La primera mujer de Galicia en enfrentarse a la ‘pena máxima’ será juzgada el próximo lunes

Ana Sandamil pasará por la Audiencia de Lugo como supuesta asesina de su hija, la pequeña Desirée // Fiscalía pide para ella la prisión permanente revisable y para el padre 300.000 euros
Infanticidio
Ramiro Ponte
imputada. Ana Sandamil Novo, acusada del crimen contra la pequeña Desirée.

“La noche anterior, el viernes, iba a recoger a mi princesita a las siete de la tarde. A la madre no le gustaba nada que le dijera que quería hablar con mi niña, ella decía que tenía nombre. Pedí hablar con Desirée y las últimas palabras fueron ‘bueno papá hasta mañana’ y yo le correspondí con muchos besitos y abrazos, a lo que me respondió ‘pues yo millones de millones de besitos y abrazos’”. Así revivía hace solo unos meses José Manuel Leal la última charla que había mantenido con su hija. Cuando la pequeña fue hallada muerta en una vivienda familiar de Muimenta, empezó una investigación que acabará el lunes que viene con la madre de la niña, Ana Sandamil Novo, sentada en el banquillo de la Audiencia Provincial de Lugo. Acusada de asesinato, pasará a ser la primera mujer gallega en enfrentarse a la pena máxima.

Ante unos acontecimientos que sucedieron el pasado 3 de mayo de 2019, el Ministerio Público demandará el próximo 7 de febrero, casi tres años más tarde, la prisión permanente revisable (con la inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena) para la imputada, así como su libertad vigilada durante 10 años, una vez salga de la cárcel, una indemnización de 300.000 € para su exmarido, y el abono de las costas procesales.

Conforme recoge el escrito de acusación, Sandamil “urdió un macabro plan dirigido a acabar con la vida de su hija, de tan sólo siete años de edad, resultando que en fecha no determinada, pero en todo caso en días anteriores al 2 de mayo, suministró a la pequeña un potente fármaco llamado trazodona, con el fin de facilitar el sueño de la misma”. No obstante, añade, no consiguió que la menor “tomara en la cantidad que ella le requería” para que “se durmiera” y así “eliminar cualquier tipo de resistencia de la niña”.

Jornadas después, durante madrugada del 2 al 3 de mayo, conforme indica el Ministerio Público, la menor se encontraba con ella en la misma cama de una estancia de la vivienda, y aprovechando la soledad de la habitación, que la niña dormía y que su fuerza física era superior, “la agarró con sus manos por ambos lados del cuello, con suma violencia, para asfixiarla”. Todo ello con la intención de “acabar con la vida de su hija”,

“La acusada, presionó con sus manos y con toda su fuerza la boca y la nariz de la pequeña, hasta lograr que dejase de respirar, logrando como consecuencia de ello dar muerte a su hija, quien, pese a que llegó a despertarse y trató de defenderse, sin lograrlo, de una agresión que no entendía, falleció a causa de la asfixia mecánica y oclusión de los orificios respiratorios”, recoge Fiscalía en relación a la extrema violencia de los acontecimientos, destacando que la gallega ha sido diagnosticada de “un trastorno de la personalidad de tipo mixto” y “un trastorno psicótico no orgánico no especificado”, pudiendo ello afectar de manera parcial a sus capacidades “intelectiva y volitiva” al tiempo de los hechos.

Precisamente por esto, para el Ministerio Público en el caso de Sandamil, privada de libertad por esta causa desde el 30 de Mayo de 2019 tras el auto dictado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº1 de Villalba, concurre una circunstancia atenuante por “anomalía o alteración psíquica” si bien opera como agravante una circunstancia “mixta de parentesco”.