Las cárceles gallegas quedan sin etarras tras el traslado a Dueñas de Gregorio Eskudero

El último de los inquilinos de la banda terrorista dejó Teixeiro donde cumplía sendas condenas de 42 y 25 años// Es la primera vez desde 1978 que no hay presos de ETA en nuestra comunidad
Terrorismo
Antonio P. Fidalgo
TEIXEIRO. Domingo Troitiño, justo en el centro, tras dos familiares que llevan una bolsa con sus pertenencias el día que abandonaba la cárcel de Teixeiro. Foto: archivo ECG

Lo anunciaba este domingo el portavoz de la red ciudadana de apoyo a los presos de ETA Sare, Joseba Azkarraga: “ para el próximo junio todos los presos acusados de pertenencia a ETA estarán en prisiones menos alejadas del País Vasco. De Madrid para arriba”. Recordaba que el año pasado por estas fechas en las cárceles de Andalucía, Levante y Galicia, las más alejadas con presos de ETA, había unos 180 reclusos. “Hoy en Galicia no queda ninguno y en Levante y Andalucía quedan 10 u 11”, señalaba la cara visible de Sare.

Efectivamente al menos en lo que se refiere a nuestra comunidad, el pasado 25 de abril se produjo el traslado de Gregorio Eskudero Balerdi desde Teixeiro al penal de Dueñas, en Palencia. Él era el último de los reclusos etarras que permanecía en establecimientos penitenciarios de Galicia, cumpliendo las dos condenas de 25 y 42 años que le impuso la Audiencia Nacional por su cooperación necesaria en el asesinato de dos concejales. La primera de las penas, la de un cuarto de siglo fue por el asesinato del edil socialista Juan Priede Pérez y la condena de más de cuatro décadas por la muerte del miembro del PP José Ignacio Iruretagoyena.

Eskudero Balerdi era uno más de los que se beneficiaban de la nueva política penitenciara que puso en marcha el ministro Fernando Grande Marlaska desde que es ministro del Interior, cumpliendo una de las medidas impuestas por el PNV y Bildu para respaldar a Pedro Sánchez en la moción de censura al ejecutivo de Mariano Rajoy.

“Poco a poco se avanza en el fin de la política de alejamiento de los presos de ETA”, decía Joseba Azkarraga recordando que “es un alivio para muchas familias (de presos etarras que, en vez de estar en Algeciras, Sevilla o Puerto de Santa María, o en Galicia, o como hace años en Canarias o Ceuta y Melilla, (los presos) estén aquí, de Madrid hacia arriba, en la zona de Castilla o Aragón y algunos, unos 40 presos y presas, en las cárceles ubicadas en el País Vasco”.

Hace solo cuatro meses, a finales de 2020, eran ocho la nómina de terroristas etarras que cumplían condena en los penales de nuestra comunidad: Eneko Goiaskoetxea Arronategui, Aitor Herrera Vieites, Xabier Makazaga Azurmendi y Gorka Martínez Ahedo, en la pontevedresa de A Lama, y Zigor Bravo Saiz de Urabain, Alberto López de Lacalle Gauna, Luis Mariñelarena Amondarin y el citadoGregorio Eskudero Balerdi, en el penal coruñes en Curtis.

En 2019 la cifra de presos de ETA que cumplían condena en los penales de nuestra comunidad se elevaba a 22. Diez en Teixeiro, nueve en la pontevedresa de A Lama y los tres restantes en el cárcel lucense de Monterroso.

Desde 1978 siempre hubo presos de la banda terrorista en Galicia aunque el mayor número se contabilizó siendo ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, impulsor de la política de dispersión. En algunos momentos de aquella época llegaron a ser medio centenar los inquilinos que coincidían en los presidios de nuestra comunidad: el traslado se consideraba un castigo.