Galicia destruyó 363 empleos al día tras el confinamiento e hibernación por la pandemia

Se pierden en el tercer trimestre 32.600 ocupados, un -3 % // En la EPA estatal, debacle: de mayo a junio la caída es del 5,5 %, con un millón de trabajadores menos
Paro
José Calviño
Un trabajador en la lonja de Burela, cuyo puerto concentró la mayor parte de la actividad cuando se confinó a su población por el rebrote. Foto: EFE/Eliseo Trigo

En el inicio de la pandemia la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre recogió un impacto de la covid-19 entonces comedido, al registrar en Galicia trece mil ocupados menos. Tres primeros meses en los que España destruyó 285.600 los puestos de trabajo. Cifras duras, pero que eran solo el comienzo: llegaban abril, mayo y junio, los meses duros del confinamiento, hibernación económica y apenas al final la desescalada y el desembarco en esta nueva anormalidad.

Los datos facilitados por el INE certificaron el peor registro de empleo desde 2013, con la destrucción en el segundo trimestre de 1.074.000 puestos de trabajo. Con ello, la ocupación desciende un 5,5 % con respecto al trimestre anterior y un 6 % en relación con idéntico periodo de 2019, cuando había 1.197.700 más que a finales del pasado junio; la tasa de empleo se situó en el 47 %, por debajo del 49,8 % del trimestre anterior.

Los datos de la EPA para Galicia indican que durante este vía crucis sanitario y económico la comunidad destruyó 32.600 empleos, lo que implica la pérdida de unos 363 ocupados diarios. Sobre una base de 2.338.800 mayores de 16 años –apenas doscientos más que en el primer trimestre, 4.500 por encima del dato de hace un año– se constata una caída de 1,9 puntos en la tasa de actividad masculina al 55,9 %, mientras que entre las gallegas el descenso es de dos puntos, a un mucho menor 46,6 %. Casi diez puntos que certifican que a ellas les sigue costando más acceder al mercado laboral.

Al cierre del segundo trimestre eran 1.050.400 las personas que trabajaban en Galicia, con una tasa de ocupación 1,4 puntos inferior, con el 44,9 % de la población. Son, según el IGE, 48.400 personas menos (-4,4 %) que en junio de 2019. Por sexo, se destruyeron 22.000 empleos entre los hombres, las dos terceras partes, y 10.600 entre las mujeres de la comunidad. Frente a hace justo un año los ocupados gallegos caen en 21.200, el -3,7 %, mientras en el colectivo femenino el descenso es superior, del 5,2 %, con la pérdida de 27.200.

Por sectores, la ocupación descendió en todos trimestralmente, aunque especialmente en los servicios (19.200 empleos menos), seguida de la industria (-7.400 efectivos), la construcción (-4.500) y un sector primario donde la caída se limitó a 1.600 personas. En relación a junio de 2019 la hostelería, comercio, turismo y otros servicios pierden un 7,4 % de sus ocupados, y el campo y la pesca un 1 %. Sin embargo, habría más gente trabajando en la construcción (7,2 %) y también en las fábricas autonómicas (3,4 %).

Entre las siete grandes urbes gallegas, según el IGE, Lugo y Santiago presentaron las mayores tasas de ocupación (51,2 y 51,6 %, respectivamente), y Ferrol la menor (37,9%). En cambio, la ciudad departamental lidera la tasa de paro con un 15,8 %, mientras Pontevedra, con el 7,9 %, tiene la más baja. En Compostela está en un 11,9 %. En números absolutos, Vigo es la ciudad con más personas activas, con 140.500, coupadas, con 120.000, paradas, con 20.500, y también inactivas, totalizando 114.200. Lógico por ser también la más poblada. En el caso de la capital gallega, al cierre de junio eran 51.200 los santiagueses en activo, 45.100 los que ejercían un empleo, 6.100 los desempleados, según la EPA, y 36.200 los que figuraban como inactivos.

Entre los 18.607.200 ocupados que la EPA atribuye a España –incluido el millón largo en Galicia– se encontraría las personas incluidas en los ERTE, que sin embargo no trabajan. La cifra real de personas efectivamente ejerciendo en el segundo trimestre cae ría a 13.901.000, lo que representa el 35,1 % de la población de 16 años o más, y uno de los peores datos en la historia. Lo mismo ocurría en la comunidad gallega, donde entre abril y junio había más de doscientos mil gallegos que sin trabajar, tampoco estaban en paro... se encontraban también en el limbo de los expedientes de regulación temporal de empleo.