Galicia exige que se eche el freno a la “escandalosa” subida de la AP-9

Consumidores, transportistas y Xunta demandan al Gobierno que pare un incremento histórico que podría superar el 9 % // Ir de Ferrol a Tui pasaría de los 25 € // Rueda aboga por congelar los peajes
Sabela Arias
peajes más caros. Cabinas de la AP-9 en Sigüeiro, en dirección Santiago. Foto: Almara

Cuando los conductores gallegos circulan por la AP-9 y llegan a las cabinas de peaje no temen encontrarse en su interior con hombres encapuchados que les intimiden al grito de “ esto es un atraco, manos arriba”. Sin embargo, después de sacar la cartera y pagar la tarifa, muchos de esos automovilistas se quedan con esa desagradable sensación en el cuerpo.

Y es que mientras en otros puntos de España los usuarios de autopistas como la que une Sevilla y Cádiz, la que va desde Tarragona a Alicante, o la que enlaza Burgos con Vitoria no tienen que desembolsar ni un euro tras ser rescatadas, quienes se desplazan entre Ferrol y Tui por la vía de alta capacidad que gestiona Audasa no sólo deben seguir rascándose el bolsillo, sino que a partir del 1 de enero el trayecto subirá un 9 %.

Sería una subida “histórica”, si el Ministerio de Transportes la avala, ante la que el presidente autonómico, el popular Alfonso Rueda, exigió ayer al Gobierno que le eche el freno: “aún se está a tiempo de rectificar”, indicó, advirtiendo que se trata de una “decisión política” del Ejecutivo y reiterando la petición de la Xunta de que los peajes que se “congelen”.

No fue el único en reaccionar. La Federación Gallega de Transporte de Mercancías (Fegatramer) advirtió de que el sector, al igual que empresas y el resto de usuarios, sufrirá “un nuevo agravio con la subida tan escandalosa que se plantea para 2023 de los peajes de la AP-9. “Los usuarios en general y los transportistas en particular de la principal vía de alta capacidad de pago de Galicia, verán como sus maltrechas economías se resienten aún más, si ello es posible”, añaden.

Recalcan que este repunte llega después de que Audasa “lograra uno de los mayores beneficios de la década” y consideran que, de ratificarse, se perpetraría un “atropello” a Galicia. “Para completar el desaguisado económico la AP-53 (Santiago-Dozón) subirá un 8,38% y siguen sin contemplar ningún tipo de descuento, algo único en toda España”, lamentan.

Diego Maraña, presidente de la asociación de consumidores En-Colectivo, promotora de la demanda ante la UE en la que se pide anular la concesión de la que disfruta Audasa hasta 2048 y que está pendiente de respuesta por parte de la Comisión, cree que sería “un coste económico inadmisible para ciudadanos, familias y empresarios”. “Es una autopista que está más que amortizada”, añade Maraña, para quien la anulación de la concesión pondría fin a los peajes.

¿Cómo quedan las nuevas tarifas?. Como cada ejercicio, 2023 traerá una nueva subida de los peajes para la AP-9, que ya se sitúa como una de las más caras de Europa. La fórmula de actualización se completa con un IPC al alza, entre otros ajustes técnicos, al que habría que sumarle un 1% por la compensación ligada a la ampliación del Puente de Rande y de la circunvalación de Santiago. Si el Ministerio confirma el alza, los usuarios de la autopista soportarían la segunda subida de tarifas más elevada tras la de 2012.

Un incremento superior al 9% se traduciría en 1,65 euros más, con lo que viajar desde A Coruña a Vigo pasaría a costar 19,15 euros. En el caso del trayecto entre A Coruña-Santiago, rozaría los 8 euros; Vigo-Santiago se incrementaría hasta los 11,22 €; Vigo Pontevedra alcanzaría los 4,5 y A Coruña- Ferrol costaría 5,50 euros. Realizar el recorrido completo entre Ferrol y Tui podría superar los 25 euros.

Decisión política. En esta coyuntura, Rueda lamentó durante un acto en Santiago que el Gobierno central no escuchase su petición de “congelar los peajes”, en la línea de los autonómicos, en la que insistió. “Todo indica que en el peor momento –la AP-9– tendrá una subida histórica, que puede estar en torno al 10%”, lamentó.

“Esto al final es una decisión política del Gobierno, que decide que, cuando más tenía que bajar las tarifas, aplicar la subida más alta. La prueba de que es una decisión política, es decir, que los políticos pueden tomarla en un sentido o en otro, es que la Xunta congeló las tasas y asumió con cargo a los presupuestos la subida para no repercutirla en los usuarios de las autopistas que dependen de ella”, analizó

“Cuando hablamos de ayudar a la gente cuando más falta hace, este es el ejemplo donde se puede hacer eso o todo lo contrario”, continuó el presidente gallego: “aún se está a tiempo de rectificar”, insistió. Así, se mostró convencido de que, “si se quiere” proceder a congelar los peajes de las autopistas estatales en Galicia –-la AP-9 y la AP-53– “se puede hacer”. De hecho, argumentó que así se hizo “en otras comunidades”.

Acerca de si la Xunta se dirigirá al Gobierno en este sentido, replicó que ya lo hizo y volverá a “insistir” las veces “que haga falta”. “Conocen lo que pueden hacer y, si van a adoptar esta decisión, es porque no tuvieron en cuenta ya no la petición de la Xunta, sino de muchísimos ciudadanos que tendrán que pagar casi un 10% más”, zanjó.