucense-Ferrol (100).

Fuera de costa, también se decomisó una enorme cantidad en el interior de Pontevedra (644 toneladas ) junto a otra menor en A Coruña (90).

Si se cuentan los litorales que forman parte de las Rías Baixas, desde la Guardia hasta Fisterra (inclusive la cuantía requisada en el interior de la provincia pontevedresa), el montante alcanza los 30.450 kilos: el 93,4 % del total.

En comparación con el periodo de 2019, las mayores diferencias se registraron en la zona que va de Corrubedo a Arousa Norte, donde el peso de las criaturas obtenidas mediante los operativos que realizaron los guardacostas fue mucho menor este año frente al anterior (9.407 kilos): un detrimento del 84 %.

Por contra, las incautaciones llevadas a cabo por este colectivo dentro de Pontevedra supusieron un aumento astronómico del 6.677% en el producto decomisado con relación al 2019 (cuando solo se interceptaron 95 kg).

LOS CAPRICHOS CLANDESTINOS. Según informaciones de la Consellería do Mar, entre enero y septiembre de este 2020 las especies de marisco más confiscadas fueron la almeja japónica, el pulpo y la nécora. En cuanto a los peces, la sardina y el boquerón.

El pasado, sin embargo, los furtivos gallegos prefirieron entre sus caprichos clandestinos el erizo (en vez de la andariña) y la caballa (frente al bocarte). En ambos periodos las autoridades también se apoderaron de “nasas, cacharros e artes de enmalle”.

UN TOTAL DE 80 INVESTIGADOS Y DETENIDOS. Los últimos datos de la Vicepresidencia Primeira y la Consellería de Presidencia referidos a la Policía Autonómica indican que durante este año se han detenido o investigados por furtivismo a 80 personas vinculadas con esta actividad.

Estos agentes apresaron o inspeccionaron a un total de 154 individuos, prácticamente el doble, en 2019.