“Estoy con fuerza, con ganas y con las pilas cargadas para trabajar por Galicia”

Patricia Lavandeira
Gonzalo Caballero pasa por delante del Hostal dos Reis Católicos en la compostelana plaza del Obradoiro.

Estamos en un verano atípico, en medio de una pandemia. ¿Ha podido disfrutar de vacaciones este año?

Este ha sido un verano distinto, porque la pandemia ha hecho que todos tengamos que modificar nuestros hábitos. A mayores, el 12 de julio se han celebrado elecciones en Galicia, de modo que mi actividad ha estado muy centrada tanto en el proceso electoral como, posteriormente, en la puesta en funcionamiento del grupo parlamentario para el curso político que está a punto de comenzar.

Por tanto, ha sido un verano en el que he estado entre Vigo y Santiago, con más tiempo disponible para la familia que durante la campaña, pero sin grandes planes.

Como economista que es, ¿cuáles cree que son las recetas para afrontar la crisis que atravesamos?

Estamos ante una crisis de enorme envergadura, con enormes retos por la vía de la oferta y también de la demanda, con un componente de globalidad que la hace más preocupante y con un elemento de incertidumbre muy grande relacionado con la evolución sanitaria, que marcará también la evolución económica.

Por tanto, es momento de respuestas globales, de pensar en lo colectivo y de primar aquello que es esencial para que esta crisis no se convierta en una depresión y para evitar que la población considerada más vulnerable salga muy mal parada de esta crisis.

Para eso hacen falta políticas económicas activas que permitan drenar liquidez e impulsar el consumo, políticas monetarias que favorezcan la disposición de fondos y de crédito para remontar esta situación y políticas sociales que permitan que nadie se quede en la cuneta.

¿Cree que los cambios que ha traído esta pandemia han venido para quedarse?

Es cierto que los hábitos sociales y de contacto ya se han modificado, y es posible que esta crisis suponga grandes cambios para la economía, la sociedad... Hay que pensar, por ejemplo, que sectores como el del ocio nocturno han tenido que parar, que el turismo está sufriendo un bajón sin precedentes y que todas las actividades que implican contacto están en revisión.

Con todo, de las crisis hay que sacar grandes lecciones, y también es cierto que estamos aprendiendo a ver con mayor claridad la prioridad de los valores. Frente a un escenario de consumismo continuo, la salud, la familia y los seres queridos recuperan un papel preponderante y otras cuestiones pasan a ocupar un papel secundario.

¿Cree que, como indica una encuesta, los jóvenes de hoy vivirán peor que sus padres?

Es evidente que una crisis como esta pone en riesgo las posibilidades de muchas personas, pero dependerá también de la capacidad que tengamos de apostar por políticas inclusivas, por un estado del bienestar que no deje a nadie en la cuneta y por políticas que generen empleo y oportunidades que consigamos remontar esta situación con el mayor éxito posible.

Por tanto, nada determina que el futuro tenga que ser peor. Si acertamos entre todos, conseguiremos que la senda de progreso y mejora social continúe para las generaciones futuras. Si no acertamos, es evidente que existen grandes riesgos sobre la mesa.

¿Qué se puede hacer en un mundo tan desigual, con millones de personas desnutridas, desplazadas, enfermas y también sin recursos tras la pandemia?

Los mercados son globales, pero la política no se ha globalizado, y ante una crisis como esta es necesario incentivar la cooperación y la coordinación entre los distintos países.

Asimismo, los Estados tienen que tener un papel preponderante impulsando el gasto público como vía de relanzamiento de la demanda y evitando crisis de confianza y de caída de la actividad. Y, junto a ello, tienen que existir respuestas colectivas que prioricen la sanidad y la educación públicas y las políticas sociales para dar cobertura a todos.

Usted ha tenido que aislarse recientemente durante unos días a causa de un acceso de fiebre que, afortunadamente, no comportó ningún problema. Supongo que se le pasó por la cabeza que podía haber contraído coronavirus.

En momentos como este todos tenemos que ser responsables y seguir los protocolos que nos marcan las autoridades sanitarias para evitar cualquier propagación del virus. Por suerte, no fue nada más que un virus estomacal, pero es cierto que en esos días de reclusión pensé seriamente en la cadena de contactos ante la posibilidad de que pudiera haber algún contagio.

¿Tiene niños pequeños?

Dos. Uno de ocho años y otro de cuatro. Y la verdad es que se han adaptado a la covid con total agilidad y responsabilidad. Han incorporado las mascarillas como si fuesen un accesorio más de sus disfraces de superhéroes.

Y, por cierto, ¿qué le decían sus hijos al verlo en los carteles electorales?

En campaña estuve poco tiempo con los niños, pero al principio les llamó mucho la atención verme en los carteles por toda la ciudad.

Algo más de un mes después de las elecciones y a punto de arrancar el nuevo curso político, ¿qué balance hace del resultado electoral?

Estas fueron unas elecciones marcadas por la pandemia, y el nivel de participación cayó a mínimos históricos: solo el 48% de los gallegos con derecho a voto lo ejercieron. En ese escenario de baja participación, la derecha ha conseguido mantener el gobierno de la Xunta y nosotros asumimos y respetamos el resultado, pero creemos firmemente que de esta crisis hay que salir con políticas progresistas que defiendan los servicios públicos (la sanidad, la educación, las políticas sociales...) y que tengan la capacidad de generar empleo y riqueza en Galicia.

Sabemos que el escenario electoral que había en el mes de marzo era sustancialmente distinto, con una posibilidad cierta de dar a Galicia un gobierno progresista liderado por el PSdeG, pero la crisis cambió el escenario: mientras el gobierno de España mantuvo un alto nivel de lealtad con todos los gobiernos autonómicos, el PP desde la Xunta prefirió confrontar de forma desleal, utilizando estrategias partidistas por encima del interés general.

Feijóo consiguió escapar del escenario de caída electoral que tenía en marzo a través de unas elecciones que fijó unilateralmente y en las que el nivel de participación se desplomó, lo que le permitió mantener una mayoría absoluta que tenía en riesgo evidente en marzo. En todo caso, el PP perdió 50.000 votos con respecto a las elecciones de 2016.

¿Y cómo está ahora el PSdeG para hacer frente a los retos del futuro?

El PSdeG es un gran partido, y en estas elecciones tan difíciles por la covid pasamos del 17% del voto al 19%. Sabemos que, históricamente, las elecciones autonómicas siempre han sido más difíciles para el PSdeG que las generales y las municipales. De hecho, solo en una de las 11 elecciones conseguimos retirar al PP, como ocurrió en 2005 con Emilio Pérez Touriño.

Necesitamos seguir trabajando e ilusionando a la ciudadanía porque somos conscientes de que somos la única alternativa real frente al PP, ya que cuando otras fuerzas nacionalistas o rupturistas suben, el PP afianza sus resultados. Estamos preparados para abrirnos más a la sociedad y explicar con mayor claridad cuál es nuestro proyecto para la Galicia del futuro, y conseguir una mayor movilización que dé como resultado el gobierno que quiere la mayoría progresista que existe en nuestra comunidad.

Y, en lo personal, ¿cómo afronta Gonzalo Caballero el tiempo que ahora se abre?

Estoy con fuerza, con ganas, con las pilas cargadas para trabajar por Galicia esta legislatura. De las situaciones complejas se aprende para ser más fuertes y trabajaré para ofrecer a Galicia una alternativa sólida de gobierno.

Todavía no se han cumplido tres años desde que fue elegido para liderar el PSdeG. ¿Cree que, en términos electorales, ha sido un hándicap para usted no haber tenido una trayectoria política más amplia?

Es evidente que, a diferencia de Feijóo y de Ana Pontón, mi experiencia parlamentaria es mucho más corta: hace apenas un año desde que me incorporé al Parlamento, mientras los líderes de BNG y PP llevan en la Cámara 16 años. Probablemente en Galicia el electorado reclama trayectorias largas para tener mayor proximidad y conocimiento, pero creo que hemos hecho un trabajo importante y cada día que pasa es una fuente de aprendizaje.

¿Aspira a volver a presentarse como candidato a la Xunta?

Es cierto que el conjunto de la organización es consciente de que el cambio continuo de liderazgos desde el año 2009 ha debilitado al PSdeG y de que Emilio Pérez Touriño necesitó siete años para alcanzar la presidencia después de que el partido fuese tercera fuerza en 1997 y 2001, pero mi planteamiento ahora es cumplir con mi mandato como secretario xeral hasta el año próximo y con mi tarea como parlamentario autonómico hasta 2024.

En las últimas semanas he recibido un apoyo muy amplio de muchos compañeros, pero tomaré en su momento la mejor decisión al servicio de Galicia y del PSdeG. Yo siempre he puesto los intereses generales por encima de los particulares, de modo que evaluaremos cuando toque qué senda hay que tomar.

Por el momento, lo que corresponde en el corto plazo es iniciar con fuerza este curso político; y, en el medio plazo, afianzar nuestro proyecto político para trasladar que nuestro único objetivo es el bienestar de los gallegos.

Usted siempre ha seguido la línea crítica dentro de su partido...

Yo milito en el PSdeG desde hace 25 años, pero mi dedicación profesional siempre ha estado fuera de la política, como profesor en la Universidad de Vigo, y nunca había ocupado cargos de responsabilidad hasta que los compañeros me eligieron en primarias hace dos años y medio para dar un rumbo nuevo al partido.

En línea con el perfil propio que siempre he mantenido, desde la secretaría xeral he apostado por una línea de renovación en el PSdeG que creo que es la correcta. De hecho, hace dos años cogí el partido en una situación muy compleja, muy debilitado después de que los dos secretarios generales anteriores hubiesen tenido que dimitir, y con mucho trabajo logramos obtener más representación tanto en las municipales como en las generales y mantener la posición en autonómicas.

Ahora el PSdeG tiene un proyecto autónomo, no tutelado por nadie, y solo enfocado al servicio de los intereses de los gallegos, por lo que estamos en condiciones de aprender de los errores y seguir remontando. Por mi parte, cumpliré con las responsabilidades que me corresponden y trabajaré para impulsar el proyecto socialista y dar respuestas a Galicia.