Las familias consumen una cuarta parte de la luz que paga Galicia a precio de lujo

Representa la industria la mitad del total, los servicios cerca del 20 %, agricultura y pesca en torno al 2 % y la construcción no llega al 1 % // Encadena la electricidad máximos históricos
Energía
José Calviño
Electrodomésticos que más luz consumen. Foto: Endesa

La electricidad está actualmente el triple de cara en el mercado mayorista que hace un año. Un precio que, con casi ciento veinte euros el magavatio/hora (MWh) es casi tres veces mayor a los menos de cuarenta de hace justo un año. Esta luz, convertida ya casi en producto de lujo –pese a ser un bien esencial– se sufre en buena parte de los hogares y empresas de Galicia. ¿Cómo se reparte el golpe? Los datos del Instituto Enerxético de Galicia (Inega) de anteriores ejercicios dejan claro que la cuarta parte del consumo, y por tanto el castigo, pesa sobre los hogares, sobre las familias; el grueso, un 50 %, es para la tocada industria; en torno al 20 % se da en el sector servicios –comercio y hostelería incluidos–, mientras que agro y pesca están en torno al 2 % y la construcción no llega al 1 %.

Volviendo a las familias, el INE y el IGE certificaban que el pasado 2020 cada familia gallega se dejó, de media, casi 24.976 euros en gastos. Y dentro de los distintos apartados, el principal fue el de los relativos a la vivienda, donde se incluye la electricidad, calefacción y agua, con 7.946 euros anuales. Si a ello sumamos los 2.641 euros dedicados a transportes, totalizamos un coste con alto componente energético de casi 10.600 euros por hogar.

Concretamente, el INE atribuye al capítulo de electricidad, gas y otros combustibles un desembolso en la comunidad total de 1.220,3 millones, que son 1.106 euros por familia. A ello se sumarían 1.943,7 millones, 1.762,1 euros por hogar, por la utilización de vehículos personales. Esta cifra se disparará este año por dos conceptos: la carísima evolución tanto de la luz como de los carburantes.

La cotización de la electricidad en el mercado mayorista (el pool), en el que se casa la oferta de los productores con la demanda que prevé Red Eléctrica por horas, tiene un peso en torno al 24 % en la factura de la luz de los consumidores con tarifa regulada o Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC), algo más de 10 millones. Los otros 17 millones del mercado libre pagan por el kilovatio hora los precios que contratan con las compañías suministradoras, por lo que se ven libres de las oscilaciones.

Para amortiguar el alza del precio mayorista de la luz, el Gobierno rebajó en junio y hasta finales de año el IVA que grava el recibo eléctrico del 21 al 10 % para los consumidores con una potencia contratada de hasta 10 kilovatios (kW) siempre que el precio medio mensual del pool supere los 45 euros/MWh. Algo que parece que va a durar bastante. Además, suspendió durante el tercer trimestre el impuesto a la generación eléctrica (7 %) que pagan las compañías productoras.

Estas eran algunas de las medidas que esgrimía María Jesús Montero, ministra de Hacienda, al ser consultada por la situación este martes. A más largo plazo, el Gobierno puso en marcha iniciativas legislativas para “sacar” del recibo de la luz las primas a las renovables, con las que cargarán las energéticas, petroleras y gasistas incluidas; y para minorar los beneficios de hidráulicas, nucleares y eólicas anteriores a 2003.

Los altos precios de agosto llegan después de que el precio medio diario del mercado mayorista se situara en julio en 92,42 euros/MWh, el más alto para ese mes desde que existen registros, a pesar de que la demanda bajó ese mes el 0,5 % y se anotó su primer descenso desde marzo de este año. Detrás de estos precios se encuentran el encarecimiento del gas en los mercado internacionales y de los derechos de emisión de CO2, en máximos históricos.

En el pool, los precios se fijan por un sistema marginalista que retribuye todas las tecnologías al precio de la más cara (normalmente centrales de gas), esquema que el Gobierno pidió a Bruselas que sea revisado porque entiende que puede frenar el avance de la transición ecológica. Desde la UE no lo tienen claro: creen que otro sistema resultaría más caro.

Investigación. En julio el 87 % de las horas, el precio lo marcó el hueco hidrotérmico, es decir, un ciclo combinados, una central de carbón o una hidroeléctrica, que aprovecha su capacidad para almacenar energía para ofertar en las horas caras y obtener mayor rentabilidad, según la consultora energética ASE.

En parte se debió a una “retirada” de la oferta eólica “sin explicación climatológica” en las horas de mayor producción fotovoltaica, dejando así “espacio” así a los ciclos e hidráulicas, “que marcan precios altos de casación”, según ASE, que ha pedido que se investigue este fenómeno.

En este contexto, el PP ha pedido a la Diputación Permanente del Congreso la convocatoria de una sesión extraordinaria de la Comisión de Transición Ecológica para que la ministra del ramo, Teresa Ribera, explique las medidas a adoptar para hacer frente a la subida de la luz.

Según el Banco de España, entre diciembre y junio los precios mayoristas de la electricidad casi se duplicaron por la subida del CO2 y del gas: atribuye a estos dos factores el 70 % del alza de la luz y a la electricidad un tercio del repunte del IPC.

Según Adicae, el impacto de la luz en los precios al consumidor es cuatro veces más que la media europea debido a un mercado energético desequilibrado y abusivo, oligopólico y con excesivo control del sector financiero.