MARISQUEO. Se inició la campaña del percebe en O Roncudo con hombres y mujeres peleándose por arrancar a las rocas el preciado manjar // Acompañó el buen tiempo TEXTO Ana González

Jugarse la vida también en una Navidad diferente

Ana González
DUREZA. Esquivando las olas y escalando las rocas en Corme. Foto: Lavandeira

Arranca una campaña navideña única, con incertidumbre. Pero los percebeiros de Corme (A Coruña) ni por esas dejan a un lado su cometido anual de transportar a las mesas los mejores percebes del mundo. Por ello, se han lanzado este jueves a las rocas de O Roncudo, bajo la bravura de las olas.

Una treintena de percebeiros y percebeiras se adentraron durante la mañana de ayer, no exentos de riesgo, en este peculiar enclave de la Costa da Morte, en el primer día de una campaña que afrontan con recelo. La veda se abre dos veces al año, en las Navidades, aunque lleven un poso de amargura como las de este 2020, y en verano, cuando se celebra la fiesta dedicada a este manjar en la localidad.

No ha sido tarea fácil, pero la maestría y la experiencia hacen que prospere una faena que consiste en arrancar los percebes duros y compactos de las rocas de O Roncudo, donde las amenazantes olas pegan fuerte, sin tregua.

Tras dos horas y media de trabajo, cada uno de los percebeiros salió del mar con los seis kilos de tope máximo que les permiten obtener, aprovechando la bajamar.

Al finalizar la labor, Kevin, un mariscador que nunca se pierde esta cita, lamentó, en una charla con Efe, que hubiese “mucho mar”, circunstancia que no les permitió “llegar hasta los de abajo”, pero, con todo, tal hecho no les impidió aglutinar una buena cosecha.

“La complicación la pone el mar”, narra sobre esta intrépida faena, pues no tienen duda alguna de que “hay que ir con cuidado”. Y así lo hicieron, con ansia y destreza, hasta que subió con fuerza la marea e impidió su actividad.

Las olas llegaron a los cuatro metros. “No es nada comparado con estos días de atrás”, dice restándole importancia a ese dato este hombre acostumbrado a jugarse la vida en el agua.

Se arriesgan, no sin miedo, pues todavía lamentan la reciente muerte de un percebeiro en Laxe, que se cayó al mar el 14 de diciembre en las cercanías de A Pedra de O Boi. Kevin no duda que los precios serán más bajos que otros años por la incertidumbre de la demanda en una Navidad tan extraña, en la que no conocen con seguridad cómo será la reacción del consumidor.

El patrón mayor de la Cofradía de Corme, Roberto Vidal, explicó que los precios de esta noche “no han sido los más adecuados”. “Por los ánimos que hay en las lonjas está la cosa bastante apagada”, confiesa, pues sabe que este alimento está más barato de lo habitual.

El año pasado, en el que la costa gallega sufrió fuertes temporales, el percebe más cotizado del mercado llegó a alcanzar en la subasta de A Coruña un gran importe, de hasta los 300 euros.

A falta de saber lo que ocurrirá, la campaña continuará hoy y durante tres días más la semana que viene, si las condiciones meteorológicas y la energía de la costa así lo permiten. Después, se organizarán para volverse a jugar el tipo para la cena de Nochevieja.