“La docencia y el contacto directo con los alumnos mantiene la ilusión y rejuvenece”

Carmen Escariz
Luis Viña Liste, en el laboratorio de su departamento. Foto: V.L.

Recibió el premio Henri Abraham por su trayectoria científica y sus colegas le han acaban de elegir presidente de la RSEF. ¿Está en racha?

En realidad, el premio Henri Abraham de la International Union of Pure and Applied Physics (IUPAP) no es por mi trayectoria científica sino en reconocimiento a los servicios prestados a la IUPAP durante muchos años, al haber sido miembro de la comisión de semiconductores durante seis años, y secretario de esta durante otros tres, así como ser miembro del comité de enlace español de la IUPAP desde el año 2002, ejerciendo también como su secretario más tarde y presidente desde el año 2013.

Lo de la presidencia de la RSEF está de nuevo ligado a mi voluntad de servir en aquellos puestos donde pienso que mis conocimientos y disposición puedan ser de utilidad, cosa que deseo que ocurra con la RSEF.

¿Qué recuerda de su época santiaguesa y de sus estudios en el colegio La Salle? ¿Quién le animó a estudiar Físicas?

Santiago es la ciudad en la que nací y pasé mi infancia y adolescencia, mis recuerdos son, aparte de la morriña de no vivir allí, todos muy entrañables, y desde luego de vivir en una familia maravillosa. Dejando aparte estos aspectos y refiriéndome a aspectos educativos, nunca me olvidaré de la pasantía de la profesora Sita, en la calle que hoy creo que se llama Rúa Nova de Abaixo, que me enseñó con mucho cariño todo lo que debe aprender un niño en sus primeros años, ni del colegio de la Inmaculada de la Salle, donde las cosas ya iban más en serio, hasta los inolvidables años en el Colegio La Salle en la Rúa de San Roque de los que recuerdo las clases de Física y Química en COU (Curso de Orientación Universitaria) por el “hermano” Jose Mª (no sé como será ahora pero en aquellos años sólo sabíamos su nombre) realmente motivado y con una fantástica capacidad de transmitirnos su entusiasmo por la física.

Todavía tengo en mi mente un día que él pensó que yo estaba despistado y me hizo salir a la pizarra a explicar la estructura cristalina del silicio, el material imprescindible para la electrónica, y quién me iba a decir que en mi tesis doctoral realizada en Stuttgart (Alemania), años después, uno de los materiales que más iba a estudiar era precisamente el silicio.

Pero en realidad lo de estudiar Física fue una decisión más bien del corazón que de la mente, no tenía muy claro si quería estudiar Fisica, Química o Matemáticas y finalmente me decidí por la primera.

Se licenció en Zaragoza (1979) y justo en 1977 se había creado en Santiago la Facultad de Físicas. ¿Cómo lo vivió?

Cuando acabé el bachillerato ya se sabía que en Santiago iba a haber una licenciatura de Física. Los primeros años de estudios serían comunes con otras carreras de Ciencias, pero después la licenciatura llevaría su camino independiente. Y la verdad, mi sensación en aquellos años es que no me apetecía mucho hacer de conejillo de indias con una nueva titulación que se tenía que implementar. Por ello intenté hacer los estudios en Madrid, pero resultó ser imposible porque exigían haber hecho el COU en su distrito universitario. Finalmente hice las pruebas de acceso en tres universidades, Valladolid, Valencia y Zaragoza y, después de informarme sobre los estudios en las tres, me decidí por trasladarme a Zaragoza, cosa de lo que tampoco nunca me arrepentiré.

El realizar los estudios universitarios en una ciudad diferente a la ciudad natal es muy común en muchos otros países de nuestro entorno, pero no tanto en España. Para promover esta movilidad, tan importante como el programa Erasmus en la Comunidad Europea, habría que contar con un plan de becas más generoso.

Realizó su doctorado en el Instituto Max-Planck (Alemania) y su postdoc en los laboratorios IBM (USA). ¿Le ha influido en su carrera investigadora?

Evidentemente, esos son los años en los que uno realmente se forma como científico y ambas instituciones eran las punteras en la investigación en Física del Estado Sólido. El poder hacer la tesis en el Max-Planck-Institut für Festkörperforschung de Stuttgart se lo debo al profesor José Mª Savirón de la Universidad de Zaragoza, que me puso en contacto con el profesor Manuel Cardona, uno de los directores de dicho instituto. La sabiduría tanto científica como humanista del profesor Cardona era excepcional y era una de esas personas que cuando trabajas con ellas no sientes que el trabajo es una obligación sino aquello para lo que estás llamado. De él aprendí gran parte de la Física que conozco y el tratar de imitarle, ¡misión imposible!, en sus aspectos humanos.

La etapa en los laboratorios T.J. Watson de IBM en Yorktown Heigths (New York) trabajando directamente con el Dr. Emilio Méndez, en el grupo del Premio Nobel Leo Esaki, es también inolvidable. Por allí, junto con los laboratorios de AT&T-Bell, pasaban todos los actores importantes de la Física de Estado Sólido, una gran parte de las publicaciones científicas en este campo provenían de estos laboratorios y con sólo asistir a los coloquios que se celebraban cada semana uno estaba al tanto de los últimos desarrollos y descubrimientos en el campo.

Todo el resto de mi carrera evidentemente ha estado determinada por los aproximadamente siete años trabajando en Alemania y USA.

Regresó a España y fue investigador en el CSIC, ¿notó el cambio?

Sería mentir decir lo contrario, claro que noté el cambio, que tuvo aspectos positivos y negativos. La capacidad y los medios para investigar eran notablemente inferiores a los que había tenido en estos años anteriores, pero debo decir que recibí todo el apoyo posible por los compañeros del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón-CSIC y de la Facultad de Físicas de Zaragoza a donde me incorporé. Esta decisión de volver a España la tomé por la persuasión del profesor Domingo González, que me animó a presentarme a una oposición en el CSIC. La parte positiva también tiene que ver con la vida privada, es todo un lujo, como todos conocemos, vivir en España y disfrutar de nuestro modo de vivir y de nuestra solidaridad. También tuve las condiciones propicias, como es el tener una cierta seguridad en el trabajo, para contraer matrimonio, lo que indudablemente cambia tu vida.

Se incorporó a la UAM y actualmente es catedrático de Física de la Materia Condensada y director del departamento de Física de Materiales. ¿La faceta de docente es complicada hoy día?

Sí, después de varios años en el CSIC, primero en Zaragoza y después en Madrid, tuve la oportunidad de incorporarme a la Universidad y unirme al grupo del Prof. José M. Calleja, quien además me permitió, dándome acceso a sus laboratorios incluso cuando estaba en Zaragoza, hacer un aterrizaje más suave a mi regreso de USA, hasta que pude empezar a dotarme de mis propios medios para llevar a cabo las nuevas líneas de investigación que tenía en mente. En este regreso también jugó un papel importante el Prof. Carlos Tejedor, que generosamente me permitió, junto con el Prof. Calleja, unirme a su equipo de trabajo investigador y participar y beneficiarme de la financiación a través de proyectos de investigación que solicitamos juntos durante muchos años. Tengo que decir que ha sido un placer durante todos estos años empezar la jornada diariamente en la UAM sabiendo que tenía que interaccionar con ambos.

La docencia es una parte tan importante en un profesor universitario como la investigación. En el tipo de universidades que nos desenvolvemos es impensable el realizar solo una de estas actividades. Lo que uno es capaz de transmitir a los alumnos, y la motivación con que lo hace, se nutre de las actividades de investigación. La docencia es complicada como cualquier actividad que se hace con profesionalidad y seriedad, pero no más complicada que otras actividades. La docencia y el contacto directo con el alumnado mantiene la ilusión y rejuvenece. Además la docencia puede servir de bálsamo si las cosas no van bien en la investigación, lo que no es poco habitual: el impartir una buena clase y motivar a los estudiantes y comprobar que sus conocimientos aumentan puede compensar un mal día en el laboratorio cuando nada funciona.

Su candidatura a la RSEF está compuesta por doce personas, de las que solo tres son mujeres. ¿Hay techo de cristal en la Física?

Las condiciones para las mujeres en la Física todavía no son iguales a las que tenemos los hombres, por muchas razones históricas, educativas, de inercia, etc, pero creo que, con el empeño de todos, y con más esfuerzo que todavía necesitamos, estas condiciones están mejorando, pero sí es verdad que todavía queda mucho camino por recorrer, y en especial en los estadios más altos de la carrera, ya que pregunta por la existencia del techo de cristal.

Por otra parte, con respecto a la candidatura, no siempre es fácil poder contar con todas las personas que uno quisiera contar y hay múltiples opciones que se pueden tomar. Sí, creo que nuestra candidatura que creamos, aunque en la RSEF se eligen y votan puestos individuales, ha estado formada por gente que compartimos ideas e ilusiones para continuar la gran labor llevada a cabo desde la RSEF en los últimos años, en gran medida gracias al anterior presidente, Prof. Adolfo de Azcárraga. En ella contamos con tres compañeras, es decir el 25 %, proporción que por otra parte se corresponde con el 21.5 % de mujeres en la RSEF. A esto se le podría añadir que de las doce personas, cinco eran cargos, que de acuerdo con los estatutos de la RSEF podían ser reelegidos, con lo que la proporción se eleva a ~ 30 %. Es cierto que este porcentaje podría haber sido mayor, pero también está influenciado por el número de físicas y físicos no sólo en la RSEF sino en España.

Lo que sí puedo asegurar es que no hay techo de cristal en la RSEF.

El programa con el que se presentó defiende una mayor estabilidad laboral en los investigadores jóvenes y el apoyo a las políticas de igualdad de género y de no discriminación. ¿Qué propone?

El tratar de influir, junto con otras sociedades científicas, en aquellos organismos que determinan las actuaciones y las carreras científicas en las universidades y organismos de investigación para que se establezcan unos planes para evitar lo que está sucediendo ahora mismo, que la gente que ha completado su formación, después de muchos años en el extranjero, tenga que volver a España en condiciones precarias, con salarios precarios, y sin ninguna perspectiva de poder tener una cierta certidumbre en su puesto de trabajo. Esto exige una mayor financiación de la Ciencia y planes que perduren y que no se vean sometidos a los vaivenes de la política, es decir todo un pacto de estado para la Ciencia, como se viene pidiendo desde hace muchos años.

Para las políticas de igualdad y de no discriminación hace falta no solamente tener planes de actuación sino también cumplirlos y el llevar a cabo acciones positivas que acaben terminando con estas desigualdades; para ello hay que contar con la colaboración y el trabajo conjunto de todos los involucrados, tanto de los discriminados como de los que forman parte del colectivo no discriminado y para ello hace falta educación y transparencia, haciendo visibles los casos de discriminación, sin ánimo de revancha pero sí de solucionar los problemas.

¿Apuesta España por la ciencia? ¿Qué consecuencias nos reporta como nación no hacerlo?

En algunas ocasiones lo ha hecho más que en otras. Muchos recordamos los años anteriores a la crisis del 2008 en los que parecía que España iba en el camino de financiar la ciencia de modo semejante a lo que hacían algunos de los países a los que nos queríamos parecer. Desgraciadamente vino la crisis, y los hombres de negro, y en España, quizás por no poder, o por no contar con los medios, no hicimos como otros países, como por ejemplo Alemania, invertir más en Ciencia, sino todo lo contrario. El problema es que todavía no nos hemos recuperado hoy en día; el nivel de inversión en los últimos años todavía no se ha recuperado.

Las consecuencias son varias, desde perder continuamente oportunidades de empleo al no crear ni jugar un papel activo en los nuevos desarrollos tecnológicos, hasta desperdiciar nuestro capital humano, y todo lo que hemos invertido en su educación, para que esta inversión beneficie a otros. Y lo peor de todo esto es que lo no invertido durante un cierto tiempo hará que necesitemos un tiempo mucho mayor para poder recuperarse y con un esfuerzo desmesurado. Esto no nos lo debiéramos permitir.

Divulgar la física no es fácil. ¿Conocen los jóvenes esta ciencia y su proyección en ámbitos muy diversos: desde la enseñanza hasta la industria?

Totalmente de acuerdo, la labor de divulgación no es fácil ni solemos estar preparados para ello. Sin embargo, últimamente sí se pueden encontrar buenos divulgadores, y sobre todo me refiero al ámbito de la ciencia que conozco más que es la Física, que desde canales de Youtube o semejantes, o desde las páginas web de distintas instituciones están contribuyendo a una mayor popularidad de la ciencia y en hacer esta asequible a una audiencia más general.

¿Qué aconsejaría a los estudiantes con inquietudes científicas que van a iniciar una carrera?

En primer lugar, que se dejen asesorar bien, que no se dejen amedrentar por las circunstancias difíciles que siempre van a aparecer, que confíen en sus posibilidades y que no pierdan la ilusión por el conocimiento y por la superación. Además, deben saber que hoy en día la ciencia ya no se puede hacer en solitario y tienen que prepararse para colaborar con sus compañeros y para el trabajo en equipo. Además en muchos casos va a ser trabajo interdisciplinar, por lo que necesitan mantener su mente abierta a otros modos de pensar y abordar los problemas y a crear sinergias con estos colaboradores, lo que también requiere estar dispuesto a continuar el proceso de aprendizaje hasta el final de su carrera.

¿Y a los que están finalizándola y dudan del camino a seguir?

No sé muy bien cómo contestar a esta pregunta, dependerá del tipo de dudas que tengan, pero sí debieran tener en cuenta que la carrera científica siempre va a estar llena de sacrificios, que se ven recompensados con los logros, y que deben tener la ilusión y la motivación para poder afrontarlos. Y de nuevo, dejarse aconsejar sobre las dudas concretas por aquellos con experiencia que tengan cerca.

¿Cómo ha afectado el covid a su vida y a su trabajo?

El covid nos ha afectado a los que trabajamos en la academia de gran manera, sobre todo en la interacción que hemos dejado de tener con nuestros colegas y con la gente con la que trabajamos y a la que formamos. Hemos tenido que dejar de viajar para participar en conferencias científicas, que son esenciales no solo para el intercambio de conocimientos sino para crear nuevas colaboraciones y reciclarnos en nuestros campos de trabajo. La labor de crear conocimiento también se ha visto muy afectada, y valga como ejemplo la dirección de tesis doctorales que se han visto interrumpidas por todos los meses en los que prácticamente no hemos podido investigar en los laboratorios y, por último, la de transmisión de conocimiento también ha sufrido, a pesar de haber encontrado y usado medios alternativos como las clases online. Estas nunca pueden llegar al nivel de interacción y eficacia de las clases presenciales.

¿Tiene previsto venir a su ciudad y ganar el jubileo?

De vez en cuando voy a Santiago, aunque no tanto como quisiera, por lo que la respuesta es sí, pienso volver a Santiago, pero quizás no a tiempo para ganar el jubileo. Lo que sí tengo pendiente es hacer, aunque no sea un trecho muy largo, el Camino de Santiago.

¿Cuál es el mejor consejo que ha recibido y de quién?

Creo que puede haber sido de mi padre, y quizás no haya sido un consejo verbal, sino mas bien un consejo silencioso basado en el ejemplo: la honradez, la sinceridad y el preocuparse por los demás deben ser prioritarios en nuestra vida cotidiana. Aparte de esto también aprendí de él algo que hoy en día quizás lo calificaríamos como ser ecológicamente consciente, pero que en su caso y por la época en que él vivió se traducía en no despilfarrar.