La microcistina ‘pinta’ el pantano de A Baxe a la espera de lluvias

El Sergas afirma que su agua bruta, antes de proceder a desinfectarla, arrojó un resultado de 0,24 miligramos de la toxina por litro: inferior al límite para no consumirla
Medio Ambiente
Jorge Garnelo

El pantano de A Baxe (Pontevedra) vive desde hace semanas con gigantescas cantidades de cianobacterias potencialmente tóxicas de los géneros Microcystis sp (del que hay más de 67 millones de células por mililitro) y Pseudanabaena mucicola (del que existen más de 9.000.000 células por mililitro). La cantidad global, que rebasa los 76 millones, supera con creces el umbral para posicionarse en el nivel 3 de los Criterios de valoración del riesgo e información a la población del Servizo Galego de Saúde (Sergas). En el mismo, según consta en las Actuaciones ante la presencia de proliferaciones de cianobacterias en las aguas de baño, los resultados reflejan “alta probabilidad de efectos adversos para la salud”.

Lo cierto es que es común que este embalse sea carcomido cada año por la famosa microcistina, pero en los últimos datos publicados por la Plataforma Galega de Información Ambiental (Gaia), con relación a las mediciones que se difundieron el 19 noviembre vinculadas a la presa, se confirma que recientemente fueron hallados los mayores niveles de estos organismos en dicho espacio.

Este 2021, la cantidad más grande de cianobacterias detectada previamente se descubrió, precisamente, la semana anterior: entonces se detectaron 20,47 M de células por mililitro frente a las 76,87 M de células por mililitro del pasado viernes: casi 4 veces más, sí, pero 45 veces más que los cifras publicadas hace dos semanas (cuando se contabilizaron 1,7 M de células por mililitro) y 520 veces más que las registradas hace un mes, el 22 de octubre (cuando fueron 147.300 células por mililitro). Todos estos números contrastan severamente con los que manejaba A Baxe en enero, cuando no había organismos potencialmente tó- xicos: 0 células por mililitro.

Así ocurrió en entre los días 4 y el 18 de dicho mes, fechas en las que hasta la clorofila brilló por su ausencia (su concentración era entre 0,98 y 0,28 miligramos por litro, mientras ahora es de 31.586,98 mg/l y la semana anterior logró su máximo anual con 91.179,49 mg/l). De ahí en adelante, la proliferación de cianobacterias fue ascendiendo irregularmente, consolidando valores por encima de las 100.000 cél/ml desde el pasado 6 de septiembre (salvo en la medición del día 20 de ese mes).

La cuantía de las mismas rebasa el límite del nivel 3 de los Criterios de valoración del riesgo e información a la población del Servizo Galego de Saúde (Sergas). En este, conforme consta en las Actuaciones ante la presencia de proliferaciones de cianobacterias en las aguas de baño, los resultados reflejan “alta probabilidad de efectos adversos para la salud” y se traducirían en diferentes actuaciones por parte de Sanidade e Infraestructuras para revertir la situación. Lo positivo, en esta línea, es que esta área no es una zona de baño.

Lo malo es que estos niveles, pese a no ser una zona de baño, muestran “alta probabilidad de efectos adversos para la salud” que se da en aguas en las que habitan diferentes especies de fauna y flora. Además, el pantano tiene un uso hidroeléctrico pero también se aprovecha para abastecer de agua a parte de la población gallega. En este sentido, la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza es contundente: “As cianobacterias poñen en perigo a calidade do suministro”.

Así lo destaca, en declaraciones a EL CORREO GALLEGO, el secretario técnico de Adega, Fins Eigrexas, recordando que “nalgúns casos” incluso se vieron “suspendidas as captacións na bacía do encoro para o abastecemento humano”, teniendo que “recorrer a camións cisterna”.

Al respecto, añade que “determinados sistemas de eliminación das cianobacterias non acaban coas toxinas”, indicando que métodos como el “carbón activo, que é o que estaban usando para depurar a auga das plantacións próximas ao encoro e suministrala á poboación da zona e aos que viven augas abaixo no Salnés, que son como cen mil persoas, non eliminaban o risco”.

“Reducían a carga da toxina”, dice, si bien aunque “esteas consumindo auga cunha cantidade de toxinas por debaixo do límite establecido pola Organización Mundial da Saúde no teu organismo estas toxinas estánse acumulando”, sentencia, señalando que “o nivel seguro de toxinas de cianobacterias en auga é cero, e iso non se pode garantir por ningún medio” en el pantano de A Baxe.

Por su parte, desde el Sergas recuerdan que el embalse “entró en alerta” el 18 de junio “por la presencia de cianobacterias”, algo que “no implica un riesgo para la salud” en sí mismo, evidenciando que en estos casos se vigila el nivel de estos organismos porque pueden, “en ocasiones”, liberar toxinas al agua.

Augas de Galicia comunica directamente a los concellos estas alertas. Y desde Sanidade, según indican, la comunicación de la alerta está a disposición desde el 23 de junio (tras cinco días) para los concellos afectados aguas abajo, es decir, “Caldas, Cambados, Illa de Arousa , Meaño, Meis, O Grove, Portas, Ribadumia, Sanxenxo, Vilagarcía, Vilanova y los gestores Espina, Gestora la Toja y Viaqua”. Además, “en relación a las aguas de consumo humano, no se ha detectado microcistina este año”, afirman, si bien “en agua bruta, antes del tratamiento de desinfección se detectó microcistina (el 29 de octubre) con un resultado de 0,24 miligramos/litro”, procediéndose a realizar otra muestra el 2 de noviembre que tres días después arrojo un resultado negativo (sin toxina).

Indicando que “el límite en agua de consumo humano es 1 microgramo/l”, desde el Sergas también aclaran que en las zonas de baño, aguas abajo, “la playa fluvial de Ribadumia es la única zona de baño susceptible de ser afectada”. Y en “ningún momento”, en la temporada de baño, “llegó a 2000 cél/ml”, estando “muy por debajo del nivel de alerta”.