sesión de control en O Hórreo. Feijóo desacredita los “mantras” económicos de Caballero y el sistema de cupo propuesto por Pontón: “Sería como hacernos el harakiri” // El socialista le pide que piense en la gente y la nacionalista advierte de que “cuando deciden en Madrid, Galicia pierde”TEXTO X. Cibes

Entre las cuentas y los cuentos

Xoana Cibes

Tocó ayer en el Pleno de la Cámara hablar de las cuentas y los cuentos para la Galicia de 2022. En la versión de Feijóo, las primeras, las suyas. Los segundos, los de la oposición, que por un lado –el de la bancada socialista– pidió políticas económicas pensadas para las personas y de refuerzo de los servicios públicos aprovechando los presupuestos expansivos del próximo año, y por otro –el de los asientos nacionalistas– un sistema de financiación para Galicia similar al cupo vasco. Al portavoz del PSdeG, Gonzalo Caballero, Feijóo le conminó a abandonar los “mantras” y a reconocer que Galicia es, hoy, una comunidad solvente que con su Gobierno logró evitar la “quiebra” y ahora proyecta “la mayor apuesta por los servicios públicos que se hizo nunca”. A la nacionalista Ana Pontón, le advirtió de que defender para Galicia el sistema de cupo sería como hacerse el “harakiri”.

Abrió el turno de preguntas al presidente Gonzalo Caballero con el objetivo de pedir al presidente una rectificación de las políticas de ajuste aplicadas desde la Gran Recesión. El socialista atribuyó al Gobierno de Sánchez la “ingente cantidad” de recursos que manejará la comunidad el próximo año gracias, dijo, a los fondos europeos. Su primer “mantra”, le dijo Feijóo, porque en la UE gobierna el Partido Popular Europeo y no Sánchez. Caballero le invitó a “cambiar de paradigma” en las políticas económicas y a “pensar en la gente” para reactivar y modernizar la economía, impulsar los servicios públicos y generar empleo. Le reprochó el “recorte” de fondos en Atención Primaria, que prescinda de los profesionales contratados para reforzar la sanidad durante la pandemia o el despido de “cientos de profesores” con el que empezó este año el curso. “Hay un 25 % más de familias que tienen que retrasar pagos de vivienda o recibos y no prevén un escudo protector para ayudarles en 2022”, le espetó Caballero.

Cuando le tocó responder, Feijóo echó una mirada atrás y se refirió al “austericidio de 5.000 millones” que, dijo, dejó el Gobierno bipartido en la Xunta. Aseguró que el “pufo” que dejaron socialistas y nacionalistas obligó a su gobierno a arreglar las cuentas –no los “cuentos”– con menos dinero entre 2013 y 2015.

Después, el inquilino de Monte Pío sacó pecho : “Evitamos la quiebra de Galicia y tener una Galicia solvente”. Recordó que los orzamentos de 2022 incluyen la “mayor apuesta por los servicios públicos que nunca hizo un gobierno en Galicia” y afeó al de España que distribuya a la comunidad gallega menos fondos europeos de los que le corresponden.

Para desmontar otros “cuentos”, Feijóo aseguró en la réplica que el objetivo de su Ejecutivo es mantener el 80 por ciento del personal sanitario contratado durante la pandemia, y dijo que desde que los populares llegaron a la Xunta se aumentó el gasto en personal en un 23 % (de 3.600 a 4.500 millones), o que en Atención Primaria hay ahora un 25 por ciento más de gasto, al pasar de 442 a 541 millones.

En cuanto a los profesores, precisó que Galicia cuenta ahora con “2.095 más que en el último curso prepandemia”. “¿Realmente quiere hablar en serio o no?”, le espetó al dirigente socialista tras darle éste un “supenso” en política económica.

Despachado Caballero, le tocó a Feijóo lidiar con Pontón. La líder del BNG aprovechó su turno de preguntas al presidente para defender de nuevo para Galicia un concierto económico similar al de País Vasco, “que nos dé –dijo– la llave de nuestro dinero”, y advirtió del falso argumento de que Galicia es pobre y depende del Estado. Le pidió así que se libere de Pablo Casado y reclame para la comunidad una mayor autonomía fiscal y financiera. ¿Cómo? Entre sus recetas, está reclamar una ampliación del porcentaje de impuestos cedidos, como el IVA o el IRPF, exigir la cesión del impuesto de sociedades –“que tributen aquí las empresas con actividad productiva en Galicia”– o avanzar hacia una fiscalidad verde que permita enfrentarse mejor a la emergencia climática.

Ana Pontón se mostró convencida de que el actual sistema de financiación, aprobado en 2009 con fecha de caducidad en 2014, resultó perjudicial para Galicia que, según sus cuentas, habría perdido más de nueve mil millones de euros. Y para defender el cambio de modelo, pidió a Feijóo que explique a los gallegos “por qué no confía en Galicia”, o que “el centralismo no lo ciegue”. “Sin autonomía financiera, no hay autonomía política (...). Cuando deciden en Madrid, Galicia pierde, y nosotros queremos que Galicia gane”, advirtió la portavoz nacionalista.

Pero todo sus argumentos cayeron en saco roto. “No me pida –le contestó Feijóo a Pontón– que perjudique a Galicia, que haga un harakiri para cumplir un ideario disparatado”. Los del BNG, insistió, también son “contos” en los que se olvidan, por ejemplo, el déficit de 5.000 millones de euros que se mantedría ya en 2014 con la Seguridad Social. El presidente de la Xunta salpicó su intervención con datos en defensa de un modelo donde se primen más la dispersión, la dependencia o el envejecimiento de la población. Dijo, por ejemplo, que Galicia tiene el 14 % de los centros de salud de toda España, cuando su población no llega al 6% del total. O que el sobrecoste de la dispersión supera los 500 millones de euros.

“Es sorprendente que me pueda entender con seis presidentes del PSOE en España y no me pueda entender con los nacionalistas gallegos”, le reprochó Feijóo a la líder de la oposición, a quien le echó en cara su “teima ideológica absolutamente cerrada”. Y a quien conminó a aclarar si apuesta por un sistema de financiación autonómica multilateral o el modelo bilateral “que salga de la sede de ERC” con “consecuencias nefastas” para la comunidad gallega.