Galicia luchará por el sector pesquero ante el alarmante acuerdo del Brexit

La Xunta espera con “preocupación” el texto del pacto definitivo para construir su defensa
Jorge Garnelo
mares. Dos pescadores clasifican la captura obtenida en un pequeño barco pesquero amarrado en el puerto de Portonovo (Pontevedra). Foto: Xunta

Será “beligerante” Galicia en su compromiso por defender todos aquellos intereses de su flota pesquera con un único objetivo: recuperar los derechos perdidos por el pacto del Brexit. La Xunta mostró su “preocupación” durante la pasada jornada, mientras espera ahora a examinar el texto que contempla este acuerdo para cimentar sus posibles líneas de defensa.

Esto lo hace sobre las cuestiones publicadas en relación a la pesca, dentro del convenio establecido entre la Unión Europea y el Reino Unido, pese a no conocer hasta la fecha información oficial alguna difundida por parte del Gobierno central, partícipe en dicha drástica negociación.

Así, el Ejecutivo autonómico considera que nuestra pesca fue empleada “como moneda de cambio” nuevamente en el continente. Todo esto, sin tener en cuenta las advertencias y sugestiones realizadas para no traspasar la denominada “línea roja”, que al final se ha atravesado sin miramientos en ese trato.

En este sentido, la comunidad no se va a conformar con ninguna recompensa por esa estipulación y será beligerante (e incluso contundente) para volver a obtener todos y cada uno de estos derechos pesqueros, naufragados bajo el abismo de la costa británica por medio de la British Exit.

La Xunta espera a conocer el texto del acuerdo definitivo para valorar las posibilidades de defensa de la cadena mar-industria de Galicia. No obstante, según las informaciones trascendidas, dicho pacto es muy negativo ya que parece haberse entregado de forma concluyente a la embarcación anglosajona el 25 % de las cuotas de pesca europeas.

Ahora cargarán más en las criaturas pelágicas (como jurel, caballa o lirio, entre otras) mientras nos permiten acceder a sus aguas: al menos durante cinco años y medio.

DESASTRE EN TRES FASES. El Gobierno gallego considera esto alarmante para toda la flota regional, que se verá perjudicada tanto a corto como a medio y largo plazo.

En primer lugar, los barcos perderán cuotas importantes de pesca y posibilidades de intercambio que propiciaban la rentabilidad del sector, siendo las descargas del Gran Sol (caladero ubicado al oeste británico) las que constituyen el mayor volumen de ingresos.

Posteriormente, porque la posibilidad de renegociación en 2026 de esta contraprestación al Reino Unido en forma de cuotas podrá ser derivada contra criaturas demersales (como merluza, gallo o rape) en las que los buques gallegos basan sus pesqueras.

Y al final, porque también parece que se estropeó la última posibilidad de hacer fuerza en una negociación al entregar el acceso a los comprados europeos “de los productos marinos británicos”.

PÉRDIDAS ADICIONALES. A esto hay que añadir las pérdidas y dificultades que supone este acuerdo, por una parte “para la flota que faena en mares del Gran Sol, pues pierde parte de sus derechos y posibilidades de pesca directas” y además en cinco años deberá renegociarse anualmente un acceso que va a ser aminorado en términos de posibilidades de pesca.

Por otro lado, afectará a los barcos de las aguas del Cantábrico-Noroeste, porque las cesiones a Reino Unido relacionadas con estas especies pelágicas ponen mucho más difícil lograr cuotas ampliadas.